* El trapecista que quiso colgarse de Morena para ser candidato a gobernador, enfiló sus críticas contra sus ex compañeros de partido, más preocupado en atender su enfermizo protagonismo que en recabar las firmas necesarias para su candidatura independiente; se rumora que su suplente en el Congreso Local, Andrés Caballero, ya no le regresará su diputación con lo que el ex cantante empezará a cavar su tumba política
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
En tanto premonitorio mensaje lanzado, el año pasado, por el senador César Cravioto (“Todo estará solucionado cuando nos comamos el pavo”) se cumplió, en Morena-Hidalgo disponen de un curioso “divertimento” con el espectáculo del segregado Francisco Xavier Berganza, que ha reincidido en su reedición del perro de la Tía Cleta.
Con beneficios en cierta forma negados a militantes esforzados, como una comodísima candidatura plurinominal al Congreso local, además el liderato del partido en la Cámara, una vez fuera del juego en la selección de la candidatura al gobierno del estado, Berganza se lanzó en un video con epítetos tan significativos como llamar “cerdos” a quienes apenas hace un mes eran “distinguidos compañeros de partido”.
Montado en el espejismo de una “candidatura independiente”, el ex cantante hizo en realidad una “anticampaña”: pidió apoyo a la colectividad hidalguense a la vez que señaló a sus ex “compañeros de ruta” con explosiones verbales tales como: “No quiero faltar al respeto a quien ni eso merece (¿?) pero en 25 años de participar en la política no he visto algo tan descarado, tan sucio, como lo que llevo días oyendo… difamaciones… sin explicarme por qué me bajaron de la encuesta, porque estábamos muy arriba en la encuesta. Por eso nunca me he afiliado a un partido”.
Enseguida olvida —o no conoce— la famosa frase de Ruiz Cortines: “Elogio en boca propia es vituperio”.
Así pues, el ex cantante procedió, con denuedo, a vituperarse a sí mismo: “Yo tengo dignidad, todos merecemos respeto… y los compañeros que toleran a un dirigente, un acuerdo con ustedes que salen (sic) con algo por arte de magia”.
La liebre de la chistera hablando de orejas…
Furioso, arremete en su vídeo: “Ustedes saben quiénes son los traidores, realmente, yo me he manejado con pulcritud (¡Olé!) toda mi vida, por eso puedo salir a la calle, no como esos cerdos —estoy hablando de gente de fuera de Hidalgo— (¡Ah! ¿Y entonces?) que por su parte hacen esos acuerdos, siempre nos ocupan como carta de cambio…”
Berganza, por inferencia, pasa a menospreciar a la entidad donde —aún— forma parte del Congreso, y dice: “A ellos no les importa Hidalgo, porque representamos el dos por ciento del total del electorado del país…”
Prosigue en sus lamentaciones: “Son ocho días en que he recibido difamaciones, groserías, memes, que sabemos de dónde salen, que es el precandidato más coludido (¿?) que sabe perfectamente cómo negociaron todo”.
Y enseguida, una insólita petición: “¡Ya párenle! somos decentes, la encuesta la ganamos…” Auto inmolado, el ex chico Televisa no concita el enojo social sino la risa de todo Hidalgo.
Para rematar, llama a sumarse a su “candidatura independiente”, y dice a sus imaginarios partidarios: “No nos importan los colores, las puertas están abiertas para todos… ¡Regálenme una firma!” (¡Uju!).
Y pues vaya que está difícil eso de las firmas pues Francisco Xavier se la ha pasado en lances protagónicos olvidándose, precisamente, de la recolección de firmas para apuntalar su teórica candidatura.
Para acabar con el cuadro, ahora se dice en el Congreso Local que su suplente, Andrés Caballero –que ya se soñaba Secretario de Gobierno–, ya probó las mieles del poder y las jugosas dietas parlamentarias, ni con chochos le regresará su diputación con lo que el ex cantante se quedará como el perro de las dos tortas.
Recomendamos al efímero morenista asomarse a cierta tienda de conveniencia donde tienen en oferta, conocida marca de pañuelos desechables para enjugar las lágrimas de su amarga derrota…