Joel Hernández Santiago
Hay una especie de perversidad e ingenuidad en la propuesta de Alejandra Barrales (PRD) y Ricardo Anaya (PAN) en eso de crear un Frente Amplio Democrático para “sacar al PRI del gobierno”. O, como ellos dicen: “para cambiar de rumbo al país”.
Las elecciones del domingo 4 de junio pasado mostraron cómo los partidos mexicanos pueden repartirse el poder político –gobierno- independientemente de la voluntad de los ciudadanos. O, mejor: cómo manipulan y concentran el poder sin la participación democrática del ciudadano…
Si hubo participación electoral. Si acudieron a las urnas quienes quisieron ejercer su derecho a participar en la elección de quien debía gobernar en tres estados y el legislativo en uno. Todo esto sí. Pero no se canta la ranchera de la abstención, de la anulación del voto, del desprecio de los muchachos por participar en un ejercicio que debiera ser feliz si fuera democrático.
Pero a raíz de los resultados de ese día, en especial el Estado de México, el 20 de junio aparecieron en conferencia de prensa los dirigentes de dos partidos que, si fueran ciertos, se cumpliría lo del “agua y el aceite”. Pero no. Son lo mismo porque las ideologías, como diagnosticaron Daniel Bell y Francis Fukuyama, han desaparecido, para dar paso a una entelequia irreconocible en ideología, doctrina y proyecto de nación.
Juntos Alejandra Barrales, dirigente del Partido de la Revolución Democrática, y Ricardo Anaya, dirigente del Partido Acción Nacional, hicieron la gran propuesta: la novedad en el frente: el canto del cisne político:
La construcción –dijeron ahí—de un “proyecto claro de gobierno que no sólo incluya a partidos sino a ciudadanos y expertos para darle a México un gobierno de coalición que saque al PRI”.
Hemos hablado de la conveniencia de sí convocar a un frente amplio opositor para los procesos electorales del próximo año, de 2018, un frente amplio que como en Nayarit incluya sí a nuestros partidos pero también la posibilidad de que vengan todos los partidos de oposición para que con un proyecto muy claro lograr la transformación que nuestro país requiere”.
Y de ahí en adelante lo que se ha convertido en la propuesta de un Frente Amplio Democrático (FAD). Y para ello convocan a los partidos de oposición al PRI para integrarse en este denominado ideal de cambio, aunque en ninguna parte del discurso se dice un cambio hacia dónde.
[Recordemos que la alianza PAN-PRD ganó Nayarit y tal. Así fue en Oaxaca (2010); juntos llevaron a Gabino Cué a gobernar la entidad, “para sacar al PRI” y ese gobierno fue un verdadero fracaso y del que aún no se sabe si el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, hará cumplir la ley o seguirá mirando para otro lado. A la hora de la hora los partidos aliados se hicieron rosca y no han dicho ni pío en ese saqueo]
En todo caso, decíamos, la propuesta está entre perversa e ingenua porque el PRI mismo ya ha demostrado sus incapacidades para gobierno, por lo menos así el caso de Enrique Peña Nieto a meses de concluir, y así lo demostraron los gobernadores que ahora están en capilla y que están dispuestos al chantaje y la negociación política para salvar el pellejo propio y familiar, como es el caso de Javier Duarte y su sonrisa malévola.
El PRI está fuera de la jugada si hubiera elecciones democráticas, limpias, transparentes y sin asomo de duda. Pero no.
El FAD es ingenuo porque el PRI ya asomó los colmillos para hacer ganar a sus candidatos, como fue el caso de Alfredo del Mazo Maza en donde el gobierno federal (PRI) dilapidó capital político y millonarios recursos públicos a diestra y siniestra. PAN y PRD como Morena se dieron cuenta de aquello y saben que el PRI no va a jugar limpio. ¿Y el FAD?
Y luego, para acabarla de amolar: todavía no se hace el pastel FAD y ya se están peleando las rebanadas: el PAN dice –a través del senador Roberto Gil Zuarth—que quien debiera encabezar este Frente será el PAN dado el liderazgo que tiene claramente en las encuestas, de no ser, sería un error histórico”. Y de ahí se sigue ¿quién del PAN? ¿Anaya? ¿Margarita Zavala? ¿Moreno Valle?
Y luego, en el PRD las diferencias. Unos quieren aliarse con el PAN y otros no. Unos van con Barrales a la construcción del FAD pero muchas de las tribus internas no, así como “los padres fundadores” como Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez… y más.
En todo caso es evidente que Barrales está apostando a que sea Miguel Ángel Mancera, quien se desmarcó de partidos pero que –según este criterio- podría encabezar el FAD pues no responde al criterio de un instituto político en particular, pero sí “es muestra de conjunción de valores…”
En esto queda claro que la señora Barrales proviene del grupo Vanguardia Progresista del PRD que encabeza Héctor Serrano, cercano a Mancera y actual secretario de Movilidad en CdMx…
Así que: el PRI no va a cambiar y seguirá haciendo trampas a la vista al portador; el PRD en la lona, a punto de defunción, pero quiere salvarse con la ayuda de sus amigos; el PAN dividido, en pleito permanente y sin saber quién es quién ahí… Los otros partiditos verán por su conveniencia, que no la de quienes pagamos por su existencia y en quienes menos piensan todos ellos: los ciudadanos.
Ahí está: es el juego que todos los partidos juegan, y del que estamos excluidos nosotros, mortales, de a pie, los de las monedas apenitas para el pasaje.