* Rescatado del cascajo priísta para buscar ser reelecto en la golpeada e insegura demarcación, el ex alcalde nunca actúo de forma personal, pues siempre quién tomó las decisiones de alto nivel y daba la última palabra, fue su hermano Policarpo, el poder tras el trono que aprovechó el poder municipal para acrecentar sus negocios inmobiliarios y los despojos lo mismo a colonos que a ejidatarios; ahora, apostando a que los habitantes habrán olvidado sus corruptelas de hace 17 años, la dupla de pillos quiere engañar a los electores para retorna al poder y los negocios
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Para explicar a los electores de Tizayuca el por qué no es recomendable votar por el priísta Gabriel García Rojas, aspirante a reelegirse como alcalde, invoquemos a la memoria de los elefantes que de acuerdo a los científicos, son capaces de recordar a detalle y de manera fidedigna, hechos sucedidos hasta por varias décadas.
En este caso, con 17 años atrás nos basta, justo cuando García Rojas era Presidente Municipal y su hermano Policarpo, Director del Registro Público del municipio, el poder tras el trono.
Era el año 2007 y los hermanos García Rojas veían crecer como la espuma sus negocios inmobiliarios a la sombra del poder local; era ese año cuando Tizayuca se convirtió en un boom inmobiliario luego de que el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa –¡hic, salud¡–, anunciara el proyecto de construir en el municipio un aeropuerto alterno al de la CDMX.
Policarpo no pudo ser candidato alcalde porque en su entonces partido, el PRI, lo conocían hasta en mole y sabían de su desatada ambición que a sus 47 años lo hacía ya propietario de una veintena de fraccionamiento, la mayoría asentados en terrenos ejidales y otros más en extensiones intestadas o en litigio. Su fortuna se calculaba entonces de manera conservadora en cien millones…¡pero de dólares¡
Policarpo no pudo ser alcalde y en ese entonces hasta amenazó con irse al emergente PRD, pero al final de cuentas supo apechugar y poner como su títere a su hermano Gabriel; todos en Tizayuca siempre supieron que el entonces edil no era más que una figura decorativa y prueba de ello fue que una vez instalado a la cabeza del ayuntamiento, puso en puestos de primer orden a cuánto pariente y recomendados le ordeno Policarpo, éste último se hizo ubicar como Director del Registro Público Municipal.
Desde este cargo tuvo información privilegiada y a pesar de estar en un evidente conflicto de intereses al ser a la vez próspero empresario inmobiliario, el cuerpo edilicio tuvo que aceptar a regañadientes la maquinaria de corrupción y generadora de negocios ilícitos para los hermanos García Rojas.
En su gobierno, el ahora reciclado aspirante del PRI, mostró no solo vicios evidentes como el nepotismo sino, además, opacidad absoluta en el manejo de obras y fondos municipales; todos comprobaron ya al final de su periodo, que la dupla de pillos solo utilizó el poder municipal para acrecentar sus negocios, sobre todo el desarrollo de unidades habitacionales y fraccionamientos irregulares, algunos construidos sin siquiera contar con los servicios más elementales. Lo que representó un millonario fraude para cientos de familias.
Si el PRI de Hidalgo tuviera la asesoría de algún paquidermo, estamos seguros, la habría pensado dos veces en designar como su candidato a Gabriel García Rojas, por aquello de que muchos habitantes, colonos defraudados y ejidatarios despojados, sí recuerdan las mil y un tropelías de Policarpo y Gabrielito.
El aspirante proclive a la corrupción, y su hermano, voraz empresario, quieren volver a adueñarse de Tizayuca para hacer negocios como hace 17 años. Los electores deben saber que si otorgan un voto a esta dupla de bribones, estarán condenándose a tres años de negocios chuecos y ha dejar a la deriva el tema de la inseguridad que tanto los ha golpeado en los últimos años.
Y seguramente que usted, lector, se preguntará si, como dice conocido refrán, esta información nos la dijo un pajarito, y le tendré que confesar que más bien, me la dio un elefantito que extrajo del archivo de Expediente Ultra, un amplio reportaje publicado por este medio en diciembre del 2007.
Lo que le garantiza la seriedad de lo que aquí escrito.
Estamos seguros que la gente de Tizayuca quiere un gobierno que vele por el otorgamiento de buenos servicios y por su seguridad, lo que será misión imposible si los hermanitos García Rojas la toman por sorpresa, al apostarle a la desmemoria de los habitantes, sobre todo jóvenes.
Es por ello que la conseja de la memoria de elefante, recomienda darle con la puerta en las narices a estos ambiciosos sujetos. Es por el bien de su municipio, créanme…