Laberintos del Poder
Emilio Trinidad Zaldívar
Aún desde la banca política, Emilio Gamboa Patrón mueve sus poderosos tentáculos para influir, decidir, impulsar, promover o bloquear, a todo aquel que para él es, fue o será piedra y obstáculo para seguir pesando en diversos sectores, de los que ha sido beneficiario desde hace más de 37 años en los que se mantuvo en la cúspide de esa llamada rueda de la fortuna.
Este habilidoso personaje, que fuera secretario particular del presidente Miguel de la Madrid, desde donde se convirtió en el hombre más poderoso del gobierno federal de aquella época, influyó de manera decisiva en el encumbramiento, candidatura y fraude de Carlos Salinas de Gortari.
Su opinión, movimientos, amarres, compromisos, promesas e intrigas para bloquear a Manuel Bartlett, fueron fundamentales para que su entonces amigo Salinas le diera durante su sexenio tres de las posiciones que le había comentado le gustaría ocupar.
Iniciada la administración que debiera para muchos haber encabezado el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el Presidente lo hizo director del INFONAVIT, después del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y finalmente le dio la tan deseada Secretaria de Comunicaciones y Transportes.
En las tres posiciones, Gamboa Patrón pudo hacer todo tipo de compromisos y acuerdos para iniciar con cuantiosos negocios de los que aún hoy tiene el privilegios de gozar.
Del IMSS, hoy en día sigue obteniendo jugosas ganancias gracias a lo posición de uno de sus alfiles, Arturo Morales Portas, con quien desde hace 30 años operan el rentable negocio de los medicamentos y ventas de diversos insumos; de la SCT, lograron obtener inimaginables ganancias en toda la obra pública, para aún conservar comprometidos a varios empresarios de la construcción, que le dan sus respectivas “comisiones” por haber sido tan bondadoso de darles obras con costos alzados en aquellos tiempos del salinato.
Pasó también por la dirección General de la Lotería Nacional y de Fonatur, cargos que le dieron no sólo grandes ingresos salariales sino como en los anteriores cargos, ganancias y más ganancias haciendo lo que sabe hacer: negocios y ejercer el poder.
Como líder de la Cámara de Diputados y de Senadores, de las que brincaba una y otra vez sin haber hecho campaña, Emilio Gamboa Patrón impulsaba a candidatos a gobernadores, y ya en funciones, les obligaba a dar obras a sus amigos y se beneficiaba de diversos negocios. Si había políticos de otras corrientes, era lapidario con ellos para dejarlos fuera de cualquier posibilidad de crecimiento.
Lo mismo hacía y hace aún hoy con periodistas incómodos, a los que en los medios de comunicación que tiene enorme influencia (o quizás acciones), no les permite llegar o seguir trabajando en ellos si fuera el caso. A unos más que son sus aplaudidores cautivos, los promueve y premia porque son y fueron dóciles y sumisos a sus caprichos y vanidades.
Cuando recientemente fue líder de la Cámara de Senadores, varios periodistas y seudo columnistas políticos, fueron agraciados con el amable obsequio de coches Mercedes Benz, claro, con cargo al erario de ese poder legislativo, jamás salió ni saldrá de su jugosa bolsa personal regalos tan costosos.
El actual presidente sabe perfectamente que clase de hombre y político es el yucateco, que desde hace muchos años es considerado el más rico de todos, muy por encima de Diego Fernández de Cevallos y claro está del propio Manlio Fabio Beltrones.
López Obrador tiene claro que desde el Senado, Gamboa Patrón aportó para la causa de José Antonio Meade cuantiosos recursos para que éste fuera presidente y con ello seguir mamando de la ubre gubernamental. Conoce el de Macuspana, que a través de su vocero Héctor Lié Verduzco y de Ignacio Durán Lomelín, entren otros comunicadores, gastaban carretadas de dinero para desprestigiar al tres veces candidato presidencial.
Hoy desde las sombras y con lo habilidoso que es, Emilio Gamboa ha podido incrustar a empresarios y políticos incondicionales a él en las redes ocultas del Poder, que sabe como nadie manejar, y es, de una u otra forma, beneficiario de la llamada Cuarta Transformación.
El hasta hoy más exitoso político priista, que ha sido todo menos presidente y gobernador de su natal Yucatán, seguirá llevando agua a su molino. Continuará siendo verdugo de políticos y periodistas ajenos a él, y generoso con todos aquellos que le hagan caravana y reverencia. Sabe para qué se hizo el ejercicio del poder.
Apuntes Finales…
Si el habilidoso senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán no tiene línea desde Palacio Nacional para hacerse del liderazgo del hoy dividido partido de Morena, las cosas se le pueden poner color de hormiga. Para muchos, sus giras al interior de la República y sus duros mensajes criticando a Yeidkol Polevnsky y a Bertha Luján, tienen el visto bueno del presidente, de quien dice tener una enorme amistad desde que fuera el conciliador entre López Obrador y Marcelo Ebrard, que buscaban en ese entonces la candidatura de Morena a la Presidencia. Sea como sea, Rojas Díaz Durán ha hecho buen trabajo y mucho ruido para que los morenistas de provincia lo consideren como probable líder de ese partido hoy en el poder. De ser así, Ricardo Monreal y el mismo Marcelo Ebrard Casaubón se pondrán la medalla y se sentirán con ventaja para la ya desde ahora peleada precandidatura presidencial… Que en Puebla se le siguen complicando las cosas al recién gobernador Miguel Barbosa, que un día sí y otro también o le renuncian colaboradores, o le salen escándalos políticos y financieros…Que las declaraciones de Eudaldo García Luna sacaran chispas y serán muchos los políticos involucrados en los turbios negocios del narcotráfico.
Panistas y priistas se comen las uñas por el escándalo que crecerá… Muchos mexicanos no entienden por qué aun López Obrador no procede en contra de Enrique Peña Nieto y sus colaboradores. Gerardo Ruiz Esparza, Luis Videgaray, Luis Miranda Nava, Miguel Osorio Chong y muchos más, deberían estar ya tras las rejas. Sus riquezas mal habidas fueron muy rápidas pero la justicia es lenta. Qué lástima. Así es este México de complicidades.
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