Yo Campesino / ¿Matanzas?
• Ganso criminaliza a víctimas de masacres y rehúye su responsabilidad
Miguel A. Rocha Valencia
Dice el ganso que los jóvenes asesinados en Guanajuato -los cinco de hace una semana y los diez o doce de antier tienen motivaciones de drogas y que en ese estado hay que tener mucho cuidado pues está en una franja criminal. Pero además dice que en esa entidad debe darse de baja al fiscal porque tiene demasiado poder y que muy posiblemente sea un motivo de la violencia que prevalece en ese estado.
Si así fuera entonces habría que poner en la misma franja a Sonora, con aquella matazón que sufrió la familia Le Barón, donde hasta mujeres y niños fueron quemados o Chihuahua donde jóvenes que estaban en una fiesta fueron masacrados y otros que regresaban de un festejo fueron acribillados, se dice que por militares. Igual habría que meter a Zacatecas donde hasta hace poco le sembraban muertos incluyendo policías al gobernador hermano de quien hoy “es nada”.
Se los dejaban en el mero centro de la capital para que no hubiera dudas de quién mandaba o tal vez era un mensaje para que Ricardo Monreal se sometiera al tlatoani olmeca.
Y ni que decir de Michoacán donde casi a diario hay ejecuciones y de las cuales a veces no se conoce y las víctimas se mandan al archivo de desaparecidos; ya en esa sugerencia del mesías tropical tendríamos que inscribir al Estado de México donde los más recientes fueron 10 o 12, otros ocho ya no se encuentran y antes hubo ejecuciones sumarias.
Pero también podríamos apuntar en la lista a Guerrero donde asesinan a fiscales federales, locales y obviamente a habitantes de muchos municipios en crímenes que ni siquiera llegan a conocerse pero sí se toma nota que la gente como en otros estados se arma para defenderse del crimen organizado.
En esas masacres que contribuyen al total hasta el momento de 175 mil asesinatos y 47 mil desaparecidos habría que contar desde luego las ocurridas en Guanajuato desde aquella en que fueron acribillados drogadictos redimidos en su propio centro de rehabilitación, pero Chiapas no se queda atrás, mucho menos Jalisco con sus notables ejecuciones incluyendo exgobernadores. Y en esa geografía pasamos por Colima donde a diario hay asesinatos, ni hablar de Veracruz especializado en periodistas.
Oaxaca no se queda atrás en persecución de tundemáquinas o matazones “por tierras” para luego seguir por Tamaulipas donde las actuales autoridades aplican “la morenista” estrategia de culpar a los de antes de las atrocidades que ahí se cometen. En todos ellos, donde podríamos meter en menor dimensión a Quintana Roo, Puebla o la misma capital de la República habría que revisar si los señores (as) fiscales cumplen con su función ahora que gracias a la cuarta transformación están prácticamente desaparecidas las policías estatales, las municipales y la federal se convirtió sólo en un instrumento de persecución política.
Porque con eso del mando centralizado y la Guardia Nacional se sacrificaron a los cuerpos de seguridad estatales y para todo ahora hay que solicitar el auxilio de la Guardia Nacional o los militares.
Eso es lo que quería el caudillo de Macuspana, ser él quien dispensara el apoyo de seguridad a todas las entidades para tener ese sector cooptado que por lo visto resultó para mal respecto a la ciudadanía, pero en favor de la delincuencia. Se acabaron los policías locales y la delincuencia creció incluyendo los delitos de bajo impacto, “el renteo” de todas las actividades económicas y productivas, el cobro de piso, secuestro exprés y desde luego el chantaje para que el pueblo bueno, comerciantes y agricultores paguen por trabajar.
Ese es otro de los fenómenos derivados de la política centralista de la seguridad que permitió crecer a la delincuencia común y la federal, pero con una diversificación de actividades. Por ello habría que preguntarle al machuchón de Palacio Nacional a cuántos fiscales habrá que correr y a cuántos estados meter en la farmacodependencia.