Yo Campesino / El yo no fui
• Ganso inocente. A pesar de tener el poder, no es responsable de debacle ni muertos
Miguel A. Rocha Valencia
La culpa de todo lo malo que sucede en el país, es de neoliberales enemigos de la 4T, clasemedieros aspiracionistas y de Estados Unidos. Eso queda claro todas las mañanas cuando el machuchón de Palacio Nacional saca el repertorio de acusaciones que justifican el fracaso de su administración y la crisis en que se encuentra México.
De lo único que acepta responsabilidad, es de una popularidad que le dan encuestas que en la calle son desmentidas cuando preguntamos qué opinan del mesías tabasqueño.
Por lo pronto, no será su responsabilidad el ciclo inflacionario que cada vez se agudiza y nos colocará por arriba del ocho por ciento como tampoco lo son los más de 106 mil asesinatos con que cerrará su primer trienio, ni mucho menos se hace cargo de la sobretasa de muertos por mala administración de la pandemia.
En consecuencia, tampoco es su responsabilidad la inseguridad en el país donde las ejecuciones se dan un día y el otro también y menos aceptará culpa en los migrantes fallecidos en Chiapas, es más, ya culpó a Estados Unidos por no resolver el problema, olvidando que en él están involucrados más de 65 mil mexicanos que buscan irse al norte en busca de chamba y seguridad, connacionales que huyen de un país en el cual carecen de oportunidades.
Tampoco reconocerá que, por sus políticas, extorsiones y chantajes, los empresarios deciden no invertir, prefieren irse al extranjero a “engordar” bolsas de valores extranjeras como en NYSE y Nasdaq donde cotizaron 900 empresas, en tanto que en la de México, sólo llegó una y cinco más dejaron de cotizar.
Sin duda, este dato es el reflejo de la inestabilidad, en tanto que ya se anuncia que Banco de México podría incrementar otros 25 puntos base en un esfuerzo por contener el proceso inflacionario considerado por los expertos como el más agudo de los últimos 21 años.
A la par, la agencia Trading Economics, dio a conocer su “top ten” de países con mayor carestía y México obtuvo el quinto lugar por tener la mayor en dos décadas, superado por Argentina, Turquía, Brasil y Rusia.
Es tan real este fenómeno que la misma secretaría de Trabajo de la 4T plantea que la percepción por el crecimiento inflacionario afectó a la baja las revisiones contractuales en noviembre, en tanto que el impacto de la carestía en los salarios fue del 2.1 por ciento, considerado el mayor daño al ingreso desde 2017.
Para colmo, la UNAM da a conocer que a la mayor inflación de noviembre de 7.37, se sumó la baja en la productividad y debilidad de las empresas, por lo cual en 2022 se espera una menor contratación, máxime si se toma en cuenta el aumento a los mínimos que serán sólo un referente, pero no garantizan la recuperación del poder adquisitivo.
Un indicador más es que los índices de pobreza van en aumento. Como referente se menciona que, de acuerdo con el Consejo de Evaluación de Desarrollo Social, la capital del país amanecerá con 169 mil nuevos pobres.
Pero claro, para eso ya prevé la 4T repartir a través de programas clientelares más de medio billón de pesos, que no resuelven el problema de fondo y aunque generan economía, no propician recuperación y menos aún, estabilidad ni mucho menos crecimiento real, pues no se trata de inversión productiva.
Respecto a la corrupción, principal bandera del mesías tropical, tampoco es su culpa, a pesar de que todos los días se evidencia el atraco a las arcas nacionales; esta vez, se trata de los 34 operadores de Morena que cobraron 42 millones de pesos de un fideicomiso destinado a damnificados de los sismos de 2017.
Mientras a Edgar Tunguí, ex secretario de Obras y luego encargado de reconstrucción en el gobierno de Miguel Ángel Mancera lo tienen encarcelado por desvíos en ese rubro, Alejandro Esquer, super delegados y directores de la secretaría del Bienestar, se despacharon en operación carrusel todo el dinero que quisieron. Por cierto, a los morenos se les “olvidó” donar sus prerrogativas para ese noble fin reconstructivo del sismo del 2017. Pero claro esto no es corrupción.
Como se ve, el Ganso no es culpable de nada malo, sólo de gobernar un país a quien se le ve en una espiral de crisis en todos los ámbitos. Aguas.
Por Mi Raza Hablará el Espíritu