Yo Campesino / ¿Pobres o clientes?
• Ganso presume “logros” para socializar pobreza, sin crecimiento y fuga de capitales
Miguel Ángel Rocha Valencia
Sin meternos más a los temas de seguridad donde el profeta de la 4T insiste en no deslindarse del crimen organizado que lleva 97 mil asesinatos, secuestro de pueblos enteros y participación directa en la selección de legisladores, presidencias municipales y gubernaturas, los asuntos económicos tampoco se le dan o los encubre con cifras de limosnas que no resuelven pobreza, sino que la socializan y pretenden perpetuarla porque ahí están los mejores clientes electorales de Morena.
De tal suerte que si comparamos lo que se gasta en los programas clientelares con lo que mete a causas perdidas como la generación de petróleo como motor de la economía, resulta una asimetría tan grande que con esos recursos tendríamos nuevos ricos mexicanos.
Y es que mientras a las becas y pensiones les mete 400 mil millones de pesos, con todo y los 25 mil millones adicionales, lo gastado en Pemex es un insulto a la inteligencia y a la economía.
Tan sólo en dos años la paraestatal de cuyo rescate presume el Ganso de Macuspana, se registran pérdidas por cerca de 600 mil millones de pesos en tanto que su deuda creció a dos billones 306 mil 648 millones de pesos.
Pero como el machuchón de Palacio decide qué hacer con el presupuesto de todos los mexicanos sin que según él cometa delito alguno, le metió fuera de programa a esa paraestatal otros 68 mil millones de pesos para continuar con la construcción de la obsoleta refinería de Dos Bocas, que ni se necesita dado que, con la producción actual, las seis existentes sobran para procesar petróleo.
Esos 68 mil millones de pesos, son un millón más que los destinados al sector salud para este año en que las carencias de equipo, personal, tratamientos y medicamentos son notables y han causado o acelerado el fallecimiento de miles de personas. De hecho, para la refinería estaban previstos “sólo” 45 mil millones de pesos, con lo cual, el gasto entregado para esa obra se incrementa en 151 por ciento.
Presupuestariamente ese gasto no programado afecta otros proyectos, ya que disminuye la inversión pública en obra que en términos de millones suma varios miles y suprime obras que generarían empleo abierto y dinamizaría la economía que por tercer mes consecutivo mostró un decremento del 0.9 por ciento luego de que en el primer trimestre mostró una mejoría.
Total, que ante los “otros datos” del caudillo de Tepetitán, que afirman un país creciente y los mexicanos somos muy felices, el INEGI apunta que en junio del 2021 la economía tuvo su mayor deterioro de los últimos 13 meses al establecer el Indicador Global una contracción del 0.9 por ciento respecto al mes anterior. Si ya de por si no crecer es malo.
Y como es natural, el sector primario donde se encuentra el agropecuario fue el más castigado con menos 4.4 por ciento mensual.
Pero si eso no fuera suficiente, la tendencia bajista se ve a largo plazo, aunque el gobierno del Ganso meta mano a las cifras y quiera aparecer el vaso medio vacío como si estuviera medio lleno. Y es que, de abril a junio de este año, siete mil millones de dólares se fueron, mientras que en el trimestre anterior se festinaba el retorno de sólo 64 millones de dólares. En el primer trimestre se fueron más de cinco mil 135 millones de dólares.
Es decir que de acuerdo a, los registros del Banco de México indican que en la primera mitad del año salieron en total 11 mil 349 millones de dólares en inversiones de cartera, lo que representa la mayor fuga desde 2009 para un periodo similar, cuando en ese entonces la salida fue de 20 mil 106.8 millones de dólares. Eso representa un incremento en la fuga de capitales del 135 por ciento respecto al mismo semestre de 2020 cuando en todo ese año “sólo” salieron diez mil 632 millones de dólares.
Esto es que en 18 meses se fueron depósitos e inversiones por cerca de 22 mil millones de dólares. Analistas financieros internacionales indican van cinco trimestres consecutivos con salida de inversiones en cartera y que mientras persista la incertidumbre política generada por decisiones del machuchón de Palacio Nacional, la tendencia podría acentuarse, claro, eso sí, en un clima donde estamos muy felices con el reparto de limosnas, pero no nos damos cuenta.