HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
El subsecretario de Salud Hugo López Gatell, cada vez más menguado en su credibildad, advirtió este domingo que todos los niveles de gobierno tienen que acatar las medidas de la Jornada Nacional de Sana Distancia, hasta el 31 de mayo que concluye la disposición emanada del Acuerdo firmado por el Secretario de Salud, Jorge Alcocer máxima autoridad en materia sanitaria. La advertencia no intimidó a nadie.
La respuesta de parte de algunos gobernadores y presidentes municipales, no se hizo esperar, no reabrieron las actividades en los “Municipios de la Esperanza” programados por la autoridad federal para este lunes. Algunos decidieron mantener las medidas de confinamiento y otros presentaron casos de Covid de última hora.
Hay una insubordinación de gobernadores a las órdenes del centro, sobre todo los del norte, no hay confianza en la evaluación que se hace para reactivar la vida dentro de lo que llaman la Nueva Normalidad. Ayer los seis municipios programados para reiniciar actividades en Chihuahua, pasaron sin ver, no lo hicieron. Otros siguieron el mismo camino.
Dentro de todo este desbarajuste hay gobernadores que no pierden la oportunidad de sacar raja política de la desgracia, incluso con fines futuristas con rumbo al 2024, en el caso están Enrique Alfaro de Jalisco, Francisco Javier Cabeza de Vaca de Tamaulipas, Javier Corral de Chihuahua y hasta Alejandro Murat, de Oaxaca que sueñan con ser candidatos presidenciales.
Del otro lado existe ineficiencia en la comunicación, empezaron bien, pero a medida que se agrava la crisis del Covid-19, han surgido fallas garrafales. Ni López Gatell ni los comunicadores del gobierno han sabido conciliar entre las medidas de confinamiento y la economía de la población; tampoco entre el peligro real de la pandemia y la efectividad de las decisiones. Fomentan el pánico y la incredulidad.
¡Aguas! la falta de coordinación entre los tres niveles de gobierno y no comunicar con eficiencia puede ser de fatales consecuencias. Estamos en el peor momento de la pandemia y las contradicciones afloran sin que nadie asuma un liderazgo capaz de enderezar la nave. Hablan de que ya se ve la luz del túnel, ojalá que no sea la del tren que viene en sentido contrario. Esto último me lo fisilé pero no me acuerdo a quién.
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Extraña que el general Secretario de Sedena, Lusi Cresencio Sandoval y la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, no hayan puesto un hasta aquí al seudo experto en seguridad nacional, Miguel Ángel Godinez García, hijo del desaparecido general, Miguel Ángel Godínez Bravo, un hombre muy querido en el Ejército Mexicano y estimado en los medios de comunicación, quien fue el jefe del Estado Mayor presidencial en el sexenio del presidente López Portillo. En su columna que escribe semanalmente en un diario de circulación nacional se ha dedicado a difamar a las fuerzas armadas y algunos políticos y empresarios. Muchos amigos y familiares de su difunto padre de quejan de que utiliza el buen nombre del general Godinez Bravo. Fuentes cercanas a su entorno aseguran que ya no lo quieren recibir en la Sedena, aseguran que se ampara la columna para atacar a los amigos del general y en la Defensa ya ni las llamadas le toman…Al que le fue muy bien es a Javier Duarte, sólo 9 años de sentencia le impuso el juez, de los cuales ya cumplió dos. En 7 años podrá gozar plenamente del dinero robado…Creo que sí Calderón en lugar de llamar escribir un libro sobre las Decisiones Difíciles, lo hubiera titulado: “Cómo me robé la presidencia en el 2006” las librerías estarían atiborradas de personas, en busca de un ejemplar, a pesar de las medidas de confinamiento. ¿Qué le pasa Poncho Ramírez Cuellar aquel aguerrido defensor de los deudores de la Banca por medio del Brazón, organización que dirigió? ¿será que necesita una buena dósis de Dramamine?
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@HctorMoctezuma1.