La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Tendencia mata política pública…influencer mata hombre de Estado
Todo indica que el lugar común que decía ´soy presidente de todos los mexicanos’ (entendemos que sólo era retórica), de plano pasó a la historia y hoy, el presidente López Obrador, no tiene empacho en admitir que nada más gobierna para sus seguidores.
Porque al pedir que dejemos las medidas tintas y nos definamos, a favor o en contra de su proyecto, implica, por donde lo quieran ver, que enfocará sus baterías en aquellos que lo apoyen, mientras que el resto, como la muñeca fea: a esconderse tras los rincones.
Esta circunstancia, entraña que el mandatario manejará al país como su muro de Facebook.
En la mayoría de los casos, los usuarios de la mencionada red social, eligen a sus amigos por una variedad de intereses: espirituales, intelectuales, sexuales, profesionales, políticos, empresariales o simplemente, por parentesco o relación amical.
Además, al seleccionar a los amigos, salvo sus honrosas excepciones, nadie espera ser agredido o refutado, en forma irrespetuosa, por alguno de los elegidos. De darse el caso, reiteradamente, una sencilla acción como eliminar o bloquear, termina con el desaguisado.
Así pues, el tabasqueño ha decidido evitar todo tipo de diálogo y crítica, excluyendo de su ‘muro’ a todos aquellos que lo incomoden, total, con sus puros fans le alcanza en las urnas. Y si alguien quiere stalkear, lo reportan como spam con Santiago. ¡Tómenla!