Sara Lovera*
SemMéxico, Ciudad de México, 17 de octubre del 2022.- En la Cámara de Diputados desde hace más de un año, se “cocina” una reforma constitucional para modificar 50 de sus artículos, cuyo objeto es borrar los conceptos mujer y sexo, y permitir que cualquier hombre pueda “autodeterminarse” “mujer”, sin ningún requisito, más que su palabra.
Ello ya tuvo consecuencias en las elecciones de Tlaxcala el año pasado, donde 18 hombres se registraron como mujeres para burlar el principio de paridad que impone la ley, para el registro de candidaturas. Esto, sin contar con la existencia de una lista de feministas que se consideran “transfóbicas”.
El tema no es menor; es preocupante. Responde a una corriente llamada queer que, en nombre de evitar los crímenes de odio y la no discriminación de las personas trans, favorece el borrado de las mujeres.
Se promueve como políticas de identidad de género autopercibido, las cuales niegan la existencia del sexo como un hecho y un dato biológico. Esa corriente es favorecida por el gobierno desde el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Como nadie hubiera imaginado, reformas y nuevas leyes avanzan a paso firme en México. Hasta ahora, en 19 entidades del país cambiaron en algunas leyes la palabra “mujer”, por “persona” y se favorece al “género autopercibido”. Es el proceso del borrado de las mujeres sin el necesario debate entre quienes integran y nos representan en los poderes del Estado.
Dice la activista Muriel Salinas que el asunto se percibe como un tema al que la clase política le tienen terror, pues la mayoría de las y los tomadores de decisiones y representantes populares temen ser exhibidos, silenciados y sancionados por discriminación o discurso de odio por parte del transactivismo queer, que hoy tiene una fuerza política importante. Y menciona el caso del diputado Gabriel Quadri.
Lo cierto es que esa iniciativa cuenta con dictamen, el que pretendió aprobarse en comisiones apenas el miércoles pasado, para presentarse luego en asamblea.
Entre otras cosas, busca una modificación al artículo 4 constitucional para establecer que “toda persona es igual ante la ley”, en lugar de “la mujer y el hombre son iguales ante la Ley”, lo que además de ser redundante con el artículo 1 de la Constitución, borraría de tajo el reconocimiento de la igualdad jurídica entre los sexos, la cual se logró en 1974.
La denuncia de esta tendencia, internacional, ya movilizó a un grupo amplio de mujeres mexicanas que, individual y colectivamente, se aprestan a parar este intento. El 4 de octubre, mujeres, colectivas y redes nacionales y estatales hicieron una denuncia pública y solicitaron a las legisladoras que las reformas en curso se ajusten al texto constitucional, evitando dañar el principio de igualdad entre mujeres y hombres, que ha significado una lucha de al menos 300 años. Y es que se confunde la igualdad con la identidad de género, lo que contraviene al artículo primero de la Constitución.
Llamaron a las diputadas de todos los partidos políticos para que analicen esas iniciativas, conforme a los principios de derechos humanos de las mujeres y de niñas, niños y adolescentes, establecidos en la legislación nacional.
La iniciativa de marras se intentó aprobar al vapor en noviembre de 2021, pero hoy vuelve a escena. Y peor, cuando el 14 de octubre se sorprendió a los medios con el boletín 2826 de la Cámara de Diputados titulado: “Piden que la Constitución y las leyes garanticen igualdad sustantiva y perspectiva de género en políticas públicas”, donde la diputada perredista Elizabeth Pérez Valdez, quien es autora de la propuesta a cambiar el cuarto constitucional, ahora busca modificar el artículo primero de la Constitución, para que no se contradiga a la iniciativa comentada. Veremos…
*Periodista. Directora del portal informativo SemMéxico.mx