Claudia Rodríguez
Es terrible ver los ojos de cuatro jóvenes quienes no rebasan los 20 años al interior de un juzgado en plena audiencia, tras un año de reclusión pese a que los alegatos en su contra se caen uno a uno, e incluso quien acusa al cuarteto de reclusos de robo a mano armada, no ratifica más su acusación, ni se aparece en las audiencias de los juicios orales. No obstante ir cayendo uno a uno testimonios y pruebas de la parte acusadora, el juzgador programa la próxima audiencia para una fecha próxima y entre tanto pareciera que no importaran las afectaciones a la propia vida de los acusados a la par de lo días de sus familiares.
Cuando se va al fondo de lo que implica en dinero para distintas estructuras, la estancia de un preso en los centros de detención e internamiento administrados por autoridades de los tres niveles de Gobierno, se rescata que un acusado en proceso o sentenciado, se convierte en un gran negocio para muchos que más que trabajar en la atención, cuidado y en su caso readaptación de un detenido, en lo que se emplean a fondo, es verlo como una mina de ora.
No son novedad las alertas de la Comisión de Derechos Humanos sobre las condiciones de las cárceles y prisiones del país, en las que el hacinamiento es uno de sus distintivos, pero sobre todo la presencia de grupos de autoridades que cobran por todo y por nada.
Para empezar, la visita a un recluso debe ser pagada previamente –la entrada por persona a Barrientos en el Estado de México, es de un mínimo de 15 pesos por persona–, los servicios de salud y de comida que proporciona el Estado vía asignación de presupuesto también son de baja calidad o inexistentes por lo que los familiares del preso, son los verdaderos proveedores sus necesidades.
Pero las cosas no paran de ninguna forma ahí. No sólo hay un mecanismo administrativo para entregar comida o productos de higiene de los externos a sus presos; cualquier movimiento para proveer a los reclusos cuesta dinero.
El más más vergonzante de estos dispositivos es el cobro que se hace para que llegue dinero al detenido.
En el mismo caso de Barrientos, el depósito se hace en un Oxxo, y sólo hay un disfrute del 90% del dinero entregado, el otro 10% es retenido por el reclusorio.
Es una forma de entender porque las cárceles están atiborradas. No importa si eres culpable o inocente. Lo toral es que eres un sujeto que significa dinero fácil.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto destacó en el 2016, los logros en la transformación del sistema penitenciario.
Para advertir… ¿De cuál país?
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