Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George
El temor a militarizar México está en la base de la inconformidad ciudadana contra la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de que la Guardia Nacional (GN) –con sus 120 mil integrantes hasta hoy- se convierta en una dependencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Para inclinarse a favor o en contra debe tomarse en cuenta que organismos del más alto nivel, como es la ONU, ya se pronunciaron para que esa manzana de la discordia -que es la GN desde su creación- continué subordinada a la autoridad civil.
Si bien, el mandatario federal ante las impugnaciones ya aceptó que será el Poder Judicial quien determine el destino del organismo de seguridad pública federal, el siguiente punto estratégico que el presidente debería resolver y que está en voz de todos es que la GN está rebasada por el problema para el que fue creada.
Como es sabido, la inseguridad pública en todas sus manifestaciones ha empeorado y muchas voces ciudadanas demandan un cambio de enfoque. En respuesta, AMLO ha dicho que sigue vigente su política rectora -el polémico principio de “abrazos, no balazos”-.
Tampoco está de más reiterarle también al presidente que la población en muchas partes del país se encuentra muy atemorizada por la salvaje y creciente violencia de las expresiones delincuenciales.
Por lo tanto, es urgente que el gobierno convoque a todos las fuerzas estatales y municipales para que bajo la conducción federal se adopte un gran acuerdo nacional, con medidas alternativas y complementarias contra los delincuentes de todo orden.