La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Dados los tropiezos, se requiere un bastón de mando…pero a distancia
En el marco, del plan maestro de la 4T (construir el ‘segundo piso’ entre 2024-2030), se ha desatado una feroz disputa por las candidaturas que, por un lado, ubica a los ‘puros’ y, por el otro, a los advenedizos, o sea, ex priistas y ex panistas, reconvertidos en morenos.
Como resulta obvio, es la CDMX, la principal manzana de la discordia, el respaldo de Claudia Sheinbaum a Omar García Harfuch, provocó que la realeza cuatrotera, encabezada por el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, lanzara una campaña mediática y en redes sociales, contra el nieto del general García Barragán (secretario de la Defensa con Gustavo Díaz Ordaz), a la que, incluso, se sumó Alejandro Encinas.
En Guanajuato, pasa algo similar, el sector duro quiere bloquear al ex panista Ricardo Sheffield, que se apuntó al proceso en busca de la gubernatura. No está de más señalar que, en los dos casos mencionados, los ‘infieles’, son los mejor posicionados en las encuestas.
En este contexto, las discrepancias van más allá de lo anecdótico, porque el resultado del diferendo tendrá, en consecuencia, sólo un par de escenarios: ganar o perder votos.
Desde luego, mucho de este ‘lavar ropa sucia’ a la vista de todos, es resultado de la soberbia. La empoderada aristocracia del obradorato, considera que no es necesario construir alianzas con otros actores o, en su caso, los ‘cortesanos’ que aspiren a codearse con ellos, tendrán que hacerlo sin esperar reciprocidad a cambio.
Lo más grave del caso, es que los aislacionistas olvidan el 2018, cuando AMLO consolidó su triunfo, precisamente, abriendo el abanico ideológico a grupos que lo veían con recelo. Dice el clásico, que el peor error de un estratega, es suponer que tiene la victoria asegurada.