José Luis Parra
Las heridas que dejó la disputa por la candidatura presidencial del 2024 todavía supuran en MORENA. Y en San Lázaro, donde los claudistas tuvieron que guardar el ego y seguir la partitura del “Mayor”, se vive un nuevo capítulo del fuego amigo: la artillería apunta a Sergio Gutiérrez Luna y a Diana Karina Barreras, con munición jarochísima y un objetivo claro: mermar al Grupo Tabasco.
Gutiérrez Luna, abogado curtido en pleitos electorales y con doctorado en esquivar sanciones, intentó suceder a Cuitláhuac García. Lo hizo con el manual verde del PVEM bajo el brazo: figuras del entretenimiento como anzuelos, eventos de impacto para atraer al electorado y espectaculares que proclamaban su vocación de “servicio al pueblo” en cada carretera veracruzana. Pero su estrategia tenía un truco: usaba el Palacio Legislativo para conquistar Veracruz, y no al revés.
En la encuesta del 2023, la oriundez no pesó. Rocío Nahle, zacatecana de nacimiento pero con carrera en la petroquímica de Minatitlán, le comió terreno. El petista Manuel Huerta Ladrón de Guevara se llevó la partida con un contundente 7-3 sobre Nahle, y Gutiérrez Luna quedó incluso detrás de Erick Lagos. Su apuesta por alinearse con Adán Augusto López Hernández tampoco alcanzó para romper la inercia.
Su hoja de vida es un mapa de conexiones: desde su paisano Enrique Herrera Bruquetas, primer secretario general de Convergencia por la Democracia, hasta su paso por el entramado naranja que nunca se borró del todo. En Sonora, implementó la reforma judicial y se vinculó a un grupo de abogados especializados en transparencia y derecho electoral, donde conoció a su hoy esposa, Diana Karina Barreras. En ese circuito coincidió con figuras que luego ocuparían puestos clave, como Guadalupe Taddei en el INE.
Su currículum electoral lo llevó a representar a MORENA en contiendas decisivas —Delfina Gómez en Edomex, Jaime Bonilla en Baja California— y a ocupar la curul texcocana en San Lázaro. Allí fue ariete contra el dúo Lorenzo Córdova–Ciro Murayama y dos veces presidente de la Mesa Directiva, siempre por suplencia.
La joya de su carrera fue la campaña del 2021, coordinada junto a Mario Delgado. Movilización, defensa del voto, entrenamiento de voceros, producción de mensajes… un despliegue multimarca financiado por el empresario Sergio Carmona. Esa maquinaria llevó a Marina del Pilar, Layda Sansores, Alfredo Ramírez Bedolla y Rubén Rocha a las gubernaturas.
Pero en Veracruz, la maquinaria se topó con muro. Sin bendición de Palacio Nacional ni apoyo estatal, la única salida era ganar la encuesta. No lo hizo. Y en política, como en el futbol, los goles fallados se cobran caro: la tribuna te olvida, el rival te adelanta y los de tu equipo… a veces te empujan por la espalda.