Una tempestad política y publicitaria en contra de nuestra Carta Magna ha sido auspiciada por los líderes de la Cuarta Transformación de la Nación, se ha desatado ese malestar por motivo de que la Suprema Ley le ha puesto e impuesto coto a los actos de arbitrariedad.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tiene todo el derecho de poner fin a la ineptitud en la forma de gobernar, ya que esa gobernanza no satisface ni las aspiraciones, ni los intereses, ni los ideales que se contienen en su articulado.
El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, carece en puridad del derecho a criticar dialécticamente el espíritu de la Carta de Carranza, toda vez que nuestra Ley de Leyes fue una aplastante decisión democrática del Congreso Constituyente de Aguascalientes.
Es un hecho evidente que la Suprema Ley modificó en todo la vida jurídica, social, económica y política de México y que la proclamación de los derechos sociales en ella contenidos se ha venido robusteciendo durante décadas, desde su acto de promulgación hasta los inicios de la narco-política, misma que pretendió y pretende su destrucción.
Cabe recordar que nuestros Legisladores Constituyentes, con su gran saber, crearon en el ayer nuevos derechos fundamentales que modificaron la estructura del Estado Mexicano. En pocas y profundas palabras desde antaño, se presentaron rasgos de nuevos conceptos vitalicios de Estado y de Derecho, los cuales ni aún la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador podrán destruir.
Como bien sabemos en la República, el estado de antes de 1917 era arbitrario, indolente, corrupto, selectivo, imprudente; el que creo la Carta de Carranza fue y es de legalidad, se le encomendaron acciones que tenían y mantienen como objetivo lograr el bienestar del pueblo, encontrando el soporte del Estado de Derecho, ese Pacto Federal contiene un derecho cercano a la vida social.
México comprende que el espíritu de nuestra Norma Suprema nos llama a proteger la vida política del País, así como a sus grandes masas, para evitar con ello que se retomen viejos ideales como arbitrariedad, indolencia, indecencia, corrupción, selectividad, imprudencia, ocurrencia, desvarío. En ese documento histórico el derecho de unos se hace extensivo a otros.
Las acciones fecundas de nuestra Constitución Política demuestran la equivocación que pueden sufrir los gobernantes al pretender crear una nueva Constitución. Nuestro sagrado Pacto Federal tiene gran fuerza en la vida política de México, mucha más fuerza de la que pueda tener una mala gobernanza.
Si nuestra Ley de Leyes en su momento logró transformar de forma radical la vida de nuestro México, es por ello que las masas liberales o conservadoras, reaccionarias o revolucionarias, izquierdistas o derechistas, iletradas o letradas, nos inclinamos reverentemente ante ella, por eso la veneramos creyentes o libres pensadores, ya que todos comprendemos que como ideario político evitará las confrontas armadas que en el futuro se sienten venir.
Por ello mejor hablemos y respetemos a nuestra Constitución.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México.