Héctor Calderón Hallal
Sea cual fuere el resultado de la elección para Presidente de la República, en sus dos más previsibles escenarios con una mujer al frente del Poder Ejecutivo Federal, se prevé desde ahorita la configuración de una Cámara de Senadores plural y cuyas intervenciones y pronunciamientos, por fin le devolverán a ese órgano legislativo, la importancia que tiene y la función para la que originalmente fue diseñada y aprobada en la legislación: velar por el régimen gubernativo y el orden jurídico nacional, en el marco de lo dispuesto por los artículos 40 y 41 constitucionales, básicamente.
Volverá a ser –y en buena hora- el Senado, la genuina caja de resonancia de los problemas de la República Federal, Representativa, Laica y Democrática que supuestamente somos, compuesta asímismo de Estados libres y soberanos, en el marco de un vínculo jurídico que debe fortalecerse y no disolverse, como lo es el Federalismo. Porque no somos un país que gira en torno a los caprichos de una administración centralmente planificada… ni a los designios absurdos de un gobernante “sol”, magnánimo e imprescindible.
Y en buena hora llega esta posibilidad, dado que la amenaza de un Poder Ejecutivo autócrata, monopólico y egocéntrico, como esta administración que ya, afortunadamente agoniza, habrían amenazado con el resquebrajamiento de nuestro régimen republicano y con la división de poderes.
A la Presidencia de la República llegará –muy segura y deseablemente- una mujer dinámica, con estudios de Ingeniería, que reconoce las tendencias filosóficas en procesos industriales más avanzados y modernos, como lo son los de la propia “reingeniería”; que ha reconocido por experiencia personal el valor de la administración y de la racionalidad en el gasto de toda obra, sea pública o civil, dado que ha sido emprendedora en el área de la construcción y el diseño; interesada en los procesos tendientes a lograr la igualdad de todos los mexicanos frente a la ley y la equidad de género; pero en general, poco vinculada a los procesos de praxis política que se viven al interior de los partidos y sus grupos de representación en las respectivas cámaras.
Ella es Xóchitl Gálvez, candidata del Frente Amplio opositor, denominado “Fuerza y Corazón Por México”, quien según los más recientes estudios de preferencia del voto y a tan solo unos días del arranque formal de las campañas, vino de atrás, de estar a más de 30 puntos porcentuales en desventaja, hoy se encuentra cercana al empate técnico con la candidata oficial, Claudia Sheinbaum, quien va de 4 a 8 puntos porcentuales adelante. Así que la tendencia, en cualquier lugar del mundo que conozca el lenguaje de las estadísticas, es que Xóchitl Gálvez empareje y sobrepase a la candidata de Morena.
O en el eventual e hipotético caso de que Claudia Sheinbaum lograra “venderle al electorado” la necesidad horrorosa de “continuismo” de un modelo con partido monopólico y gobierno estatista, sin resultados … y sin futuro alguno, sería una política muy ajena a los vaivenes de la jerga jurídico-política que realmente es inherente al progreso material y humano del país… sólo aquello que genere votos y aumente la popularidad.
Está visto. Así se condujo cuando fue autoridad… y así lo seguiría siendo hipotéticamente de convertirse en la Primera Magistrada del país, por su notable tendencia hacia lo funcional y lo “práctico”…y por su abyección perruna al presidente López Obrador.
Así que sin proponérselo también quizá, el partido (movimiento en realidad) en el poder, anunció la noche de este miércoles, que gracias a sus muy confiables y evolucionados “métodos internos” para seleccionar candidatos…. como la tómbola o la “encuesta al pueblo”, Morena habría por fin decidido quienes serán los candidatos plurinominales que integran la cuota de su Comité Nacional… es decir, quiénes serán sus diputados y senadores “de nomenklatura”.
Y resulta y resalta que por fin, la tómbola fue “más lista” que “la lista” que ellos como mafia partidista traían y sucedió lo inevitable: quedaron pocos de los que ellos habrían preferido que salieran.
Aunque como se sabe (y siempre sucede), si el presidente López Obrador tiene la voluntad de que fulano, sutano o perengana, sea el o la candidata… ese va a ser; así funciona su democracia en ese instituto, inventor de la pureza humana y dueño de la patente del concepto justicia. Se evidencia que aprendieron y ejercen lo peor del viejo del PRI.
Para diputados plurinominales, la tómbola, el sorteo conducido por Mario Delgado, a quien cada día que pasa se le vé un perfil más parecido al de Raúl Velasco (QEPD/Perdóname Raúl) que al de un dirigente partidista serio y profesional; la tómbola, se reitera, arrojó al mismísimo José Ramiro “Pepín” López Obrador, el único de los hermanos que no ha sido captado públicamente recibiendo sobres con dinero en efectivo; y al inefable “cruzado contra la prensa libre”, Jesús Ramírez. Ellos irán a San Lázaro como diputados. Y a Mario Delgado, quien sueña con ocupar la Secretaría de Hacienda, le esperan denuncias penales tanto en México como en los Estados Unidos.
Y como senadores, la decepción sobre el moderno método de elección, consistió en que solo arrojó al monero “carnal de AMLO”, Rafael Barajas “El Fisgón” y al vástago de Américo Villarreal, actual gobernador de Tamaulipas y nieto de aquel secretario de Recuros Hidráulicos y también gobernador priísta de los ochenta, del mismo nombre.
En el Senado encontrará este muchacho el fuero que necesita para defenderse de las delicadas acusaciones que se le hacen desde Estados Unidos, por haber supuestamente recibido más de veinte millones de dólares para la campaña del papá, procedentes de la donación de personajes oscuros de la mafia binacional… mexico-americana.
¡Viva el fuero … Rá-rá-rá!
A nivel de especulación, se menciona que existe la gran posibilidad de que se abra el zaguán de la “benevolencia magnánima” del “redentor del sistema político mexicano”, Andrés López Obrador, para que una sola palabra que emerja de su boca sea suficiente para que al Senado entonces lleguen, según lo largamente anunciado, gentes como Elena Poniatowska (¿aceptará?), Adán Augusto López Hernández (perfilado para dirigir la fracción morenista por lo menos); Epigmenio Ibarra, Ricardo Sheffield, extitular de Profeco; Leonel Godoy, exgobernador de Michoacán; Hamlet García, actual diputado federal; y la impresentable actriz (aunque más bien actroz), diplomática y defensora de la marihuana, Jesusa Rodríguez.
Súmele a Eruviel Ávila, por el partido rémora del Verde (PVEM), cuya tartamudez es también mental.
Asímismo a Eulogio Monreal Ávila, hermano del actual gobernador zacatecano; así como Ulises Bravo Molina, medio hermano del goleador gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco; sin descartar incluso que pudiera ir en la lista, el exgobernador priísta de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, según dejó entrever de última hora, Mario Delgado. Quien por lo menos ya aclaró, que ni Alfredo Del Maza Maza ni Alejandra Del Moral, serán candidatos al Senado por Morena en el Edomex.
Todos ellos pudieran ser designados como parte de la lista pluri al Senado de la República por Morena, en el transcurso de la mañana de este jueves 22 de febrero, tan solo para completar la lista de senadores de nomenklatura… a los que se les busca “fuero y foro” para seguir revolcándose en los festines discursivos de defensa de su causa, cada vez más deliberadamente cargada hacia la filosofía anarquista. Solamente falta saber qué van a hacer con Napoleón Gómez Urrutia, el inefable líder minero.
Pero, contrario sensu, afortunadamente hay una mucho más digna oferta de cuadros, poseedores de honestidad y muchos de ellos, provenientes de la cultura del esfuerzo.
Y no nomás en el Frente Opositor, donde está lo más rescatable de esta oferta de cuadros calificados al Senado; sino también en algunos partidos satélite de Morena; sería deseable que fueran ellos los que llegaran incluso en algunos casos, en lugar de los que propone Morena.
A saber:
En primer lugar y para defender las instituciones y el estado de derecho, el aun joven político campechano y líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas; quien con un lenguaje llano y argumentaciones claras, frontales, ha logrado sacudirse a “malos cuadros del PRI”, aquellos que son materialmente prófugos de la pala y el azadón y solo quieren vivir pegados a la ubre presupuestal sin hacer trabajo alguno en el terreno.
Valdrá la pena ver a Alejandro Moreno defender con pasión y racionalidad desde la tribuna, tratando de construir un liderazgo que ha sabido defender con valentía y talento.
Y de paso ver reforzadas las ideas de defensa de la constitucionalidad y del derecho, a un Ricardo Anaya, excandidato presidencial del PAN.
Y… ¿Qué decir?… de un joven y brillante Luis Donaldo Colosio Riojas, quien no obstante ingresaría con el pase de abordar siglado por el desgastado Movimiento Ciudadano (MC), él por sí solo tendría elementos suficientes para brillar en los debates.
Indiscutiblemente muy atractivo resultará ver a un Manlio Fabio Beltrones, que posee más de una memoria USB “de la sobrevivencia”, con información reservadísima de las travesuras de “más de veinte” de los políticos investidos de autoridad hoy día, en los “tiempos estelares de la 4 T”.
Y hasta la presencia de un Marko Cortés, representando el sentir de un panismo agraviado por el acecho permanente a la educación pública y a la libertad religiosa.
Más la presencia del serio y confiable político guerrerense, Manuel Añorve Baños.
La valiosa mujer zacatecana, mercadóloga, Claudia Edith Anaya Mota, de Zacatecas.
El exgobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, siempre un confiable producto electoral.
A la propia Lilly Téllez, defendiendo con valentía y profundidad los temas que le afectan a la población de todos los estratos sociales y económicos.
A Kenya López Rabadán, “poniendo el dedo en la llaga” de los riesgos de las políticas implementadas por los anarquistas en el poder.
A un Pablo Angulo, voz diáfana de la juventud, genuino portavoz de las inquietudes y necesidades de este sector y fiel defensor de los intereses de su natal Campeche.
A una Paloma Sánchez, aguerrida oradora y fiel representante de un sector de la ciudadanía que está harto de escuchar discursos irreconocibles, pronunciados mediante poses y voces engoladas. Paloma representa la necesidad de que los políticos busquen más los resultados que la promoción y el lucimiento personales; va a poner en tribuna los problemas de la Nación “en greña”… como ella mismo la ha dicho.
Y otros muchos más, que harán de esta Sexagésima Sexta Legislatura (66, número cuasi cabalístico), una buena Legislatura; propicia para el debate y la determinación para incidir en políticas públicas o detenerlas, según sea el nivel de beneficio o afectación a los intereses de la República.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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