HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Montachoques van 20 Años a la Cárcel
Cuando el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, visitó Cuernavaca en febrero último, su impresionante convoy policiaco-militar invadió las calles a Galeana e Hidalgo que domicilian palacio de gobierno.
Eso no pasaba en la capital del estado de Morelos, desde las giras de trabajo del presidente Salinas, hace más de 31 años, que servían para inaugurar obras relevantes por emblemáticas.
Para firmar un convenio marco, Armenta utilizó representaciones de toda la fuerza del orden y la seguridad del Estado, para cuidarlo. Ese día, hizo un compromiso: «Estamos absolutamente claros de que la seguridad en el país depende de la seguridad de los estados y municipios». Lo mismo dijo en su toma de posesión, sin cumplirlo. Tan sólo el tercer trimestre del año que corre, Puebla creció en inseguridad. No ha podido el gobierno poblano ni siquiera evitar la escalada de delitos de fácil control: robo en transporte público y en cajeros automáticos.
El 86 por ciento de la población siente temor al salir a las calles, lo que mantiene reprobado a Armenta, quien sus compañeros de trabajo del gobierno estatal, que no colaboradores, recriminan sus moditos de ser abalado en redes sociales, so pena de sanciones y hasta renuncias.
El síndrome de Hubris que parece padecer Armenta, le obliga a exigir a los funcionarios, mandos medios y personal del gobierno estatal, que hablen bonito de él, y de paso, de su gobierno. Las redes sociales se inundan de alabanzas a un tipo promedio de la política mexicana, incumplido y mediocre, que actúa como si viniera, arrogante, de la resurrección de Cristo.
Trastornado —su ego es desmedido, con un enfoque personal exagerado, lleno de excentricidades y, pese a las orejas grandes —«el Orejotas», le dicen sus subalternos—, no le gusta escuchar opiniones en contrario, ni tampoco leerlas.
Un tipo como Armenta, que saca de las calles a policías, guardias y soldados para cuidarlo a él, negando así la protección ciudadana, y que hace «hablar» en sus ruedas de prensa a su perro Tommy, quien le llama «papá» al sedicente gobernador, le vendría bien leer a Marian Rojas para descubrir sus biografías dramáticas.
Eso de humanizar a los animales es equiparable a animalizarse a sí mismo el gobernador de Puebla, como lo hizo con Tommy, probablemente más apto para el cargo de su «papá».
letraschiquitas
Importado de la Ciudad de México, el delito de fraude-extorsión vial, comúnmente conocido como montachoques, se perpetra ya en el estado de Morelos, pero no por mucho tiempo porque los delincuentes irán a la cárcel hasta 20 años, leo en páginas de feisbuc la advertencia del diputado local de MORENA, Rafael Reyes***. Vigilada por agentes bancarios, en Plaza Cuernavaca dos hombres armados perpetraron un robo con violencia a un cuentahabiente, echando bala. Primer respondiente, la inútil policía de José Luis Urióstegui no detuvo a los delincuentes, como siempre***. Hasta dos millones y medio de pesos etiquetados en favor de las personas con discapacidad, desapareció Cuauhtémoc Blanco cuando «gobernador» de Morelos. La acusación la hizo el diputado local del PT, Alberto Sánchez. Sólo el peladito de Tlatilco puede abusar así de los grupos en desventaja***. De la servidumbre de Palacio Nacional, Hugo Éric Flores dijo que antes del turno de juicio político contra Adán Augusto López, hay mil 200 pendientes de estudio. Eso hubiera dicho con el caso de Cuauhtémoc Blanco, denunciado por atentar contra la integridad sexual de su hermana agnada.