Redacción MX Político.- Después del operativo fallido para capturar a Ovidio Guzmán López, en las entrañas de las Fuerzas Armadas germinan la “molestia” y la “decepción” contra la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La orden de liberar al hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, la carga política del Ejército en el fracaso de la detención y la reacción contra las críticas a la estrategia atizan silenciosamente el bajo estado de ánimo entre la tropa y oficiales.
Así lo expone el general de división en retiro Sergio Aponte Polito, quien durante tres décadas encabezó operaciones antinarcotráfico en Sonora, Chiapas, Quintana Roo y Sinaloa. De hecho, realizó operaciones de este tipo en Culiacán, ciudad en la que ocurrió el desastroso operativo contra Ovidio Guzmán.
Aponte Polito se encuentra en retiro, pero dice estar cerca de la tropa y sostiene que aún pertenece al Ejército.
En entrevista con Apro, asegura que para muchos militares “constituye un fracaso” el hecho de que en la operación realizada en Culiacán se haya detenido a un presunto narcotraficante de importancia y después se haya ordenado su liberación. “Causó más agravio y enojo por los muertos y heridos que resultaron de este enfrentamiento. Un militar fue masacrado y otro perdió una pierna por un disparo de fusil Barrett calibre .50”.
Aponte conoce dos de las cunas del narcotráfico en México: Tijuana y Culiacán. Entre 2005 y 2008, como comandante, pronunció discursos que lo enfrentaron con los gobernadores de Sinaloa y Baja California porque denunció la corrupción de los mandos policiacos con los grupos de la delincuencia organizada.
jvg