DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
El poder se ejerce, no se comparte, reza una de las principales reglas de la actividad política, que son seguidas ciegamente.
Sabedores de eso, consortes, vástagos y familiares de quienes llegan a detentar el poder se aventuran en la búsqueda del mismo para ejercerlo en su momento.
En México hay un gran grupo de hijos y hasta nietos de exgobernadores que siguieron los pasos de sus padres y abuelos: Lázaro Cárdenas su hijo Cuauhtémoc y su nieto, son un ejemplo en Michoacán. Alfredo del Mazo uno, dos y tres, han gobernado en el Estado de México; Manuel Bartlett padre e hijo, lo hicieron en Tabasco y Puebla, respectivamente; José Murat y su hijo Alejandro en Oaxaca; Miguel Alemán hijo y nieto en Veracruz; Carlos y Roberto Madrazo en Tabasco y así una enorme lista de personajes políticos que han pasado por esa tesitura como es el actual caso de Lorena Cuéllar Cisneros, gobernadora de Tlaxcala y nieta de Joaquín Cisneros, quien también gobernó ese estado.
Por el Congreso de la Unión han pasado cantidad de familiares, padres, hijos, abuelos, consortes, vástagos, hermanos, sobrinos y demás personas que conforman los lazos familiares, aunque en la Presidencia de la República, no ha ocurrido algo similar.
Intentos ha habido algunos, aunque la mayoría de ellos quedó en la imaginaria, pues sondearon hijos y esposas de Presidentes de la República sus posibilidades de competir por ese cargo y solamente, hasta el momento, Cuauhtémoc Cárdenas lo consiguió, siendo hasta tres veces candidato presidencial, fracasando en las tres.
El primer personaje del que se tiene idea de que albergaba la idea de competir por la Presidencia de la República fue Rodolfo Elías Calles, hijo de Plutarco y quien fungió como gobernador de Sonora y secretario de Comunicaciones y Transportes, pero bulló solamente en su mente, ya que en 1935 se terminó el Maximato.
Regularmente los hijos de los Presidentes de México se mantenían ajenos a la actividad política, hasta que irrumpió Lázaro Cárdenas que fue senador, gobernador y se postuló en 1988 como candidato presidencial por vez primera.
Eso prendió la idea en otro vástago de un Presidente, Miguel Alemán, quien fue senador y gobernador de Veracruz y alentó la idea de competir por la Presidencia de la república, pero ya era demasiado tarde, el PRI había dejado de ser la maquinaria electoral del pasado.
Fue entonces, cuando una mujer quiso heredar la plaza y Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox, pretendió buscar la nominación del PAN, pero ni oportunidad tuvo en ese partido y resignada alejó de su mente esa inquietud.
Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, coqueteó con ese gusanito y mantiene viva la llama de una candidatura presidencial que ya tuvo y a la que renunció, cuando cotejó los números y comprendió que no le alcanzaban para competir. Ahora busca una nueva oportunidad.
Finalmente, en esta carrera de la sucesión presidencial asoman dos personajes que buscan dicha nominación. De uno, Enrique de la Madrid, su padre, Miguel de la Madrid, fue Presidente, del otro, Luis Donaldo Colosio, su padre del mismo nombre fue candidato y uno de los favoritos para obtener la victoria, pero fue asesinado antes de la elección.
También hay rumores, que no pasan de ser eso, en que se menciona que uno de los hijos ( Andy) del Presidente López Obrador aspira a la nominación y otros hasta apuntan a la propia esposa, Beatriz Gutiérrez, de pretender lo mismo, pero son simples chismes y rumores, que hasta el momento no son verificables.
El gusanito está presente, pero en México, a diferencia de otras naciones en que es común ver a hijos, nietos o consortes de Presidentes o Primer Ministro, contender por los cargos y hasta detentarlos, hasta el momento no se produce ese efecto. ¿Será acaso ahora?
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La presidenta del Senado de la República, Olga Sánchez Cordero, aclaró que Jaime Bonilla sigue siendo parte del Poder Legislativo, ya que no hay sentencia terminal. Solamente si hay decisiones terminales del Tribunal Superior, procedería, explicó.
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