CIUDAD DE MÉXICO, 3 de agosto (Almomento MX).-Los Juegos Olímpicos es la cita de los mejores atletas del planeta; sin embargo, llegar a esas alturas puede costarles terribles heridas y, en algunos casos, la vida.
1.- Estocolmo 1912. Debido al intenso calor, los organizadores suecos habían pedido suspender la prueba del maratón, pero las autoridades olímpicas se negaron porque era la prueba más representativa de los juegos. Sus temores demostraron no ser infundados, cuando el corredor portugués Francisco Lázaro, de 21 años de edad, cayó muerto en el kilómetro 30.
Aunque se dijo que fue víctima de una terrible deshidratación, el análisis de su cadáver reveló que había sufrido de un desequilibrio electrolítico, causado por la falta de transpiración que provocó una cera untada en todo su cuerpo, para prevenir las quemaduras solares.
2.- Roma 1960. El calor cobró una víctima en el ciclismo. Knud Enemark cayó de su bicicleta en la carrera de los 100 metros contrarreloj, abatido por el calor en la pista. Al caer se golpeó fuertemente la cabeza, por lo que sufrió una fractura cerebral que le causó muerte instantánea.
La autopsia reveló que había consumido anfetaminas y una sustancia vasodilatadora, pero los médicos descartaron esto como causa de su muerte. Sin embargo, las autoridades olímpicas ordenaron la creación de una comisión médica y el primer instituto contra el dopaje, que comenzó a operar para los Olímpicos de México 1968.
3.- Seúl 1988. Fue una de las escenas más vistas por los seguidores de las justas olímpicas, por la popularidad con que ya contaba Greg Louganis y por la noticia posterior de que era VIH positivo. Su cabeza golpeó en un clavado invertido con dos giros y medio el trampolín de tres metros de la fosa olímpica; el agua se tiñó de sangre, y el público contuvo el aliento, mientras el competidor estadounidense –ya campeón en múltiples ocasiones– lograba salir del agua con una herida en la parte occipital de su cabeza. A pesar del cero de calificación que los jueces le otorgaron, el competidor siguió la ronda preliminar y logró la clasificación. Ganaría después la medalla de oro en la final, repitiendo el mismo clavado con que se accidentó.
4.- Seúl 1988. Eugenia Golea, de Rumania, falló en su prueba de caballo, al perder el toque en el centro del aparato por el exceso de velocidad del impulso. Apenas rozó la superficie y continuó con dos giros en el aire, pero no pudo controlar la caída y cayó sobre su cabeza.
Afortunadamente, el accidente no tuvo mayores consecuencias y su equipo terminó con la medalla de plata. La multipremiada gimnasta se retiró después de los juegos y se unió a un circo acrobático en su país.
5.- Atlanta 1996. Las gimnastas estadounidenses, llamadas “las siete magníficas”, sufrieron serias lesiones por accidentes en las Olimpiadas en su país. Primero, Kerry Strug se lesionó el tobillo en una mala caída al saltar el caballo. El accidente habría podido costarle la medalla al equipo, frente a las rusas, si su entrenador no hubiera convencido a Strug de la necesidad de intentar un segundo salto que le permitiera remontar su puntuación (si lograba caer perfectamente con sus dos pies). La atleta lo hizo y realizó una caída perfecta, aunque inmediatamente después la lesión se resintió y tuvo que saludar a los jueces cojeando en un solo pie. Ya no pudo continuar en las siguientes competencias y fue sustituida por Dominique Moceanu.
Sin embargo, la pequeña Moceanu sufrió también un aparatoso accidente en la viga de equilibrio, cuando, al intentar una serie de tres mortales hacia atrás, uno de sus pies resbaló de la viga, desequilibró su último giro y la hizo caer sobre su cabeza, que golpeó la viga.
Sin embargo, ella terminó, el giro y la rutina, y el equipo estadounidense se levantó con varias medallas de oro. Moceanu no había podido entrar en las eliminatorias de los Olímpicos, porque se había fracturado la tibia derecha en el campeonato nacional, pero su prestigio en arriesgadas acrobacias convenció a los entrenadores de convocarla.
6.- Sydney 2000. El salto de pértiga se considera una de las actividades deportivas más difíciles del mundo. Todos los detalles cuentan. Así lo pudo experimentar Denys Yurchenko, de Ucrania, cuando triunfó en el intento de volar sobre los 5.40 metros; al caer, fue alcanzado por la pértiga, que también caía, en su ingle y junto a sus testículos. La vara le cortó el músculo de la ingle y tuvo que ser internado en el hospital. Tardó dos meses en rehabilitación para volver a las competencias.
7.- Atenas 2004. Una fractura en el codo obligó a Daniela Krukower, a abandonar la competencia de judo, cuando, mientras intentaba evitar una caída ante el empuje de Ayuni Tanimoto, soportó todo el peso de su cuerpo sobre su brazo apoyado en la arena. Su brazo no resistió y el codo se dislocó. La argentina logró, sin embargo, su diploma de quinto puesto en la clasificación general. Era de las grandes favoritas, pues había conquistado el primer puesto en el campeonato mundial de Osaka en 2003.
8.- Beijing 2008. En la Olimpiada veraniega, el pesista húngaro Janos Baranyai, en la competencia de 77 kilogramos, intentó levantar 148 kilos, pero una mala posición de sus manos, le provocó que el brazo se venciera hacia atrás, desarticulando el húmero y el radio y dislocando el codo. Su brazo quedó colgando, literalmente. La recuperación exigió una operación compleja y dos años de rehabilitación, para volver en el campeonato europeo de Minsk en 2010, a las competencias internacionales de alterofilia.
AM.MX/fm
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