NO PASA… NADA
Por: Jesús Solano Lira
Fue un día histórico, termina el mandato de Andrés Manuel López Obrador, quien fue aclamado por funcionarios y legisladores de Morena y aliados, al llegar a la Cámara de Diputados e Inicia el de Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer que llega a la presidencia en 200 años de vida republicana en México.
En la sesión, una cansada y aguerrida Ifigenia Martínez, referente en la histórica lucha de las mujeres y símbolo de la izquierda mexicana, a sus 94 años, aseguró, en un discurso que no pudo leer, que la llegada de Sheinbaum a la presidencia, “es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era”.
Las líneas de su discurso hablan de una mujer incansable y guerrera, que dejará un enorme legado a las actuales y futuras generaciones., y en el mismo apuntó: “Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico”.
Señaló que “en 1969, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.
Humilde como siempre, Ifigenia Martínez en su discurso agradeció “profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia”.
Sabedora de la situación en que se encuentra el país, también convoco a la unidad y la reconciliación. Señaló que: “Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario”. Y fue más allá en su discurso al subrayar que “es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres. Sigamos dejando huella”.
Era la encargada de colocar la banda presidencial a Sheinbaum, sin embargo, su precaria salud no se lo permitió. Fue una imagen emotiva, conmovedora, me atrevo a decir que hasta sublime, por el esfuerzo realizado por la diputada para ponerse de pie.
Llevaba un tanque de oxígeno.
Ayudada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, sólo alcanzó a pasarle la banda presidencial a la nueva jefa del ejecutivo. En ese momento, hubo expectación, y ella alcanzó a expresar: “Híjole, apenas me detengo”.
El gesto de la presidenta fue elocuente, de agradecimiento. Al subir al estrado y al bajar, López Obrador se dirigió de manera respetuosa y cariñosa a la presidenta de la Cámara de Diputados, le beso la frente y la mano. Esa acción la repitió, cuando Ifigenia Martínez, solicitó a una comisión acompañar al tabasqueño a la salida.
Antes, cuando López Obrador levantaba la mano de la jefa del ejecutivo, una Ifigenia Martínez visiblemente emocionada se sumó al festejo, sentada alcanzó a levantar la mano derecha de la presidenta, una imagen para la historia.
Para la presidenta Sheinbaum Pardo, la diputada Ifigenia Martínez, representa una mujer que a lo largo de la historia abrió brecha a las mujeres y que ha sido consecuente en la lucha por la democratización de México. Sheinbaum reveló que en la elección presidencial del 2 de junio votó por ella simbólicamente.