Tal vez no recordemos, pero hace exactamente 12 meses en la primera semana de marzo del 2020, la empresa norteamericana llamada “Moderna” inició lo que fueron las primeas pruebas en seres humanos de la vacuna contra el Covid19, unos días después la empresa Pfizer, la empresa Astra Zeneca y Rusia dieron a conocer que sus científicos también iniciaban pruebas en personas para la fase uno de sus propios medicamentos en contra de la pandemia que aún no se declaraba pero que ya era tema internacional en especial en Italia en donde estaba causando grandes estragos que ocasionaron el cierre de Europa.
LA OMS A LA ZAGA DE LOS CIENTIFICOS
A pesar de que la Organización Mundial de la Salud es la responsable de informar y en su caso de advertir los riesgos sanitarios internacionales, ella no admitió sino hasta mediados de enero del 2020 que el Covid19 era contagioso, y fue hasta el 11 de marzo de 2020 que decidió declarar la Pandemia.
Aún en esas fechas de marzo del 2020, nos decía la famosa OMS que no era necesario usar mascaras y prometían que los encierros para “bajar la curva” serían de 15 días o algo así.
A pesar de la ineficiencia o colusión de la OMS, los científicos y los empresarios de cuando menos Moderna de EUA, Pfizer de Alemania, AstraZeneca de Inglaterra y Rusia iban muy por delante de la ONU-OMS, advirtiendo el tremendo impacto del nuevo virus, mismo que aún en enero se decía no era contagioso ni un gran riesgo. El 11 de enero de 2020, en cuanto se recibió el genoma del virus, dichos países y compañías iniciaron el desarrollo de las armas necesarias para combatir de manera efectiva a este maldito bicho y para marzo ya estaban aplicando potenciales vacunas a voluntarios en varias ciudades del mundo.
Esas primeras vacunas y sus vacunados, cumplirán 12 meses en estos días con lo que podremos saber si aún mantienen su protección inicial. Naturalmente estamos hablando de la protección en contra del virus original y en su caso de la que brindan en contra de las mutaciones ya reconocidas como las de Brasil, EUA e Inglaterra.
VACUNACION ETERNA
Si las empresas antes mencionadas y el muy hábil Vladimir Putin se arriesgaron a invertir o a arriesgar su credibilidad internacional en la búsqueda de una vacuna en contra de una enfermedad que según la OMS y China no eran para preocuparse, algo debería haber alertado a los que se dicen expertos en varios países del mundo que se dedican a estudiar o a diseñar la política internacional, las políticas de salud y en especial la política económica. Era de llamar la atención que a 50 días de conocer el genoma, dichos empresas o países anunciasen que habían finalizado estudios de laboratorio suficientes como para inyectar a personas con esas vacunas potenciales.
Ahora podemos ver que esas empresas y otras muchas están haciendo su agosto y por lo que se ve, lo harán por muchos años, tal vez eternamente.
Hace 2 semanas Moderna indicó que iniciaría pruebas con los mismos voluntarios de sus primeras faces, para aplicarles una tercera dosis y ver los efectos de la misma en periodos de 9 meses. Dicha dosis iría acompañada de un refuerzo en contra de las nuevas variantes del Covid19. Lo mismo declaró Pfizer el jueves pasado por lo que ahora sabemos que este negocio llegó para quedarse. En especial porque los políticos del mundo ahora están pensando imponer medidas de obligatoriedad para el uso de la misma y de restricción de viajes a quienes no la hayan recibido.
Al menos la OMS y varios países de Europa e incluso algunos políticos de la administración del Presidente Biden ya han declarado que el uso de un pasaporte que indique si los viajeros internacionales están protegidos en contra del Covid19 sería algo aceptable e incluso necesario. Es decir, en un futuro si esta idea se hace realidad, usted no podrá viajar sino tiene la vacuna más reciente.
LA VACUNA DEL FUTURO: DEPENDENCIA ECONOMICA Y SICOLÓGICA
En ese orden de ideas, si una vacuna que fabrican unos cuantos, se convierte en indispensable para la libertad de viaje de todos los seres humanos, los países y personas que no tengan acceso a dichos fármacos, serán altamente vulnerables y dependientes de los que sí los tengan y produzcan. No solo los países pobres, sino los pobres de cada país serán limitados poco a poco no sólo en los viajes internacionales sino en los empleos y en los viajes locales. Estoy seguro que pronto podríamos ver leyes que permitan a los empleadores, a las líneas de trasporte y a las escuelas negar el acceso a todos aquellos que no demuestren tener su cartilla de vacunación despidiendo como en Europa o en EUA a las mujeres jóvenes que pidan diferir su vacunación por estar embarazadas o tener intención de conocer más de las vacunas antes de aplicárselas durante su embarazo.
Lo más deplorable es que hay medicamentos muy efectivos contra el Covid19 como el Bamlanivimab que no se usan y vacunas que se tiran a la basura por ser descongeladas y no aplicadas en el tiempo necesario.
Imaginemos si cada año se deben aplicar 2 dosis de un medicamento a todos los seres humanos del mundo y el efecto sicológico por la falta del mismo. ¡Imagine el costo para los países! Y claro imagine el control político del los lideres internacionales, nacionales y locales quienes deciden a quién y cuándo se les aplica el medicamento que será como el símbolo de status en la era moderna, que endeudará a los países y marcará una vez más la diferencia entre los que pueden viajar a vacunarse en los países ricos y los que deben esperar su lejano turno en la gran mayoría de los países llamados del tercer mundo o en vías de desarrollo.
LA VACUNACION ETERNA
Todas las vacunas que habían sido usadas por la humanidad, eran a partir del mismo virus aletargado que se pretendía combatir, pero al menos dos de las nuevas vacunas en contra del Covid19 son en realidad instrucciones para que nuestro RNA detecte y rechace al virus, pero si esta vacuna no es permanente ¿entonces quieren decir que deberán estar inyectándonos recurrentemente con fármacos que afecten a nuestro sistema genético al menos de una forma modesta?
El método de aplicación de las vacunas tradicionales y en especial de las nuevas súper vacunas ha sido un problema persistente, ya que en algunos casos requieren equipos de refrigeración muy sofisticados por lo que al descongelar las dosis deben ser aplicadas de inmediato o de lo contrario se echan a perder, esto sin considerar la labor titánica de del manejo y aplicación de inyecciones a cientos de millones de personas por mes, pero en poco tiempo eso podría cambiar.
Durante mucho tiempo los médicos han dependido de la alimentación para administrar medidas preventivas o curas en contra de algunas enfermedades. Pronto estaremos viendo el desarrollo de vacunas vs el Covid19 que se encuentren en los alimentos que consumimos de manera más cotidiana, como en su momento fue el yodo o el flúor que se añadían a la sal para combatir el bocio, los problemas de la tiroides o las caries, incluso podríamos conocer alimentos genéticamente modificados que desde su producción contengan desde su generación los elementos bioquímicos que nos modifiquen también a nosotros. Imagine plantas o animales que sean cultivados o apacentados con mutaciones o nutrientes diseñados para prevenir o combatir virus como el Covid19.
Sabemos que somos lo que comemos y la administración de “vacunas” a través de los alimentos puede ser una forma mediante la cual se pueda alcanzar la aplicación universal de las drogas que se nos pedirá consumir cada año.
Puede que esto suene increíble, pero no lo es, de hecho en verano del 2020 se informó acerca de un alimento modificado que podría ser usado como vacuna vs el Covid19, sin embargo los estudios no se han desarrollado a la velocidad que la aplicación de las vacunas inyectadas. Según el Instituto Nacional de la Salud de los EUA, dicho medicamento “se desarrolló a partir de un llamado lactobacillus plantarum modificado, que podría servir como vacuna”. Esta posible medicina provendría de la modificación de una bacteria muy común que se encuentra en los probióticos y que con las modificaciones genéticas correspondientes podría reemplazar a las inyecciones. Según las autoridades de salud de los EUA, la recombinación genética de la llamada L. Plantarum dio buenos resultados iniciales para ser utilizada como medicamento vía oral en la vacunación vs Covid19.
Tal vez en un futuro no muy lejano se les instruya a las empresas de la alimentación incluir en algunos de sus productos los fármacos en contra del Covid19, así como en su tiempo se ordenó a las empresas salineras añadir yodo o flúor a la llamada “sal de mesa” a efecto de que a través del consumo diario de la misma -que era universal-, los habitantes de alguna región recibiesen los nutrientes que les permitiesen combatir la deficiencia de estos micronutrientes que respectivamente ayudan al buen funcionamiento de la glándula tiroides y en contra de las caries bucales.
Por lo pronto, hoy estamos a un año de que los primeros voluntarios fueron vacunados en contra del Covid19 y podemos reconocer que con todo y las dificultades o críticas, el avance científico ha sido asombroso, lamentablemente también el avance gubernamental en contra de las libertades individuales y la acelerada concentración de la riqueza en manos de los dueños de los medios de producción y en contra de los pequeños comercios y de la clase media que en todo el mundo poco a poco cayó en la pobreza durante el 2020.
A UN AÑO DE LAS MENTIRAS DE LA OMS
En febrero de 2020 el doctor Tedros Director General de la Organización Mundial de la Salud nos decía que “estaba impresionado por el nivel de conocimiento y detalle que tenia el Presidente de China con respecto al contagio” y que dado el nivel de control que tenían en dicho país y de las medidas que se habían aplicado, “no había razón para interferir con el libre tránsito de personas o mercancías a nivel internacional”.
Así fue como este criminal, doctor en filosofía y político africano apoyado por China para dirigir la OMS, condenó al mundo a una terrible pandemia, ignorando los llamados de Taiwán quien desde finales de diciembre había advertido de lo contagioso del nuevo virus, llamados que fueron olímpicamente ignorados por meses. No debemos olvidar que hace 12 meses las empresas de medicamentos se lanzaron a producir las vacunas y medicamentos invirtiendo miles de millones de dólares para combatir una enfermedad que supuestamente no era peligrosa.