CRÓNICA DE COLOR.
- Sin Mención, ni Fotos, el Heredero del Legado
El mes de la patria madrugó y atendió una agenda política.
El número 3 del gobierno margarista, Juan Salgado, campeón de oratoria cuando muchacho, desperdició la oportunidad de dar cátedra con una pieza discursiva de valía. «Hacer patria es que las [así] y los servidores públicos actúen con los principios de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo», leyó.
La presidenta Sheinbaum llamó «presidente» dos veces a López Obrador, pero evitó llamarle Andrés Manuel. En ninguna fotografía despachada por Palacio Nacional aparece el heredero del legado, Andrés Manuel chico, pero la informante hizo mención de Harfuch, una vez…
La presidenta menciona nueve veces el sustantivo Corrupción y sólo en cuatro ocasiones se refiere a la Honestidad. México, 59 y Patria, 5. Se refiere al estado de Morelos, por obras y acciones, cuatro veces. Margarita González-Saravia aplaude.
En Gándara sin número, anfitriones e invitados contienden por ropa, calzado y parfum français. Hoy se da principio al segundo tercio de la Legislatura 56, con cinco medallas en la solapa legislativa: defenestración del zar anticrimen y la designación, que no elección, del reemplazo, aprobación de la reforma judicial que envió a la cesantía al magistrado titular, y la designación, también, de un interino, y la miscelánea fiscal de 2025 en tiempo y forma que satisfizo a todos…
Quienes construyeron los consensos estelares, Rafael Reyes [MORENA] y Adrián Martínez Terrazas [PAN], llegaron temprano. Saludan, muy propios, de mano. Poco a poco el graderío alcanza el músculo deseado en el primer piso del salón de plenos. Hay quorum, aunque falta uno de la veintena. Los mismos Rafael Reyes y Adrián Martínez, además de Luz Dary y Ruth, reciben a la mandataria y al magistrado presidente Juan Emilio Elizalde. Los primeros flanquean a la jefa, las otras dos al magistrado. Son las 17:30 horas. Isaac Pimentel, presidente del Congreso, da la bienvenida.
Sonrisa tatuada, el cenador Víctor Mercado, aliado de Adán Augusto y Noroña —ambos bajo vigilancia de EEUU—, no se dejó querer. Se extrañó el estirar la mano y reparto de abrazos con palmadita, pues no asistió. Ni Juanita Guerra. Tampoco los diputados federales que representan Morelos, Sandra Anaya, Ariadna Barrera, Agustín Alonso y Juan Ángel Flores. Hay ausencias que destacan. No fue el caso con los seis.
Sus subordinados del gabinete legal esperan de pie a la jefa, Margarita, con triunfos políticos en los poderes Legislativo y Judicial, que va en camino. Llega el subprocurador Maldonado, que hizo de picos y palas un instrumento de justicia para buscar a los desaparecidos, posando para la foto.
Viene una liza discursiva de los diputados de siglas y acrónimos de todos los colores. Politizan sus intervenciones con colores partidistas. Ruth [NA] va de turquesa, lee un discurso somnífero. Eleonor [PRI] va de rojo. También lee. Luis Eduardo [PV] lleva color verde hoja seca en su corbata, repite los nombres de los presentes antes dichos. Luz Dary [MC], vestido anaranjado, lee un laaargo discurso de lugares comunes. Saluda a todos los que los acompañan Alberto [PT], quien lee, sin color partidista. Andrea saluda «con mucho gusto» a Margarita, sin color panista, pero leyendo saluda a sus compañeros de bancada, como demostración de unidad. Es el primer discurso duro de contenido político, sin complacencias. Qué importa que alargue su discurso… Recuerda los latrocinios de Cuauhtémoc, espera que haya castigo. ¡Hay aplausos!
Llega el esperado mensaje político de Rafael. Voz pausada, habla de confrontación Legislativo-Ejecutivo del pasado. Las cinco medallas de arriba mencionadas cobran valía. Más político, no lleva colores de su partido. Herencia nada sencilla la dejada a Margarita por otros gobernantes de otros partidos. Es el primer discurso no leído —«No existen los discursos improvisados», dice Don Antonio Riva-Palacio—. Diálogo, civilidad, altura de miras, consensos. De eso habla. Oferta todo el apoyo a la mandataria. Es por Morelos. Diplomático, agradece a sus iguales de Cámara. Le echa flores a la prensa. Sin decir su nombre, evoca el mal gobierno de Cuauhtémoc. Se lleva el aplausómetro.
Toca turno a la gobernadora. Sus subordinados se acomodan en sus asientos. Atienden el discurso de la jefa. Saluda a la rectora de la Universidad estatal. Habla del camino del diálogo y el acuerdo, que se ha pavimentado en unidad. Dice diálogo tres veces. Agradece los actos camerales que llevaron a portar aquellas cinco medallas en tiempo marca. Da bienvenida a la crítica seria y madura. Se dice contra las confrontaciones estériles. Diálogo, cuatro veces. Anticipa propuestas de seguridad y hacendaria. Desvela dependencia federal, a lo que se opone. Ya va cinco veces que habla de diálogo. Habla de Sheinbaum. Mensaje breve, conciso, de contenido. Hay aplausos.
Palabra de presidente. Isaac Pimentel, presidente de la Mesa Directiva, cierra la liza discursiva. Es la tercera ocasión que roba la atención de todos. Habla de debate, de construcción. —En la diversidad política encontraremos fortalezas, se compromete. Pide a la sociedad a levantar la voz. Habrá puertas abiertas y oídos.
Nadie habló de corrupción ni de honestidad, pero Isaac pide que Dios bendiga a todos.