GONZALO GARCIA RAMIREZ
La mañana de ese jueves traía los nervios de punta. En el super, me entere del incremento de precios en lo que conocemos “alzas a medio año”. Y la mañana no lo parecía ya que la llovizna hacia dudar. Salir o no salir. Veo el celular y la verdad lo que me animó es lo que me escribió mi amigo Carlos: Vamos a darle, porque nacimos guapos, pero no ricos”. Total, salí de casa y sí, traía los nervios como envueltos en un “salchipulpo”. Otro de los mensajes en Twitter –informativo éste, en toda la extensión de la palabra– era que la jefa de la Cámara de representantes de EU, Nancy Pelosi, iba camino a Taiwán. Yo dije, pero si todos los gobernantes del mundo realizan viajes diplomáticos y de negocios. ¿Qué hay de impactante el que Nancy vaya a Taiwán? Vivimos envueltos en las llamadas fake news. Y ahí es donde radicó que leyera que si la mujer, del poder legislativo de Nancy, ponía un pie en territorio de Taiwán, aguas, aguas, pues en una de esas hasta una guerra se podía desatar.
Por eso, de momento y durante todo ese jueves, los nervios de punta es la mejor forma de decir: ¡oye, sí me preocupa el mundo en donde vivo! Fue hasta el sábado por la noche que entendí que toda esa maraña noticiosa, solo fue inventado con jiribilla para que distraernos a todos. Y si digo todos, eso incluye a toda la gente pensante, menos a las lindas mascotas que abundan por doquier. Más aún, si vas al super y de pronto notas que los panes Bimbo han subido su costo de la noche a la mañana o detectas que el jabón en polvo de la marca Roma, hecho por Fábrica de Jabón, La Corona, su precio también se está yendo a las nubes, a pesar de que es un producto elaborado con insumos nacionales. Total que ya para el domingo, esa advertencia de una posible guerra entre EU y China no tuvo su curso por el hecho de que Nancy Pelosi haya estado en esa parte del continente asiático. Toco madera.
Los internacionalistas explican con detalle que desde hace milenios (bueno, desde hace muchos años, quiero decir), en esa parte del orbe hubo dos bloques de lo que hoy conocemos como China. Detallan que en su momento, el gobierno más poderoso estaba instalado en lo que hoy es Taiwán. Yo me sorprendí cuando me enteré de eso. Solo los libros de historia de ese país deben incluir detalles para medio entender por qué China e Inglaterra se pelearon el control sobre esas tierras en donde se terminan de armar muchas piezas y chips indispensables en los suministros de tecnología para el resto del mundo. Claro que es indispensable ir conociendo más acerca de lo que sucede en Asia. Os doy un consejo: no hay que perder de vista a los chinos y a los hijos de los chinos. Sabemos bien que la humanidad toda, aún no sale del asombro al ver que la Republica Popular de China ha avanzado –en los últimos 20 años— más que todo el continente americano en su conjunto. Eso se llama geopolítica, correlación de fuerzas internacionales y el nuevo mapa político del mundo, tema del cual no ahondaré en este momento. Además, hay que decir, honor a quien honor merece, es un tema muy propio para universidades y académicos que imparten la carrera Relaciones Internaciones o Negocios Multinacionales. Zapatero a tus zapatos.
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Yo la verdad le tengo respeto al mar. Solo 4 veces en mi vida me he subido a un barco. Cuenta la leyenda que Fernando de Magallanes, de origen portugués, quien conquistó lo que hoy se conoce como Filipinas en 1521, pero que fue hasta 1563 en que el Reino de España mandó una expedición para reclamar ese territorio. Miguel López de Legazpi zarpó de lo que era llamado en esos años Barra de Navidad, Jalisco, y en nombre del rey de España, Felipe II es que arribaron a ese lugar, al que se bautizó como Felipinas, para luego quedar en Filipinas. Como dato curioso, en esos años, el único puerto en donde se hacían las llamadas importaciones y exportaciones marítimas en dirección hacia el continente asiático, era el bello (aun, aunque muchos lo hayan afeado) puerto de Acapulco.
Filipinas es una nación que tiene y tuvo mucha influencia de lo que conocemos como raíces aztecas. Se sabe que el idioma español es oficial allá y que, por aquellos años, López de Legazpi viajó acompañado de muchos indígenas tlaxcaltecas. Hablar de ese país tercermundista también es aludir al contexto internacional anexionista. De Filipinas ya sólo diré que cuando me vuelva a comer un mango manila, ahora sí sabré porque lleva el nombre de la capital de esa triste nación. Y digo triste por los niveles de pobreza, es de todos conocido. Me imagino que vive allá gente muy, pero muy campirana, muy “echada pa delante”, muy trabajadora, muy gustosa de vivir a un lado del mar, rodeados todos por cientos de islitas.
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Estos dos temas anteriormente comentados, aluden al titulo de este texto, pues son ejemplos, en otras partes del globo terráqueo, de dos pueblos que han hecho valer su deseo de autonomía, autogobierno e independencia. Yo no soy quien diga si son dos ejemplos a seguir. La realidad es esa y esta ante la vista de todos. En México, al menos ha habido varios casos en donde la dicotomía es y ha sido por siglos: o expansionismo o separatismo. Cuando los habitantes de Texas tuvieron que decidir si se quedaban del lado americano o mexicano es un ejemplo de anexión. Recordemos que ambas naciones pelearon por tener de su lado a Texas y también recordemos que la historia indica que ese estado –hoy uno más de la Unión Americana– tuvo ante sí la variable de que se pudo convertir, por sí solo, en un país más.
Vayamos a dos ejemplos –más recientes– en donde ha permeado la idea de separarse de la llamada Federación: hace meses, el gobernador emecista del estado de Jalisco, Enrique Alfaro, protestó aludiendo a que esta entidad no recibía no que le correspondía, en las llamadas partidas federales (se refería a los dineros, a los recursos que se mandan a las entidades). A su muy temeraria perorata se le unió gente y políticos de estados como Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila. Los oriundos de allá no andan muy perdidos en números. Me explico: Jalisco aporta el país el 7.22 por ciento del PIB nacional; Coahuila casi el 4 por ciento; Tamaulipas debe andar en un 5 por ciento y Nuevo León en 7.97; es decir, casi un ocho por ciento, algo similar a lo que aporta Jalisco, según datos oficiales. Aquí es en donde entra el viejo y conocido refrán de: “información es poder” y con esa información, Alfaro y seguidores, de esas otras entidades, mandaron decir al gobierno de López Obrador que: ¡aguas¡, ¡aguas¡. En el cancionero popular le llamamos: que AMLO le vaya “midiendo el agua a los camotes”. Al paso de los días y semanas (al menos, públicamente hablando), Alfaro ha dejado de lado este intento separacionista del llamado “pacto federal”.
Y ya que hablamos del tabasqueño, actualmente inquilino del Palacio Nacional, se sabe que en esa entidad, rica en pozos petroleros, ha habido voces que han manifestado una lejana, pero no imposible, idea de separarse de lo que hoy conocemos como México. Hombres de antaño, como el actual presidente López Obrador o políticos de la trayectoria como Roberto Madrazo Pintado, saben que en esa entidad ha habido acalorados debates sobre esa especie: una posible independencia con todo y sus recursos.
Es decir, la polarización o el llamado rechazo a la llamada “injerencia del Centro” no es algo nuevo. La muy diferente forma de ver las cosas y el muy distinto estilo para gobernar, ha estado vigente siempre en nuestro país. Aquí lo malo ha sido cuando sólo se pone énfasis en una cara de la moneda. Es decir, siempre hay enojo de que en la capital mexicana se tomen decisiones políticas que se presumen propias de la clase política de tal o cual estado. Sin embargo, a la hora de reclamar un más justo reparto de dinero, de las arcas federales, rumbo a los estados, en ese momento, la percepción cambia. ¿Estamos como país en un pacto federal o no? Es decir, territorio, gobierno y sociedad no lo es todo cuando de ajustes geopolíticos se habla. Es decir, siempre habrá un desequilibrio cuando se busca anteponer intereses personales por encima de los intereses de toda una sociedad.
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Aquí en la CDMX también se cuecen habas. Y entrando a la moda de las corcholatas, permítaseme usar la palabra corcholatitas. La comparación es: si los precandidatos (y precandidatas) presidenciales de Morena para “la grande” han sido bautizados como corcholatas, pido autorización (sin ofender a nadie y con todo respeto lo escribo), usar el termino corcholatitas. La ciudad capital tiene, con mayor peso, a las anteriormente llamadas delegaciones, a la Cuauhtémoc, la Gustavo A Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón como las alcaldías más poderosas. Administrativa y políticamente hablando. Pero la joya de la corona es Iztapalapa. Esa demarcación vivió un frenesí cuando entre los años 2011 al 2013, fue ampliamente difundida la idea de dividirla en tres demarcaciones, dado su enorme tamaño y población. Tal vez, después de las próximas elecciones, resurja esta propuesta de que la alcaldía actualmente gobernada por la “corcholatita” Clara Brugada, llegue a ser separada administrativamente en 3 delegacioncitas.
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Hasta aquí estos apuntes que no buscan espantar a nadie. Véanse, únicamente, como reflexiones del día a día. Como esa inevitable inercia que tenemos todos de poner las cosas en la balanza. Una revisión a la historia reciente nos debe servir para saber el rumbo que pueden tomar los “barcos”. Todos (y me incluyo yo, naturalmente) apostamos a la fraternidad de la UNION COMO NACION. Sumamos y sumaremos ideas y fuerzas para que continúe la federación tal y como está. Nuestras generaciones así hemos conocido a este GRAN PAIS, con la extensión actual y con sus 32 estados, y así queremos que siga. Depende (como siempre ha dependido) de que en las decisiones políticas nacionales no predomine la injerencia extranjera. Sólo una aclaración: “Uno propone y Dios dispone” y si queda duda de ello, de que muchas veces no está todo en nuestras manos, entonces acudamos a lo que indican algunos de los sagrados preceptos de la Constitución, de la Carta Magna. Vayamos a lo que dice el artículo 115 constitucional y pidamos opinión a regidores, síndicos y a los primeros ediles. Preguntémosles su punto de vista, de cara al 2024, sobre lo que dice el artículo que se refiere precisamente al pacto federal.
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GONZALO G IZTAMATZATZIN
@Znog2Vena9