Yo Campesino / Ley suplantada
- Ideología y voz presidencial se imponen al derecho; inversión se va
Miguel A. Rocha Valencia
Por fin se acabó la mascarada de reforma y elección judicial donde la voz presidencial se impuso a la ley, organismos electorales y la voluntad de 90 millones de mexicanos que dijimos no al fraude y por ello decidimos no ir a las urnas a ser comparsas de la imposición cuatroteísta.
Será la historia quien habrá de juzgar a ese movimiento dictatorial y a sus próceres que, imbuidos en un espíritu de corrupción protegida desde palacio Nacional, decidieron que México caiga en un periodo de oscurantismo político, miseria y dependencia como nunca vimos en la historia moderna del país, justo cuando considerábamos imposible colombianizarnos o cubanizarnos.
Está claro que la ley vigente, leyes secundarias y reglamentos, se concentran en palacio Nacional donde la emperatriz decide culpas y perdones no sólo de personas sino también de instituciones legítimamente constituidas y que en alguna ocasión fueron ciudadanizadas y hoy, fueron colonizadas por el oficialismo que las hizo suyas para trepar al poder y quedarse con ellas.
Por eso desde el sexenio pasado se acabó el flujo de inversión directa nacional y extranjera y por ello, de los 300 mil millones de dólares prometidos, llegan dólares a cuentagotas mientras los acreedores en documentos retiran su dinero y se van a latitudes más seguras.
Otros como Iberdrola, prefieren vender sus activos y retirarse del juego no por presiones trumpistas sino porque como otros, vieron el cambio de las reglas del juego y no desean arriesgar más sus capitales, prefiriendo malbaratar que perder todo por un régimen legal que depende de una sola voz y no de juzgados y Suprema Corte Independientes.
Las promesas de la regeolocalización de empresas se cancelaron; los inversionistas que dudaban o mantenían cautela, fueron “convencidos” por la guerra arancelaria de Donald Trump y advirtieron que les saldría más barato irse al mayor mercado mundial, aunque la mano de obra se les encareciera.
También vieron que el ominoso proceso depredador de la 4T al marco jurídico concentraría en un par de manos los procesos legales al controlar a jueces, magistrados y ministros dispuestos a recibir órdenes del Ejecutivo, y no se equivocaron, los acordeones funcionaron, aunque con el 10 por ciento del electorado y lo demás corrió a cargo de los organismos electorales.
Se cantó un triunfo inexistente de los elegidos de Morena a quienes repudiamos 90 millones de mexicanos ante una silente y cómplices oposición reducida a cenizas o comparsas.
Vimos en México y el extranjero cómo el Instituto Nacional Electoral o mejor dicho su consejera presidenta, Guadalupe Taddei cumplió con la orden presidencial de legitimar la tal elección, como también lo hizo al entregar la mayoría calificada a sus correligionarios morenistas en el Congreso.
Y luego llegó la señora presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial Mónica Aralí Soto Fregoso a quien entregó el cargo el ínclito diputado Sergio Gutiérrez Luna quien en 2023 ocupaba también, curiosamente la presidencia de la cámara de Diputados.
Desde ahí, se legitimó el fraude electoral, la entrega de la mayoría del congreso y se hace lo mismo con los “triunfadores” de una elección repudiada por los mexicanos. La farsa culminará con la aplicación de multas a 120 personas que aparecieron en los llamados acordeones que nadie supo quién imprimió, pero fueron la guía inequívoca de esos ganadores a jueces, magistrados y ministros, incluyendo a las “del pueblo” con lo cual se deja en claro la filiación política de juzgadores.
De tal suerte que la ley fue suplantada por lo peor de la política, la demagogia y la ficción impuestas desde palacio Nacional donde desde el principio se lanzaron advertencias a los órganos electorales bajo la amenaza de reformas si no cumplían los designios de la 4T afincada en La Chingada y al mismo tiempo, el premio de permanencia si se portaban bien.
Así, una vez más Taddei Zavala y Soto Fregoso, cumplen sin quitar una coma los mandatos presidenciales y se ganaron a pulso el reconocimiento de palacio Nacional y obvio, su permanencia al frete de los organismos electorales que ya perdieron legitimidad y no son garantes de futuro procesos electorales.
La pregunta es si alguien va a creer al INE y al TEPJF lo que determinen en los próximos comicios electorales donde Morena y rémoras tienen garantizada la sumisión y obediencia lacayuna de esas dos gentiles y respetables damas.