La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El Proyecto de Nación se accidentó, se quedó sin frenos en la curva de aprendizaje
Una de las fallas estructurales de la clase política en México, es la falta de profesionalismo de sus integrantes, situación que se ha incrementado a últimos tiempos, con ello, no nos referimos al déficit en la formación académica, sino, en lo particular, a la improvisación.
Esto último, se ve fomentado por un especial objetivo: ganar votos.
Así pues, MORENA es capaz de reciclar al infinito a Cuauhtémoc Blanco, dada su fama entre la fanaticada, sin importar su desastrosa gestión en Morelos. En los corrillos periodísticos, se dice que, el ex futbolista, podría contender por una posición en la CDMX.
En el mismo sentido, MC habla de la posibilidad de impulsar a Luis Donaldo Colosio Riojas como candidato presidencial, su mérito: ser hijo del candidato priista al mismo cargo, asesinado en 1994, por lo tanto, hay que explotar las ‘emociones’ del electorado.
El PRI, PAN, Verde y demás miembros de la partidocracia, no cantan mal las rancheras, también reclutan aspirantes en las listas de popularidad y, aunque tales productos de la mercadotecnia electoral no siempre ganan, aportan su granito de arena para conservar el registro y las sagradas prerrogativas.
No obstante, los candidatos no son el único caso de taumaturgia, el fenómeno también se reproduce en el nombramiento de funcionarios, bajo el argumento del ‘relevo generacional y la premisa de la lealtad’, los mandamases suelen rodearse de incondicionales bisoños, que llegan al puesto a (tratar de) instruirse, lo cual redunda, en una serie de torpezas criminales.
Lo expuesto explica, la tragicomedia recursiva en la que vivimos. La falta de visión histórica y compromiso social de las elites del poder, más las distorsiones estructurales de la Formación Social, hacen que la viabilidad civilizatoria sea una distopía ¡joder!