Desde que se conoció que el argumento para gravar con un peso a cada litro de las bebidas embotelladas o enlatadas denominadas como refrescos, es más por la razón de la obesidad que por fines de lógica suntuaria, creo que ya muchos pudieron imaginar que la reforma fiscal presentada por el Ejecutivo se hizo sustancialmente con la idea de gravar lo que se pueda o lo que se dejen.
Al interior de las comisiones legislativas no sólo de los partidos políticos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática, sino también ya el mismo Revolucionario Institucional, se ha empezado a atemperar la propuesta peñista en torno a las modificaciones al tema del cobro de impuestos.
Ciertos asuntos como gravar las colegiaturas de escuelas privadas o la renta, hipoteca, compra-venta a casas habitación parece ser que no tienen la aceptación de la generalidad de la población o lo que los legisladores han llamado en general “la clase media”, cualquier cosa que esto quiera decir en la economía pauperizada de cada vez mayor número de mexicanos.
Pero es de llamar la atención el ejemplo del gravamen a los refrescos.
Desde que se presentó la propuesta en cuestión en la Cámara Alta, esta fue incluso aplaudida. Ojo. Por un asunto de contrarrestar el sobrepeso y la obesidad entre los mexicanos y no por una lógica hacendaria.
Llama la atención porque esta reforma fiscal, busca gravar todo lo susceptible de esto, con argumentos alternos que si bien son lógicos, no tienen ningún sustento de trabajo colindante.
Hasta ahora, la gran mayoría de las campañas del sector Salud para dosificar o eliminar de la ingesta de los mexicanos las bebidas azucaradas no ha tenido un efecto ya no se diga de impacto, sino regular. En diciembre pasado los refrescos sufrieron un gravamen y no hay reporte de que la tasa de consumo de estas bebidas hubiera disminuido.
El impuesto a las mascotas y todos los productos relacionados con su alimentación y manutención se ha explicado por ser un asunto meramente suntuario. Lo cual tendría muy poco porcentaje de cierto.
Así que con todo y los aplausos para gravar a las bebidas azucaradas, dudo mucho que esta sola acción contribuya a la disminución de su ingesta e impacte directamente con el flagelo del sobrepeso y obesidad entre los mexicanos.
Acta Divina…La diputada del Partido del Trabajo, Lilia Aguilar, negó que la Comisión de Economía haya acordado rechazar el impuesto al refresco. El periódico Reforma señalo con antelación que los diputados de Acción Nacional pretenden dar albazo con el tema, pues la comisión no pudo reunirse la tarde de hoy para tratar los temas relacionados con la Reforma Hacendaria.
Para advertir… ¿Sabemos cuánto costaba antes el refresco y cuánto valor tiene ahora?
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— andan buscandole hasta por debajo de la piedras a ver de donde encuentran tela de donde cortar. se les han olvidado las VENTANAS, las VENTANAS stupid!! dijo bill.