Los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México bloquearon la solicitud planteada por PAN, PRD y PT ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para que el gobernador Javier Duarte de Ochoa fuera citado a comparecer ante el Poder Legislativo para explicar la situación de persecución contra los periodistas y la libertad de expresión en el estado de Veracruz.
Esos mismos partidos también se opusieron a que la investigación del multihomicidio en el que fueron asesinados el reportero gráfico Rubén Espinosa, la activista Nadia Dominique Vera y otras tres mujeres el pasado viernes 31 de julio, sea atraído por la Procuraduría General de la República.
La pregunta obligada es ¿por qué el miedo a que comparezca Javier Duarte ante uno de los poderes de la Unión? Y si están tan seguros de su inocencia, ¿por qué evitar a toda costa que el Ministerio Público federal tome a su cargo la investigación?
No extraña el comportamiento de los legisladores de estos partidos, abyectos y estultos. No les importa si se hace justicia en éste y otros casos de agresiones contra la prensa en el estado de Veracruz. Su único interés es proteger a uno de los suyos de cualquier cuestionamiento, de cualquier acusación que pueda ponerlo contra la pared.
Lo que quieren evitar realmente es que se exhiba desde el Congreso de la Unión la realidad de un estado gobernado por un priista que lo ha llevado al abismo, en ésta y muchas otras materias. Javier Duarte es indefendible y lo saben.
Pero la protección que le dan es la propia de las mafias, que entienden que la caída en desgracia de uno, puede después ser la de todos. Así que les es preferible prodigarle un espacio de impunidad antes de que los pueda arrastrar en conjunto.
Y por eso también desde Veracruz la maquinaria mediática se ha puesto al servicio de la “defensa” de quien dice que no tiene nada que ver con ninguno de los 14 crímenes contra periodistas cometidos los últimos cuatro años y medio. Empleados de gobierno y textoservidores difunden por todos los medios a su alcance las versiones que arrojan lodo sobre las víctimas, que quieren encuadrar el multihomicidio en un ajuste de cuentas entre criminales. Incluso, desde la oficina de una ex funcionaria estatal ahora devenida en próspera empresaria mediática se maquilan los mails en los que se rechaza la posibilidad de que se cite a comparecer a Duarte de Ochoa y al mismo tiempo se reitera la “disposición” de éste para “colaborar” con las investigaciones que realiza la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal.
Pero así como fueron llamados a declarar por la autoridad los vecinos, los amigos y los habitantes supervivientes del departamento de la colonia Narvarte donde se ejecutó a estas cinco personas, para que aporten datos a la investigación, ¿por qué no podría comparecer Javier Duarte, si fue señalado directamente por dos de las víctimas como el responsable del acoso en su contra?
Simple. Porque en México la justicia no se aplica igual para todos. Y porque lo único que prevalece por sobre todas las cosas, es la impunidad.
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