Joel Hernández Santiago
Pues eso, que de pronto hay lluvia de estrellas, estrellitas y asteroides de la política nacional mexicana, y de la ‘sociedad civil’, que quieren ser candidatos a algo, si es para ser presidente mejor, que ya que se entra en la feria y su jugada, pues a tirarle a lo grande…
Esto es, que a punto de turrón y antes de que se baje la cortina de registro de aspirantes a candidatos independientes el 14 de octubre, a la fecha, sin afiliación partidista, ya van 36 solicitudes para contender por la presidencia de México y 159 solicitudes de toda la República que aspiran a un puesto en el Congreso de la Unión: todos ellos dispuestos a sacrificarse por la patria.
Ya son tantos que, lo dicho, sumados ellos, sus firmas de adhesión, que en cada caso podría ser de algo más de 866 mil firmas (1% del padrón electoral) y de simpatías o antipatías, bien podrían organizar un Partido de Candidatos Independientes de México (PCIM).
Pero el tema es que esta propuesta que surgió en 2014 y que entró en vigor para las elecciones de 2015 ha comenzado a generar dudas, desconfianza y hasta repudio.
Es evidente que algunos de estos candidatos ‘independientes’ lo son, sin tacha. Otros provienen de partidos políticos en donde no encontraron salida a sus aspiraciones de ‘empoderamiento electoral’, que es decir, no consiguieron alguna candidatura y, por lo mismo, dan el salto de un lado a otro con el fin de hacerse del poder mediante sus propios méritos, según dicen.
Muchos de ellos surgen de la nada. Otros van en apoyo y con apoyo de partidos específicos: ya PRI, PAN, PRD… cada uno de estos partidos tiene a su gallo independiente. Con esto se quiere fragmentar la votación para restar votos a partidos o candidatos opositores.
Mientras no había la figura de la ‘independencia’ electoral, el primer paso era pasar de un partido a otro, sin mediar ideologías o doctrinas o proyectos de nación o estado o municipio. “Eso es lo de menos”, decían, y tan campantes gobernaban con siglas que ni les van ni les vienen porque para eso de gobernar y ya estando en la silla del poder, lo de las ideologías “es rollo teórico”.
Ahora surgen ‘independientes’ a raudales. Está bien siempre y cuando éstos fueran eso: ‘independientes’ de polvo y paja; cuya misión es la del servicio, la de la democracia, el crecimiento social, el desarrollo, la igualdad, el beneficio y la defensa de la soberanía y sus valores…
Ser independiente en un sistema de partidos fallido, como es el mexicano, no está mal. Pero si las reglas para esa independencia no están bien sujetas y amarradas, entonces surgen los problemas de interpretación y participación dolosa, en casos.
Se lanzan al ruedo estos aspirantes a candidatos independientes porque se sienten con piernas de jinete para cabalgar un caballo brioso como es el de la política nacional, en la que hay dinosaurios, leones, panteras, tiburones y rémoras… Y en donde las arcas nacionales se cubren de gloria.
Pero será difícil para muchos de ellos porque la competencia será cruel, despiadada y ruda. Un tema es el de los recursos: se necesita mucho dinero para sostener una candidatura independiente; algunos medios están dispuestos a apoyar a quienes tengan pautas de propaganda y divulgación y el espacio de redes sociales les ayuda, pero es insuficiente aun.
Pero muchos de ellos ya conocen estas aguas lodosas y saben nadar en ellas, porque, vamos a ver: de los distintos ‘independientes’ que llegan ahí
Por ejemplo: la señora Margarita Zavala, luego de no conseguir la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) se lanza como ‘independiente’ a unos cuantos días de dejar de ser estrella de su partido; Armando Ríos Piter renunció en febrero de este año al Partido de la Revolución Democrática (PRD) en donde militó por diez años y aspiró a la candidatura de Guerrero, pero no.
Jaime Rodríguez Calderón –otro aspirante independiente a la presidencia de México–, “El Bronco” fue el primer candidato independiente electo para gobernar Nuevo León. Ahora quiere ser presidente. Esteban Ruiz Ponce, ‘Fue expulsado del PRI hace años. Pero en 2006 fue Diputado Federal Plurinominal como compañero de fórmula de Emilio Gamboa Patrón, líder priista en el Senado…’ En fin…
Que el panorama del independentismo electoral en México va muy encaminado hacia la búsqueda del poder político. Muchos no lo conseguirán frente al aparato de Estado que ya opera en favor de sus candidatos y en mengua de la democracia mexicana, si es que la hay.
Urge, sí, revisar esta figura política para eliminar aristas y evitar chanchullos, como urge también revisar el sistema de partidos en México que ya se cae en sí mismo y que exhibe dentro de cada instituto político lo peor de las mañas y las peores ambiciones en un espejo de discordias aun insospechado.