Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
Las agresivas e irrespetuosas políticas arancelarias de Donald Trump han afectado a la industria mexicana con caídas en la producción, pero principalmente lo hacen en las expectativas de mediano plazo, con riesgos de caídas severas por disminución en la inversión y bajas en la exportación.
Entre los sectores de manufactura más afortunados del país está la industria automotriz, la cual había mantenido un importante crecimiento en la última década, pero actualmente sufre severamente por la imposición de aranceles de 25 por ciento, salvo el contenido de Norteamérica protegido por el T-MEC.
Ya en la primera mitad de este año, las exportaciones de vehículos fueron 6 por ciento menos a lo vendido en 2024.
Además, se han perdido 71 mil puestos de trabajo y se ha reducido el número de plantas armadoras en el país, lo que avizora una crisis en el sector automotriz, mientras crecen las presiones del copetudo convicto para que las plantas de vehículos se instalen en Estados Unidos.
Lo peor del caso es que las amenazas de más aranceles continúan, lo que afectará aún más la producción de automotores, la generación de empleos y la cadena de proveeduría, pues el 80 por ciento de la producción mexicana va al vecino del norte.
La triste situación se incrementa con los impuestos al acero, que llegan ya al 50 por ciento como una traba más de Washington a México.
También han cerrado plantas en México y, para colmo, las ventas en el mercado interno también se han reducido hasta en un 36 por ciento entre 2024 y 2025, como sucedió con Mazda, o un 23.1 por ciento en el caso de Toyota.
Nada bueno se observa en el panorama futuro en el sector automotriz y en general en la industria manufacturera, y todo por las presiones venidas del norte.
SUSURROS
En el caso regional de Latinoamérica, Trump tampoco ha dado tregua. Y peor aún, a la región la amenaza con violencia con el pretexto de combatir a los cárteles de la droga.
El caso más grave es el de Venezuela, a cuyo presidente, Nicolás Maduro, lo clasificó ya de terrorista, y por ello mandó tres buques destructores a sus costas.
Además, ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro, y lo señala como el capo del Cártel de los Soles, vinculado al de Sinaloa.
Sin embargo, una agresión armada sobre Venezuela podría generar cismas latinoamericanas, como ya lo advirtió el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
Arrogancia sin límite del imperio.
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