La llegada al poder de un nefasto conglomerado de juniors de las dinastías chichimecas aposentó en los sitios de mando una manera de ser incómoda, insultante e inaceptable. También instaló la soberbia, que siempre acompaña a la ignorancia.
Diego Durán, una de las primeras fuentes de información sobre el México precolombino, relata: “los plebeyos no podían llevar plumas ni flores, o comer manjares refinados”. Cualquier intento del populacho por emular a las “clases superiores” estaba prohibido. La riqueza y el poder sólo eran para los que estaban en la cima, igual que el volumen del consumo.
Hoy, sólo los que pueden dar pruebas de su lealtad al ethos consumista encuentran admisión en los círculos más selectos de la sociedad suntuaria, de la élite voraz, de la pandilla de la rapiña. Los modos y maneras de los que mandan desde la cumbre, se reflejan en los sicarios burocráticos y delincuenciales de en medio y aún en los de hasta abajo.
Ostentación y consumo indiscriminado, el signo de hoy
Vivir y “gobernar”, trepado en avionsote, en falsas mamparas de refugio y ostentación, dirigir los moche$ desde la comodidad semanal de campos de golf en sitios privilegiados, o desde las cavernas de Los Pinos, protegidas por cancerberos armados hasta los dientes, tiene su repercusión: exacerba al pueblo y exhibe a los gandayas.
Dado que la fuente de riqueza y poder de las “modernas” clases altas reside en la ostentación y el consumo indiscriminado, sus servidores deben adquirir carros de lujo, trajes de alta costura, prestaciones ajenas a los mexicanos, siempre y cuando no salgan al mercado nuevas marcas, aún más exclusivas.
Obsesión consumista, refuerza al populismo demagógico
En las sociedades pobres, el consumo descabellado refleja sólo “un infierno a la medida de nuestro deseo”, según la exacta definición del sociólogo español Jesús Ibáñez, que se extiende a todas las instituciones y procesos en los que. Milton Freeman dixit, “se tiene posibilidad de elegir”. Una interpretación del neoliberalismo vulgar.
En una sociedad menesterosa y dependiente, la obsesión consumista refuerza el populismo demagógico, los falsos redentores políticos, el control mediático de las preferencias ciudadanas y la disolución de la identidad nacional, porque polariza, encona y distrae de los objetivos superiores.
No puede ser de otra forma, si las posiciones de poder están repletas de un nefasto conglomerado de yuppies despolitizados e insensibles, marcados endémicamente por modas, usos, preferencias, diversidades chuscas y costumbres de culturas extranjeras dominantes sobre conciencias endebles y entreguistas.
Dilapidan dinero, tras robar desde el confort del poder
La sociedad meritocrática se basaba en el trabajo, la de la simulación y la de los blandengues se basa en el consumo descabellado, en el gasto superfluo y banal. Cuánto gastas, cuánto vales. Oscar Wilde definió al cínico depredador: “una persona que conoce el precio de todas las cosas y el valor de nada”. A esos los conocemos, pululan en el gobiernito.
“La ambición de poder es una mala hierba que sólo crece en el solar vacío de una mente abandonada, de una mente vacía”, decía la prestigiada escritora rusa – estadunidense Ayn Rand. Aunque Séneca, el asesor de Calígula lo haya advertido: “Compra solamente lo necesario. Lo innecesario, aunque cueste un céntimo, es demasiado caro”.
Hasta el admirador de Victoriano Huerta, el bravo poeta Salvador Díaz Mirón, sentenció: “Nadie tiene derecho a la superfluo, mientras todos carezcan de lo estricto”. Y Benjamín Franklin dijo: “Cuidado con los gastos. Un pequeño agujero puede hundir un barco”. Para los juniors chichimecas sólo son recomendaciones vacías. Ellos siguen en lo suyo: robar desde el confort.
Órganos electorales, penetrados por Humberto Castillejos
La mañosa amenaza del sector privado más comodino, que ha tomado la decisión de “declarar en cero”, de no reportar impuestos por las molestias de la CNTE, podría verse reflejada en protestar airadamente por los abusos y la depredación de los juniors chichimecas. Pero las culebras no se muerden. Perro no come perro.
Porque todo está de cabeza. Los aparatos institucionales, sin norte ni brújula, el sistema de partidos, las maquinarias electorales que han caído en un abismo sin fondo de estulticia, mediocridad y absoluta falta de credibilidad, deberán pasar factura, mucho antes de que lo creen sus “timoneles”.
Sus modos y maneras de ejercicio de los presupuestos públicos son algo más que deleznables. Desde el máximo órgano de justicia electoral, el famoso Tribunal Electoral, que ha sido penetrado de una manera infame por el chaparrito Humberto Castillejos Cervantes, que está a punto de nombrar a los siete dizque “magistrados”, con la complacencia de su Presidente Constancio Ruiz Daza y el beneplácito del culi empinado coordinador de los senadores, el abominable Emilio Gamboa Patrón, hasta los que usted imagine.
Lo inaudito, lo execrable: las llamadas Torres de la Democracia
Los OPLES estatales han perdido cualquier categoría de vergüenza, de mínimo decoro, frente a la tripulación despiadada de los gobernadores, que premian a sus favoritos y castigan a los que pretenden ser imparciales. Socavan cualquier augurio sobre los próximos resultados electorales presidenciales que nadie tiene autoridad moral para defender.
Lo inaudito, lo execrable, pasa en el Instituto Nacional Electoral. Lorenzo Córdova, el hijín de Arnaldo, ha llevado las cosas al extremo de la impudicia. Una legión de favoritos y confidentes que cobran como asesores especiales del “Presidente Consejero” y devengan sus altas comisiones, bonos y estipendios, muy por arriba del Primer Mundo.
Ante un país desquiciado, se imponen todas las malas artes aprendidas por Lorencillo, desde que inició su carrera como “aviador” del fantasmal Comité Editorial del Trife, bajo la presidencia de “la mujer del año 2012”, la patrona del neopriísta Enrique Ochoa Reza, María del Carmen Alanís, hoy elevada a la categoría de madre de la Patria.
1 mil 500 millones de pesos para frivolidades del INE
Cientos de millones de pesos tirados a la basura por este concepto. Además de los más de 1 mil 200 que se inflan cotidianamente para sufragar los gastos de construcción de las faraónicas —so called— Torres de la Democracia, aprobadas de manera deleznable, que sólo testimonian la indolencia, la ignorancia y la molicie.
Además, 228 millones de pesos anuales, sólo para el rubro de alquiler de flotilla de autos de último modelo, que según lo ha dicho su propia Contraloría Interna –¿por qué mejor no renuncian?–, saldrían más baratos si hubieran sido comprados.
¿Y los ciudadanos como combatimos el estrés que nos causan?
Lorencillo manda a su Administrador habilitado, un tal Bogart Montiel, a dar una conferencia de prensa para justificar el demencial gasto de las Torres de la Democracia: “habrá áreas verdes para contribuir al medio ambiente de la zona… áreas deportivas que provoquen la ‘pausa activa’, como un concepto novedoso de administración de recursos humanos que contribuya a menores niveles de estrés…”.
El cinismo rampante. La ignorancia total sobre las condiciones del pueblo. El alejamiento absurdo de los sentimientos profundos de la Nación. Ambición y frivolidad, antes que desempeño. El lujo y la diversión en INElandia, antes que cualquier cosa.
¿Cómo hacemos los ciudadanos para combatir el estrés que nos causan? ¿Para calmar la indignación sobre tamaña desvergüenza?
¿Desde cuándo la indignación y el robo producen estrés?
Los juniors chichimecas estresados. ¡A otro perro con ese hueso!
Índice Flamígero: Hace seis años, cuando el actual director general del ISSSTE, Reyes Baeza, concluyó su gestión al frente del gobierno estatal de Chihuahua, heredó una deuda pública de 12 mil millones de pesos, financieramente manejable desde cualquier punto de vista. Hoy, tras el desastroso y gangsteril paso de César Duarte, el góber ratero, perdón, el góber banquero, los ciudadanos de la entidad más grande del país deben a bancos privados –principalmente a los de las familias Hank González y Vázquez Raña– 50 mil millones de nuestros devaluaditos pesos. En un sexenio, el otro Duarte contrató empréstitos por 38 mil millones más. Y quería que llagaran a ¡56 mil millones!, a través de la bursatilización de las cuotas de peaje en las carreteras y caminos de la entidad. Se lo aprobó el dócil Congreso. Pero apenas el Despacho de Investigación y Litigio Estratégico, brazo jurídico de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, presentó el amparo contra la aprobación del Congreso local de contratar deuda por 6 mil millones de pesos y un juez federal les concedió la suspensión provisional. Duarte lloriquea ahora y dice que buscan frenar al estado. Que la salud, que la educación, que bla, bla, bla. No dude nadie que en este asunto intervendrá el impresentable Emilio Gamboa Patrón, a favor de Duarte, claro está. Y es que en Chihuahua, lo mismo que en oficinas del PRI, ya no saben si Gamboa es el accionista mayoritario de esta sociedad del crimen, o si Duarte no es más que el simple prestanombres de quien se ostenta como “líder” de la bancada priísta en el Senado de la República. ¿Quién es quién? ¿Quién saqueó Chihuahua? + + + El Poeta del Nopal nos permite, este día y sólo este día, meter mano a su siempre bienvenido epigrama titulado “Oficio alterno”. Trata sobre la lideresa juvenil del PRI que quedará exonerada tras haber sido apresada junto a un narco: “solo era sexoservidora”, asegura… “Podría jurar que era eterno / o su final muy distante, / pero a algunos militantes / les urge un oficio alterno; / hoy viven su propio infierno, / y aún habrá quien lo discuta, / pues al buscar nueva ruta / evocan, con añoranza, / si mi partido no avanza / ¡mejor me meto de…!”. Pide enseguida, que “elija usted la palabra más adecuada para completar el epigrama”. No hay un gran abanico de opciones, ¿o sí?
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