La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Cuando les hablan de impulsar la economía circular responden: estoy de acuerdo, la Tierra es redonda
Una de las estrategias, definidas por la 4T, es dar una posición administrativa a todo aquel que haya participado en las campañas del partido, es decir, a los militantes que aportan tiempo, dinero y/o esfuerzo, para que los candidatos de MORENA lleguen al poder.
Así las cosas, podemos enterarnos como alguien que era comisario ejidal, puede ser nombrado responsable de las bibliotecas públicas o, en su defecto, un stripper que es puesto ‘en modo’ secretario de Educación.
El reparto de cargos públicos, bajo la modalidad de ‘cuotas y cuates’, no es nuevo, más bien, se le ha dado continuidad, pero, ya no se cubren, siquiera, las formas, es decir, si el recomendado iba a la extinta PGR se pedía, por lo menos, que fuera abogado, ahora, ni eso.
Sin embargo, no hay signos de arrepentimiento, porque el mandamás tiró línea: 90% de lealtad y 10% de experiencia, por lo tanto, para justificar toda ineficacia, nada como el choteado pretexto, de culpar a los que se fueron.
En este contexto, el gobierno de Cuitláhuac García, es un monumento a la incompetencia y, para que nadie busque negarlo, basta con revisar los subejercicios presupuestales, para confirmar el duro aserto. Además de que el dinero es poco, no lo ejercen.
Derivado de lo anterior, es indispensable señalar que, las pérdidas por una mala administración, son equiparables e, incluso, superiores, a las causadas por la corrupción.
Concluimos con dos aspectos: primero, esto no significa: que regresen los corruptos y se vayan los ineptos. Requerimos gobernantes honestos y eficientes, leales a la sociedad y no al partido en el poder; segundo: no tan sólo son incapaces, también le ‘pegan al cajón’.