LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
La volatilidad en los precios de las materias primas (commodities) durante los últimos dos años ha sido excepcional. La principal tendencia ha sido de alza, pero también tenemos períodos de bajas de precio, y lo mismo afecta al sector industrial que está imposibilitado para planear producción y abastecer el mundo en diversos rubros, como son los microchips que tiene paralizado al sector automotriz, principalmente.
Por ejemplo, al término de la pandemia vimos una fuerte recuperación de los precios del petróleo que pasaron de $20 dólares por barril en abril de 2020 a $122 dólares en marzo de 2022; las importantes alzas en los precios del gas natural (+400%), el trigo (+50%) y el maíz tras el conflicto militar en Ucrania; o el incremento en el cobre, que dobló su valor entre abril de 2020 y marzo de 2022. Sin embargo, durante el verano de este año los precios de las materias primas han retrocedido. El precio del petróleo disminuyó alrededor de un 30% entre junio y mediados de agosto, con el precio de la gasolina en EU cayendo un 20% durante el mismo periodo, de $5 por galón a $4. El cobre ha retrocedido poco más de 20% desde abril, junto a otros metales industriales como el Zinc (-14.9%), el acero (-24.8%) o el níquel (-32.7%). Los granos y alimentos también han visto retrocesos en ese mismo periodo, de 12% en promedio. En suma, el movimiento general de los commodities puede observarse más claramente en el Índice de Materias Primas de Bloomberg, que cayó un 9.52% entre mayo y agosto.
La perspectiva de crecimiento global y de tasas de interés sugiere que podrían mantenerse en tendencia de baja los precios de las materias primas. El nivel de actividad económica es un determinante importante de la demanda de materias primas y, por lo tanto, de sus precios. En la medida en que exista un bajo crecimiento económico, la demanda y los precios de materias primas podrían no ver incrementos importantes. En menor medida, la tasa de interés real es otro factor clave, pues sus niveles inhiben o estimulan el crecimiento económico, además de que afectan las decisiones sobre inventarios de los productores. La perspectiva actual tanto para el crecimiento global (sesgado a la baja) como para las tasas de interés (segadas al alza) sugiere un camino a la baja para los precios de las materias primas. Aunque es posible que muchos de ellos ya hayan descontado por completo los riesgos de una recesión global. No todos los precios bajarán, diferentes productos cuentan diferentes historias.
Desalentador el panorama para las micro, pequeña y medianas empresas (mipymes).
Uno de los obstáculos es la inflación ya que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INEGI), durante agosto la inflación general anual ascendió al 8,7%, llegando a su nivel más alto en casi 22 años. Debido a este panorama las mipymes han sumado 245 millones de pesos en ventas hasta la fecha, un 33% menos en comparación con el mismo periodo durante el año pasado, en donde se habían logrado ventas por 365 millones de pesos de acuerdo a los datos oficiales de las empresas registradas en Alegra.com, plataforma de contabilidad, gestión y facturación electrónica para mipymes. Además, los sectores con más ventas se mantienen constantes, entre ellos, el sector retail, tecnología, alimentos y restaurantes.
El cambio climático pone en alto riesgo a América Latina y El Caribe:Moody´s.
La región enfrentan múltiples riesgos que son cada vez más frecuentes, debido al cambio climático: aumento del nivel del mar, incendios, sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos sin precedentes. El calentamiento global y otros riesgos ambientales directos derivados del cambio climático empeorarán cada vez más y afectarán la calidad crediticia en varias regiones geográficas y sectores, señala Moody’s Investors Service en un nuevo informe.
“El riesgo físico del cambio climático en América Latina es particularmente significativo para las industrias con activos fijos, como minería, petróleo y gas, puertos y servicios públicos. Los fenómenos meteorológicos extremos en la región afectan con mayor frecuencia las operaciones o las cadenas de suministro en sectores como la logística e infraestructura, agricultura, minería, pesca, energía, servicios públicos y telecomunicaciones”, afirma Barbara Mattos, Senior Vice President de Moody’s. “Los bancos de la región enfrentan riesgos indirectos a partir de las carteras de inversiones y préstamos”.
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