En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado el 5 de junio, se llevó a cabo el foro “Situación de las y los defensores ambientales. Desafíos en el marco del Día Mundial del Medios Ambiente”. En este evento, la organización Global Witness presentó un escalofriante informe que posiciona a México como uno de los países más peligrosos para los defensores del medio ambiente.
México en el Ranking de la Letalidad Ambiental
Según Global Witness, México se encuentra entre los primeros cinco países más letales para los ambientalistas. Desde 2016, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) ha reportado 102 asesinatos de defensores ambientales en el país. En 2019, México ocupó el cuarto lugar a nivel mundial, un reflejo del peligro constante que enfrentan quienes luchan por proteger el entorno natural.
Itzel Arteaga, representante de Global Witness, subrayó durante el foro la gravedad de la situación: “Hemos visto que el año con más eventos de agresiones documentados es el 2022, donde notificamos 197 eventos. De este número, lamentablemente se registran 24 asesinatos”. Los datos muestran una alarmante tendencia al alza en los ataques letales.
La Lucha por la Tierra y el Agua
Los asesinatos de ambientalistas en México están en gran medida vinculados a megaproyectos de infraestructura y actividades extractivas. Inversiones mineras y la construcción del Tren Maya son dos ejemplos prominentes de proyectos que han generado conflictos y violencia. Estos proyectos, aunque promovidos como motores de desarrollo económico, han sido foco de oposición por parte de comunidades indígenas y activistas ambientales.
Beatriz García, diputada estatal de MORENA, defendió estos proyectos destacando la necesidad de desarrollo económico en el sur de México: “Hasta ahora en México solamente se había visto al sur como mano de obra (…), nunca habíamos tenido un desarrollo económico como el que hoy se está impulsando”. Sin embargo, esta perspectiva no considera los costos humanos y ambientales asociados.
Historias de Coraje y Tragedia
El caso de Amparo Salinas Hernández es emblemático de la violencia enfrentada por los defensores ambientales. Amparo, una activista que luchó durante dos años contra la contaminación de ríos por una empresa cafetera, desapareció bajo circunstancias sospechosas. Su hermana denunció el secuestro tras encontrar las llaves en la puerta y las cámaras de seguridad apagadas en su casa. Este trágico evento es solo uno de muchos que demuestran el riesgo mortal que enfrentan estos defensores.
La Urgente Necesidad de Protección
La creciente violencia contra los defensores ambientales en México exige una respuesta inmediata y efectiva del gobierno y la sociedad civil. La protección de estos valientes individuos no solo es una cuestión de derechos humanos, sino también de justicia ambiental.
Organizaciones como Global Witness y CEMDA continúan documentando y denunciando estos ataques, pero es necesario que se implementen políticas robustas que garanticen la seguridad de los activistas. Además, debe haber una mayor presión internacional para que el gobierno mexicano cumpla con su obligación de proteger a sus ciudadanos y sus derechos.
El foro celebrado en Toluca de Lerdo no solo puso de manifiesto la magnitud del problema, sino que también destacó la necesidad de un compromiso renovado para la defensa de los derechos humanos y ambientales. Cada asesinato de un defensor ambiental es un golpe no solo para su comunidad, sino para la humanidad en su conjunto. La lucha por la justicia y la protección del medio ambiente debe continuar con más fuerza y determinación.
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