Yo Campesino / Sin pretextos
• Inicia un sexenio con México convertido en el mejor país del mundo
Miguel A. Rocha Valencia
Me contaría entre los millones de ingratos que no reconocen los grandes logros del ganso, pero ya reflexioné y me felicito porque nacemos un sexenio donde seremos más felices con un país con los mejores sistemas de salud, educativo, seguridad, financiero, aeroportuario, telecomunicaciones, democracia, separación de poderes, órganos autónomos y justicia social del mundo, pero lo que es mejor, fuerzas armadas valientes y decididas a salvaguardar nuestras vidas y bienes.
Iniciamos un sexenio donde ya no hay corrupción, los grupos y abuso del poder no existen como tampoco la mentira y la traición. A partir de hoy, se construirá el segundo piso de ese México que todos soñamos con crecimiento y desarrollo económico, catapultados a un futuro luminoso y con todas las facilidades para alcanzar nuestras metas.
Por ello no importan los 350 mil fallecidos por falta de atención o servicios médicos, menos interesan los más de 200 mil asesinatos (sin contar los ocultados), los 79 mil muertos sin identificar en los semefos y todavía menos los 52 mil desaparecidos, especialmente menores de edad y mujeres.
Ni siquiera trascienden las 100 mentiras diarias que en promedio nos dijeron que México había cambiado y que los abusos de poder, los grandes latrocinios y la violencia que incendia a la mitad del país mientras la extorsión somete al 75 por ciento de la población, son un mito que sólo los enanos del tapanco como yo, gritábamos al que no se quiere ir de palacio Nacional, ni se irá.
Así que debemos echar las campanas a vuelo y festejar que la nueva ¿presidenta? Sólo recogerá la estafeta para en inercia continuar con las buenas nuevas para el país, para lo cual tendrá todo el poder concentrado en sus manos o en ¿Las del caudillo?
De tal suerte que el 0.90 de crecimiento del PIB que reflejó el sexenio que termina gracias a las brillantes y geniales ideas del profeta de la 4T podría caer más pues parece que de eso se trata, empobrecer al país y en esa proporción aumentar nuestra felicidad mediante la socialización de la miseria y mediocridad.
A eso habrá de ayudar en gran medida el gran endeudamiento, especialmente el de 2024 que ya arrastra en menos de seis meses un déficit superior a los 834 mil millones de pesos y los intereses que se pagan por la nueva deuda de 6.6 billones de bilimbiques.
Felicitémonos porque todo está bajo control del ganso quien seguirá gozando y ejerciendo el poder sin la responsabilidad del cargo, eso lo pagará la “titular”.
Con eso está seguro el avance (hacia atrás) de todos los aspectos de la vida nacional pero ya sin estorbos ni contrapesos y con una guardia nacional y Fiscalía general que se convirtieron en entes de persecución política.
El soberano que a pesar de todo está presente, su legado no se ha completado y continuará acrecentándose, todo está dispuesto desde palacio presidencial donde tendrá vocera de lujo pues tendrá el título constitucional de jefa del Ejecutivo, será quien ponga en práctica las instrucciones del líder. Ya no hay duda.
De tal suerte que no habrá de decirle a quien deja el cargo que no se vaya o que regrese lo robado, sino seguir rindiéndole culto a la 4T cuyos cimientos como ya vimos son la mentira, promesas incumplidas, traición, corrupción, venganzas, chantajes y desde luego la aplastante voz de quien desde el micrófono mañanero nos seguirá diciendo lo felices que somos.
Lo mejor es que viene lo peor diría el caudillo macuspanense y es que como vamos, no habrá instituciones que validen un triunfo opositor como para sacar a la 4T del poder. Guadalupe Taddei en el INE y Mónica Aralí Soto Fregoso en el TEPJF, garantizan la permanencia de morena y aliados en el poder “gracias” a sus sabias interpretaciones a las reglas del juego.
Así que más allá de a quien proteste lealtad la nueva presidenta, ya sabemos quién continuará regenteando el poder, lo logró para él y recordemos que el poder no se comparte.
Sigamos entonces muy felices más aquéllos que aun piensan como los retrógradas que procuraron abrir espacios a la oposición, esos neoliberales que descentralizaron la vida pública y facilitaron la ciudadanización y autonomía de los órganos electorales. Para fortuna nuestra, eso se acabó, regresamos a los tiempos del populismo y centralismo abyecto y pernicioso. ¡Gracias señor Presidente! ¡Viva señora Presidenta!