LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Nos han llegado a esta redacción quejas de algunos servicios de seguridad, pero la que acumula más molestias es FESEP Seguridad Privada, que encabeza Antonio Layva, y que al parecer están fuera de norma en materia de uniformes, salarios y armamento oficial. Y es que -nos dicen- los empleados de FESEB utilizan uniformes en grado de confusión, es decir, muy similares a los que usan dependencias oficiales como la Marina o la Guardia Nacional, y al parecer, portan armas de alto calibre que no están aprobadas para el uso de la seguridad privada.
Por supuesto en algunas otras empresas de seguridad privada se están presentando prácticas poco éticas en contra de las regulaciones y que agrupaciones empresariales que las controlan bien podrían tomar cartas en el asunto antes de qué organismos reguladores del gobierno federal tengan que intervenir.
Por otro lado, aunque FESEB suele pagar salarios muy bajos comparados con el resto de la industria, los precios de sus servicios están demasiado castigados, lo que hace pensar que hacen dumping o están subsidiados, ya que sus clientes no son empresas de bajos recursos. Entre ellas están MITIKA, Corporativos en Santa Fe, Sodimac Arboledas, Residencial Paseos del Bosque, Estacionamientos BDI, Fraccionamiento Mediterráneo, Makita México, Lienzo Charra de la Villa, Parks, Litoflex, Multiplaza Izcalli, Química Dobal, Mer Group México, Golden Star, La Plaza del Salado, Plaza Fiesta Coapa, IDEA, Baleros Internacionales y TEMASEK, entre otros.
Para Fitch Ratings la perspectiva económica de México es “estable”.
La agencia calificadora internacional Fitch Ratings confirmó la calificación crediticia del país en ‘BBB-’ para la deuda de largo plazo emitida, tanto en moneda local como extranjera. También mantuvo la perspectiva como ‘estable. Fitch consideró que la calificación de México está respaldada por una política macroeconómica prudente, con finanzas externas estables y robustas. Sin embargo, la calificación se encuentra restringida por indicadores de gobernanza débiles, un desempeño de crecimiento de largo plazo moderado, una intervención política a nivel micro que afecta a las perspectivas de inversión y a los pasivos peligrosos que representa Pemex para las finanzas públicas.
La perspectiva se mantuvo como ‘estable’ -sostuvo Fitch- “porque la finanzas públicas han generan estabilidad macroeconómica, a pesar de los desafíos que existen sobre las perspectivas de crecimiento moderado a largo plazo”. Esta estabilidad en las finanzas públicas -nos dicen analistas de INTERCAM- se ha generado en gran parte por el compromiso del gobierno mexicano de mantener déficits fiscales moderados con un ratio de deuda/PIB estable. Además, las medidas para combatir la evasión fiscal han ayudado a aumentar la recaudación. Para las finanzas públicas el principal riesgo sigue siendo PEMEX, ya que se espera que el gobierno siga apoyando a la petrolera como parte de su plan para fortalecer a las compañías estatales de energía, pero no esperan que el gobierno garantice su deuda dada la legislación actual.
Las métricas negativas del país han estado prácticamente en línea con las calificaciones anteriores: se espera que el gasto público se incremente en 11.6% en términos reales para 2023 comparado con el presupuesto de 2022. Esto debido a que el gobierno mexicano busca completar los proyectos prioritarios de infraestructura antes de las elecciones de 2024 (Tren Maya, Tren Transístmico, Refinería Dos Bocas). También se espera que haya un incremento importante en las pensiones (8.4% en términos reales) como parte de los programas sociales prioritarios de la administración pública para los adultos mayores. A mediano plazo, Fitch espera que esto genere una reducción en la opinión fiscal debido al bajo nivel de ingresos del gobierno.
En cuanto al crecimiento del país, Fitch proyecta un crecimiento real de PIB de 2.5% en 2022 y que disminuya a 1.3% en 2023. Esto debido principalmente a que el crecimiento económico se ha visto acompañado de una floja inversión, en parte debido a la poca confianza entre inversionistas por el entorno de negocios y cambios legales y regulatorios (iniciativas de ley, confrontación del gobierno con el sector privado), particularmente en el sector energético. Sin embargo, como factor positivo la economía mexicana se sigue beneficiando de la demanda externa en el corto plazo pero probablemente se vea afectada con varios retos debido a la desaceleración de la economía estadounidense. Para Fitch una ligera recesión en EU es el escenario central para 2023 y espera que el PIB de México continúe creciendo con cierto retraso respecto a sus vecinos, por lo que una recisión en EU más profunda de lo esperado podría ser un golpe fuerte a la economía mexicana.
Dentro de las métricas positivas del país que llevaron a la perspectiva como estable se encuentra que los efectos externos parecen estar siendo contenido por México en un entorno económico y financiero de alta volatilidad e incertidumbre. Esto en gran parte por la inversión extranjera directa, unas reservas internacionales adecuadas y una política monetaria prudente.
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