Epistolario
Por Armando Rojas Arévalo
JORGE, hace unos días te dije que ya no quería seguir escribiendo de temas políticos, porque me enferma el alma ver todo lo que está ocurriendo en el país y que el mesías cínicamente niega y diga que todos son infundios de los conservadores para descalificar a su gobierno. ¿Cómo quedarse callado, por ejemplo, ante lo que ocurre en Chiapas, Tamaulipas, Morelos y en todo el territorio nacional, donde la violencia hace estragos?
Pienso en el secuestro de la alcaldesa de Cotija, Michoacán, YOLANDA SÁNCHEZ FIGUEROA, quien fue secuestrada en las afueras de una plaza comercial en el municipio de Zapopan, Jalisco. A las horas de escribir esta entrega, no se sabe nada de ella.
Me recomendaste hablar de mi estado, Chiapas; hablar de su gastronomía, de sus paisajes, de su gente. Gracias, te agradezco el consejo, mi hermano. Pero, en ese recorrido bucólico que me aconsejas cariñosamente reseñe, ¿cómo ignorar lo que ocurre en los pueblos de la frontera con Guatemala, desde La Trinitaria, muy cerca de Comitán, pasando por Las Margaritas, Comalapa, Amatenango y Motozintla? ¿Cómo hacerse de la vista gorda ante lo que está pasando en Tapachula y los pueblos de la Costa, con los miles de migrantes hacinados en las banquetas y parques de los pueblos, desesperados, padeciendo hambre, insalubridad y hasta extorsiones por parte de funcionarios municipales, estatales y federales ligados con el crimen organizado?
Ver las fotos y leer las noticias de lo que ocurre en la frontera con Guatemala, me hace recordar como si hubiera sido ayer, los primeros minutos del primero de enero de l994, cuando cientos de encapuchados arribaron a San Cristóbal de las Casas, unos a pie y otros a caballo, comandados por un personaje que la cobertura mediática lo elevó al nivel de mito, el subcomandante Marcos. Llegaron a la plaza central de la ciudad y Marcos en su discurso dijo que ahí se iniciaba una etapa nueva, en la que su ejército pelearía por la democracia, la igualdad y la justicia. ”¡Estamos salvados!”, pensamos y dijimos.
A esa hora todos brindaban en México por la paz y el amor, las familias se reunían en torno a una copa de sidra (o de champaña, según la condición social), para desear a su familia y amigos todo género de éxitos en el año que comenzaba. Los periodistas y los medios, adormilados, unos con copas de más, y otros que habían comenzado la farra varias horas antes sufrían la cruda, abordaron todo tipo de vehículos para llegar a San Cristóbal, a mil 400 kilómetros de la ciudad de México, a cubrir ese evento inaudito que a todos había sido sacudido.
La caravana de milicianos con pasamontañas y encapuchados llegó y se fue de San Cristóbal, dejando tras de sí una sala de prensa que el gobierno de SALINAS DE GORTARI, a través de la secretaría de Gobernación, montó para la cobertura del movimiento en el hotel Diego de Mazariegos, en donde, por cierto, se escribió el epílogo de una historia de amor, de una periodista, hoy cónsul de México, con el general ABSALÓN CASTELLANOS, que había sido secuestrado y después liberado- por el EZLN.
En los días posteriores hubo “enfrentamientos” entre el Ejército nacional y los del EZLN, la mayoría de éstos “armados” con rifles de madera, como ocurrió en Ocosingo. Los milicianos encapuchados eran recibidos con aplausos y ovaciones en los pueblos y villorrios.
El pasado fin de semana, el Cártel de Sinaloa tomó el control de poblaciones aledañas de Frontera Comalapa, la cabecera municipal donde las comunidades estaban sin energía eléctrica y sin telefonía celular desde las primeras horas del viernes. Los hombres armados llegaron “procedentes de Zacatecas y Durango” y la gente los recibió con aplausos y ovaciones a la orilla de la carretera. Representaban la salvación.
Y es que después de tres semanas de bloqueos sobre la Panamericana, en un tramo de unos 40 kilómetros desde la cabecera municipal de La Trinitaria a San Gregorio Chamic, en Frontera Comalapa, camiones cargados con cientos de toneladas de productos perecederos, cerdo, huevo y otros, del norte, centro y occidente de México, por fin pudieron alcanzar la frontera con Guatemala, donde son comercializados sin aranceles aduanales.
En Motozintla, ubicada sobre la carretera federal, vía que va de la Panamericana hacia la costa de Chiapas, continuaban los bloqueos carreteros por parte de miembros del Cártel de Sinaloa, pero sus pobladores realizaban sus actividades con normalidad, con el mercado, supermercados y tiendas en operación sin contratiempos, dio a conocer un poblador. “No hay paso hacia Tapachula”, fue la advertencia.
Habitantes que mantenían un bloqueo en San Gregorio Chamic y Frontera Comalapa, se replegaron esta tarde en la carretera Panamericana para abrirle paso a un convoy de vehículos todo terreno con hombres armados, presuntamente integrantes del Cártel de Sinaloa, a los que aplaudieron, chiflaron y lanzaron gritos como “¡Puro Sinaloa!” y “Arriba el Cártel de Sinaloa”.
El Cártel de Sinaloa llega, presuntamente, a liberar poblaciones que tienen más de un año bajo el terror impuesto por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Con decir que Bodegas Aurrerá, que era la única tienda que permanecía abierta en Motozintla, cerró por el ambiente de inseguridad y con el cártel de Sinaloa inició nuevamente sus operaciones.
Cosas propias para continuar la radionovela de Chucho el Roto.
Ayer como hoy la historia se repite…con sus asegunes.
P.D. ¿Se han preguntado a quién o a qué país beneficia el clima de violencia e intranquilidad entre México y Guatemala.¡Digo!
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