Fuera de todo
Denise Díaz Ricárdez
En la actualidad se estima que en el país hay 98 millones de personas con acceso a internet y con la aprobación de la nueva ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión que se discute aún en el Senado, se incorporarán 16 millones de personas más –cobertura de 114 millones- y algunas disposiciones objeto de atención orientadas a preservar la libertad de expresión.
De hecho un artículo original de la iniciativa, el 109, que afectaba, a través de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, fue retirado con el propósito de no afectar precisamente la libertad de informar y opinar en las redes bajo argumentos fiscales.
Eso sí, excluye toda propaganda política o de índole ideológico a gobiernos extranjeros como sucedió con la secretaria de Seguridad Pública de Estados Unidos, Kristin Noem, en su mensaje contra migrantes en las redes nacionales en abril anterior.
Otro aspecto interesante del dictamen es el control en la venta de chips, que para adquirirlo se entregará identificación oficial al menos para saber quién pompó.
Seguirán muchas discusiones en torno a estos temas de las redes sociales y del internet, pues allí hay de todo y no para todos y de aspectos negativos -como redes de prostitución y fraudes bien pensados- que contraponen la comunicación entre los mexicanos y el extranjero y la información, la opinión y la ya de por sí olvidada cultura.
En fin, otros aspectos de esta iniciativa son la incorporación de internet a comunidades indígenas y afro, que son esencialmente mexicanas; e impulsar el acceso a internet para la transmisión de campañas preventivas, salud, educación y se insiste, información y opiniones sin cortapisas para crecer como país.
En plena libertad de manifestar expresar ideas, sentimientos y pensamientos que no transgreden. Porque disentir es parte de nuestra condición humana.