Por: Leopoldo Díaz Pérez
El general Ulysses S. Grant quien fue el presidente 18 de los Estados Unidos, algunos años después de graduado de la Academia Militar de West Point -1943- participó bajo el mando del mayor general Winfield Scott en las batallas de Molino del Rey y Chapultepec en 1847. Sentenció que el territorio arrebatado a México estaba destinado a expandir la esclavitud: “Me opuse firmemente a la medida (…) y, hasta el día de hoy, consideró la guerra resultante como una de las más injustas jamás emprendida por una nación más fuerte contra una más débil”. Consideró a la guerra civil como un “castigo divino” que recayó en los Estados Unidos por la invasión a México. Curiosamente Grant no sentía vocación por la carrera militar al igual que a incursionar en la vida política.
La transición estratégica del siglo XIX al XX sorprendió a las armadas de occidente; la flota naval alemana cambió sus buques de propulsión a vapor por motores de combustión interna a petróleo, lo que puso en guardia a Inglaterra y los Estados Unidos, quienes se apresuraron a modernizar sus flotas navales.
Había transcurrido medio siglo en el que el vecino país del norte había saboreado las mieles del territorio que lo hizo grande; de hecho, había resultado relativamente fácil
conquistar la tierra prometida en su “destino manifiesto”, pero ahora requerían ¡petróleo! y nuevamente México resulto la fuente a la mano.
Estudiosos de la situación, vieron que Porfirio Diaz a la sazón estaba restableciendo la posición de México ante el ámbito internacional e internamente progresaba desde aquella fatídica invasión que lo mutiló para condenarlo a la dominación. Las celebraciones del centenario de la Independencia difundían la imagen de esa coyuntura que alcanzó su clímax con la visita al evento de delegaciones de las principales naciones del orbe.
Porfirio Díaz era el hombre fuerte que estorbaba los planes de operación de sus flotas armadas, pues la negociación para asegurar el suministro de petróleo de México, no la veían sencilla. Aquel guerrero oriundo de Oaxaca había defendido a su patria de las invasiones tanto de Europa como de los Estados Unidos.
Y, con la declinación de la vida del caudillo vieron la oportunidad de hacerlo a un lado.
Obvio que la nación mexicana arrastraba el lastre de la mutilación de su vasto territorio, así como resabios en educación y marginación económica de gran parte de su pueblo, después de siglos de saqueo de sus riquezas, a lo que se sumaba la ignominia de la derrota de 1847.
Las intervenciones de Estados Unidos en Cuba en 1898 y en Panamá en 1903 hicieron mella en la “realpolitik” de Díaz que veía peligrar la soberanía de México. Y efectivamente dieron un paso más allá en la Doctrina Monroe.
“el corolario Roosevelt, 1904. (…) justificaba la intervención de las tropas norteamericanas para solucionar conflictos internos de los estados soberanos de Hispanoamérica.” Porfirio Díaz, Paul Garner.
La Doctrina Díaz se opuso a la Doctrina Monroe; buscando la defensa de la Republicas Hispanoamericanas desde un marco panamericano; lo que aunado a los contratos en concesiones petroleras y ferrocarrileras otorgados a empresas no estadounidenses tensó al límite las relaciones con los Estados Unidos previo a estallido de la revolución. El presidente William Howard Taft desplegó en la frontera con México 20,000 tropas lo que precipitó la renuncia de Porfirio Díaz.
En un hecho sin precedentes a mediados de 1911 Taft inició la concentración de varias brigadas independientes en un ejercicio de entrenamiento llamado “Maneuver Division” en previsión de invadir México.
Nuevamente la visión objetiva de otro general norteamericano arroja luz sobre las causas de la llamada ¨Revolución Mexicana¨; se trata de la obra Eisenhower, John S. D., 1922- Intervention!: The United States and the Mexican Revolution, 1913-1917 / John S. D. Eisenhower.
Sorprende la agudeza del general Eisenhower cuando con lujo de detalles describe escenarios de los combates, su gran certeza al hablar del orden de batalla de los generales revolucionarios y la claridad al develar el desarrollo de las maniobras diplomaticas y el uso de la fuerza de las armas por el presidente Woodrow Wilson; como de facto se trata a México como colonia desde su independencia de España.
Esboza Eisenhower que cuando terminó de escribir un libro de la guerra Estados Unidos- México de 1846-48 (So Far from God, 1989) decidió investigar las incursiónes americanas de 1914 (Veracruz) y 1916 (Expedición Punitiva) como una logica secuela de lo que ya había escrito.
Regresemos al gran contexto, la Primera Guerra Mundial donde los protagonistas norteamericanos fueron el presidente Woodrow Wilson, el Almirante Henry T. Mayo y el general John J. Pershing. Resalta el general Eisenhower, las similitudes entre el desempeño de Wilson durante la Primera Guerra Mundial y su desempeño durante la Revolución Mexicana.
No sólo era prioritario asegurar el suministo de petróleo mexicano para la maquina bélica del Coloso del Norte, había que entrenar a las tropas y sus mandos previo a la concentración y el despliegue estrategico en Europa, lo que se logró con las mencionada incursiones, y a más, evitar la posibilidad de apoyo mexicano a los paises integrantes del Eje, pues se consideraba que Venustiano Carranza había mostrado ser proclive a la Alemania nazi, que estaba interesada por la ubicación geopolítica de México y sus minerales: petróleo y acero.
Así fue como durante la Expedición Punitiva, Pershing pudo entrenar a sus tropas de infantería, artillería y caballería al más alto nivel. Instituyó un curso especial de tiro con fusiles de asalto y ametralladoras implementado por instructores con experiencia de observadores de la guerra europea. Al igual, los oficiales de Estado Mayor diariamente practicaban sobre maniobras tácticas. El mismo Pershing abrevó gran esperiencia en la concepción, preparación y conducción de operaciones
De principio para la Casa Blanca el tema sensible fue el petróleo de México. La reelección espuria de Huerta encolerizó al presidente Wilson, tanto que personalmente redactó una nota a los gobiernos europeos acusandolos de mantener a Huerta en el poder en contra de los deseos de los Estados Unidos. Especificamente señaló a Gran Bretaña, condenando el nombramiento y arribo a México del nuevo ministro britanico Sir Lionel Carden, pues consideraba que fortalecía la posición de Huerta; consabido de que los gobiernos europeos permitían a sus ciudadanos negociaciones con el usurpador sobre concesiones comerciales, especificamente sobre petróleo mexicano.
Fue entonces (octubre de 1913) que Wilson bosquejó planes para derrocar a Victoriano Huerta, contemplando incluso declarar la guerra.
A partir de 1900 El Puerto de Tampico se convirtió en un objetivo estrategico debido al descubrimiento de grandes yacimientos de crudo; justo en la transición mundial del carbón al petróleo como fuente de energía. Los oleoductos conducían el crudo a las refinerías en la ciudad: American Standard Oil Corporation era la principal y entre otras, la National Petroleum, El Aguila, Mexican Petroleum, Gulf Oil, Texas International Oil. Además existía un asentamiento o colonia de extranjeros norteamericanos.
Una potente fuerza naval, la Fifth Division, U.S. Navy, al mando del almirante Henry Thomas Mayo continuaba en la bahia de Tampico al igual que otras embarcaciones de Alemania e Inglaterra. Mayo fue el comandante de la Flota del Atlantico en la Primera Guerra mundial.
Otro escuadrón estadounidense de la Flota del Atlantico se encontraba destacamentado en el Puerto de Veracruz al mando del contra almirante Frank F. Fletcher. Dicha fuerza naval a petición del Embajador Henry Lane Wilson había desplegado desde la Decena Tragica misma que recibiría la orden de interceptar un acargamento de armas enviado a Huerta a bordo del buque de carga alemán Ypiranga, lo que desencadenó la invasión del puerto.
El propio Secretario de Guerra dictó la orden de asignar a Pershing el mando de la Expedición Punitiva. Su experiencia en conflictos belicos internacionales, contra indigenas insurrectos en Filipinas y chinos en la Rebelión de los Boxers y en la guerra Española-Americana en 1898, lo hacían el militar idoneo. Pershing ascendió directamente del grado de capitán al de general por acuerdo del Presidente Theodoro Roosevelt, pasando por alto a ochocientos jefes. El ayudante del general Pershing por curiosas situaciones resulto ser el subteniente de caballería George S. Patton, Jr., aguerrido, perspicaz y de gran iniciativa, logró avanzar más al sur del territorio mexicano en la persecución de Villa.
La organización de la Expedición Punitiva comprendía tres brigadas, dos de caballería y una de infantería, la unidad principal de maniobra la integraría la brigada de infantería más una de caballería. Ambos cuerpos cruzarían la frontera para converger en Casas Grandes con el objetivo de capturar al general Francisco Villa, éste fue el esquema de maniobra.
La citada organización no fue sencilla en aspectos logísticos, algunos vehículos llegaron a columbus desarmados, se improvisó un hospital quirurgico de campaña y los equipos de comunicación no eran adecuados para las tropas de caballería que requerían movilidad.
Una vez en territorio mexicano estas deficiencias se incrementaron y empleron la explotación local.
Había grandes expectativas por la integración a la fuerza expedicionaria del “Primer Escuadrón Aéreo” integrado por ocho incipientes biplanos JN-3. Para transportarlos desemsamblaron las aeronaves y ya en suelo mexicano los reensamblaron. El capitán Benjamín D. Fulois comandante, estaba orgulloso de hacer el primer test de vuelo que marcó la historia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. La operación de las aeronaves requería de 7 vehiculos para suministros logísticos. Al final resultaron ineficientes dadas las condiciones de las operaciones de la fuerza invasora, pero constituyó una experiencia más para la conflagración mundial que se evecinaba.
Otra de las experiencias de la Expedición Punitiva fue que conocieron los efectos de la marihuana y posteriormente la utilizaron en sus operaciones militares. (punto que trate en una columna anterior)
En una entrevista para el Saturday Evening Post, Wilson revela sus verdaderos intereses “…Toda demanda para el restablecimiento del orden en México, toma en consideración, no el orden para el beneficio de la gente de México, la gran masa de la población, sino el orden para el beneficio del viejo regimen, para los aristocratas, para los intereses establecidos.”
Refiere Eisenhower que la obsesión del presidente Wilson de derrocar a Victoriano Huerta se debió a la negativa de éste a acatar sus dictados. Los embargos de armas eran los amagos para manipular a los lideres revolucionarios desde la Casa Blanca. De ahí la “Doctrina Carranza” México no podrá resolver libre y facilmente sus problemas interiores de pacificación, mientras esté atenido a la voluntad de una potencia para conseguir armas y parque; por lo tanto hay que fabricarlos. Carranza. el hombre. El politico. El caudillo. El patriota, Francisco L. Urquizo, Ed. Cultura, 1935.
La participación de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, inició dos meses después de que las tropas de la Expedición Punitiva salieron de México.
El día que esesinaron al general Francisco Villa, en los Estados Unidos celebraron con un brindis el magnicidio, cuando estaban negociando los Tratados de Bucareli.
A 100 años del asesinato de Francisco Villa el 20 julio de 1923. “Lo mandaron asesinar Calles y Obregón, éste buscando la aprobación de EU a su gobierno, reconoció una deuda inflada de mil 450 millones de pesos, firmó el ignominioso Tratado de Bucareli y de remate se comprometió con Washington para liquidar a Pancho.” Jornada.com.mx., El Correo Ilustrado, 20 julio 2023. En dicho tratado, México garantizaba los derechos de propiedad sin limite a particulares extranjeros y a todas las compañías petroleras estadounidenses.
Para México:
El siglo XIX fue de ignominia, le arrebataron territorio y un gran destino.
El siglo XX fue subyugado por una “dictadura perfecta”.
El siglo XXI se perfila como el de la Tercera Guerra del Fentanilo.
@LeopoldiazperezA 100CeVilla El Correo Ilustrado
Centenario luctuoso de Pancho Villa
El 20 de julio de 1923, hace 100 años, fue asesinado Pancho Villa, uno de los pilares del triunfo de la Revolución Mexicana. Dio jaque mate a la dictadura de Porfirio Díaz en la batalla de Ciudad Juárez, así como al usurpador Victoriano Huerta con su victoria en Torreón. Enfrentó con éxito la invasión de Estados Unidos de 1916-1917 en el norte del país. Expropió las haciendas de Creel y Terrazas, construyó escuelas, un maestro ganaba lo mismo que un general. Propuso abolir la deuda y fomentar la producción mexicana. Se volvió un bandolero social al huir por hacer fuego con su rifle contra el hacendado López Negrete, que quería violar a su hermana Martina. Murió de 45 años de edad. Le dispararon 150 proyectiles… le tocaron 13. Lo mandaron asesinar Calles y Obregón, éste buscando la aprobación de EU a su gobierno, reconoció una deuda inflada de mil 450 millones de pesos, firmó el ignominioso Tratado de Bucareli y de remate se comprometió con Washington a liquidar a Pancho.
Villa El Correo Ilustrado
Centenario luctuoso de Pancho Villa
El 20 de julio de 1923, hace 100 años, fue asesinado Pancho Villa, uno de los pilares del triunfo de la Revolución Mexicana. Dio jaque mate a la dictadura de Porfirio Díaz en la batalla de Ciudad Juárez, así como al usurpador Victoriano Huerta con su victoria en Torreón. Enfrentó con éxito la invasión de Estados Unidos de 1916-1917 en el norte del país. Expropió las haciendas de Creel y Terrazas, construyó escuelas, un maestro ganaba lo mismo que un general. Propuso abolir la deuda y fomentar la producción mexicana. Se volvió un bandolero social al huir por hacer fuego con su rifle contra el hacendado López Negrete, que quería violar a su hermana Martina. Murió de 45 años de edad. Le dispararon 150 proyectiles… le tocaron 13. Lo mandaron asesinar Calles y Obregón, éste buscando la aprobación de EU a su gobierno, reconoció una deuda inflada de mil 450 millones de pesos, firmó el ignominioso Tratado de Bucareli y de remate se comprometió con Washington a liquidar a Pancho.
¡Viva Villa… cabrones!
Villa El Correo Ilustrado
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El 20 de julio de 1923, hace 100 años, fue asesinado Pancho Villa, uno de los pilares del triunfo de la Revolución Mexicana. Dio jaque mate a la dictadura de Porfirio Díaz en la batalla de Ciudad Juárez, así como al usurpador Victoriano Huerta con su victoria en Torreón. Enfrentó con éxito la invasión de Estados Unidos de 1916-1917 en el norte del país. Expropió las haciendas de Creel y Terrazas, construyó escuelas, un maestro ganaba lo mismo que un general. Propuso abolir la deuda y fomentar la producción mexicana. Se volvió un bandolero social al huir por hacer fuego con su rifle contra el hacendado López Negrete, que quería violar a su hermana Martina. Murió de 45 años de edad. Le dispararon 150 proyectiles… le tocaron 13. Lo mandaron asesinar Calles y Obregón, éste buscando la aprobación de EU a su gobierno, reconoció una deuda inflada de mil 450 millones de pesos, firmó el ignominioso Tratado de Bucareli y de remate se comprometió con Washington a liquidar a Pancho.
¡Viva Villa… cabrones!
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El 20 de julio de 1923, hace 100 años, fue asesinado Pancho Villa, uno de los pilares del triunfo de la Revolución Mexicana. Dio jaque mate a la dictadura de Porfirio Díaz en la batalla de Ciudad Juárez, así como al usurpador Victoriano Huerta con su victoria en Torreón. Enfrentó con éxito la invasión de Estados Unidos de 1916-1917 en el norte del país. Expropió las haciendas de Creel y Terrazas, construyó escuelas, un maestro ganaba lo mismo que un general. Propuso abolir la deuda y fomentar la producción mexicana. Se volvió un bandolero social al huir por hacer fuego con su rifle contra el hacendado López Negrete, que quería violar a su hermana Martina. Murió de 45 años de edad. Le dispararon 150 proyectiles… le tocaron 13. Lo mandaron asesinar Calles y Obregón, éste buscando la aprobación de EU a su gobierno, reconoció una deuda inflada de mil 450 millones de pesos, firmó el ignominioso Tratado de Bucareli y de remate se comprometió con Washington a liquidar a Pancho.
¡Viva Villa… cabrones!