CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) son dos entidades públicas de la federación que tienen responsabilidades – distintas – pero resultan complementarias en la prevención y sanción de la contaminación de los ríos, “lo que influye en la mitigación de las inundaciones”. Y es que la primera se encarga de la política ambiental y la segunda de su aplicación y vigilancia.
Así pues, la Semarnat establece y coordina las políticas ambientales para la protección de los ríos. Mientras que la Profepa es el músculo operativo de la Semarnat encargado de vigilar y sancionar el cumplimiento de la legislación vigente en materia ambiental, específicamente en relación con la contaminación de ríos e inundaciones.
Ahora bien, en las recientes semanas a raíz de las inundaciones que han afectado el norte de Veracruz, se ha venido hablando de Protección Civil, Marina, Sedena, Conagua, Seguridad Pública, Salud, Sict, Siop, Educación, Ayuntamientos, entre otras dependencias e instancias del sector gobierno en su conjunto pero, y la Semarnat y la Profepa ?
Y es que, la SEMARNAT y la PROFEPA están obligadas desde sus responsabilidades a ir de una vez por todas, entrándole al continente de la problemática en términos de ríos y causes, que como en el caso de Veracruz, al ser de respuesta rápida – crecimientos inesperados – sus instancias no deben ni pueden ser solo observadoras, sobre todo ante la tragedia y el dolor de miles de personas y familias.
De entrada la SEMARNAT es responsable de manera directa de la gestión de los recursos hídricos, – coordinada con la Conagua,- el control de la contaminación, Evaluación del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), – en busca de evitar daños a cuencas, ríos y los humedales, abatiendo problemas como la deforestación y la urbanización en zonas de riesgo, lo que exacerba las inundaciones,- la emisión de normatividad ambiental (Normas Oficiales Mexicanas “NOM”) pendientes a la regulación en el manejo del agua y así como, la descarga de contaminantes, y también la conservación de ecosistemas (manglares y humedales, que actúan como barreras naturales y una especie de amortiguadores de las inundaciones).
Y la PROFEPA, tiene entre sus resortes a la vigilancia y sanción, inspeccionando a las industrias, empresas y personas que estén contaminando los ríos. Y en ese sentido debe atender las denuncias populares sobre la contaminación, descargas ilegales a cuerpos de agua, tala ilegal y “cambios de uso de suelo no autorizados” que puedan afectar a los ecosistemas y contribuir a “las inundaciones”. Así actúa como Procuraduría de Justicia Ambiental, ante posibles hechos que presuma la constitución de delitos ambientales. “Y esa inspección industrial, le lleva a implementar los programas de prevención a la contaminación del agua, suelo y atmósfera por parte de las industrias”.
En pasadas entregas he venido escribiendo sobre el aumento en la aparición de socavones y el elevado número de afectaciones producto de los movimientos de laderas – que ante tanta agua de lluvia no tardarán en aparecer – sobre todo por el descontrol e irregularidades en las áreas de desarrollo urbano en Ayuntamientos.
La Semarnat y Profepa, no harían mal en hacer una revisión – coordinadamente – en áreas de Desarrollo Urbano en quizá todos los Ayuntamientos, pues casi todos, suelen autorizar cambios de uso de suelo, por sus pistolas, solo por citar un ejemplo.
DE SOBREMESA
Por cierto, a poco más menos de un mes, se desea que los 18 ingenios azucareros que muelen caña de azúcar en Veracruz están en el inicio de la Zafra 2025/2026 y el sector viene avisando por industriales, productores de la graminea y obreros de las fábricas que están en una crisis financiera severa.
En ese sentido, la Semarnat y Profepa también deben entrarle al terreno de abatir problemas de contaminación en el agua por la industria azucarera, producto de su elevado consumo energético, la descarga de agua con alta temperatura a los ríos y arroyos, y gran contenido de materia orgánica como el bagazo de la caña, cachaza y vinazas, elementos de alto daño para el vital líquido.
Los impactos ambientales del cultivo de la caña de azúcar, principalmente, se traducen en los efectos en el suelo, ríos y de las aguas subterráneas debido al uso de plaguicidas, la compactación del suelo, debido al uso intensivo de maquinaria agrícola; la erosión del suelo, así como, emisiones contaminantes por la práctica de la quema previa al corte de la caña antes de llegar a las fábricas en dónde la muelen y transforman en azúcar.
La situación geográfica de privilegio de Veracruz –en comparación con otras entidades del país que tienen Ingenios Azucarero –gozando de una riqueza hídrica extraordinaria, pero al mismo tiempo lamentablemente, la totalidad de sus ríos son contaminados por la caña e industria azucarera, y por ello hay poca disponibilidad de agua para uso doméstico, sin que solo sea la industria Azucarera la culpable.
Los 18 ríos que atraviesan la entidad veracruzana, todos contienen fuentes contaminantes que provienen de la industria; petroquímica, textilera, alimentaria, fertilizantes, gases, papelera, curtido de piel, refresquera, cítrica, lechera, fibra sintética, química, farmacéutica, cervecera, beneficios de café y de “ingenios azucareros”, y aguas negras municipales que a la vez llegan a las aguas del Golfo de México.
Desde el norte al sur, los ríos Pánuco y Tuxpan, como el río Coatzacoalcos, sin dejar de pasar por el río Tecolutla, el Nautla, el Actopan, la Antigua, Jamapa, Río Blanco, el Papaloapan, todos en más o en menos enfrentan el fenómeno de tener en sus márgenes a la industria y que diariamente derraman fertilizantes inorgánicos, aunado al uso de pesticidas por parte del sector agrícola y ganadero. Y ante el cierre de la zafra, los ingenios azucareros y el campo cañero ponen en riesgo de desaparecer a los afluentes.
El panorama de las reparaciones y arranque en los ingenios azucareros de Veracruz está en la incertidumbre en varios ingenios. Y la caída en los precios del azúcar y las quejas de cañeros sobre las importaciones están afectando la capacidad financiera para llevar a cabo los mantenimientos necesarios, en casi todos los ingenios, unos en más o en menos.
¡ES CUANTO!
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