Héctor Calderón Hallal
La volví a ver en una entrevista televisiva con Adela Micha hace más de una semana, donde pude constatar que sí es posible que en una personalidad política tengan cabida, la moral como la ética e incluso puedan convivir con otros “atributos” de la mentalidad de un individuo que vive para competir por el poder, como lo son la ambición, el egocentrismo y quizá la soberbia. Los cinco son atributos de la personalidad de un político profesional, seres humanos al fin… más no se puede afirmar que todos los políticos permitan que se sobrepongan estos últimos tres a los dos primeros en el desempeño de sus actos públicos … ni privados.
Este puede ser el caso de la mujer que es personaje central de nuestro artículo en esta entrega:
Se trata de la diputada por el Movimiento Ciudadano, Ivonne Aracely Ortega Pacheco, exgobernadora de Yucatán, exsenadora, exdiputada federal y local y exalcaldesa por el PRI pero ante todo, una consolidada luchadora -desde siempre- por los derechos de la mujer y el movimiento que reivindica a la equidad de género en nuestros días.
También el Movimiento Ciudadano (MC) tiene su reserva moral de políticos en activo, en quienes se puede confiar la edificación de un mejor mañana para este país… aquellos políticos que siembran, que planean, que emprenden acciones -despojados del individualismo y el afán de reflectores- pensando en las futuras generaciones y no en el próximo cargo o candidatura a encabezar.
Vamos…. En este caso, hay que decirlo con todas sus letras: La clase política mexicana actual tiene dentro de su reserva moral a un gran activo, en la figura de la yucateca Ivonne Ortega.
Ella, como representante de Movimiento Ciudadano, ha dignificado al poder legislativo defendiendo con firmeza, inteligencia, orgullo y valentía la causa que exige el desafuero y el ajusticiamiento, con base en la ley, de Cuauhtémoc Blanco a quien la mayoría parlamentaria y sus aliados han defendido penosa e injustamente, dejando en ridículo y en vergüenza, el papel de los legisladores.
Salvó la legisladora Ortega Pacheco, el honor de quienes se han mantenido firmes en su propósito de justicia hacia la víctima y contra del despreciable exfutbolista. A Ivonne Ortega habría que sumar en un acto de justicia, el decoroso papel que también hizo en este caso y en defensa de la dignidad de las mujeres como de las víctimas en general, la legisladora morenista María Teresa Ealy Díaz.
En el espacio noticioso en redes de Adela Micha, Ivonne Ortega habla a pregunta expresa de la periodista, con mucha seriedad y un dejo de indignación, genuina y justificada por el tratamiento dado en la Cámara de Diputados a la negativa mayoritaria y “mayoriteada” de los diputados morenista, a la iniciativa para despojar del fuero al diputado morelense Cuauhtémoc Blanco, a la postre nefasto exgobernador de Morelos de malhadada gestión y pésimos recuerdos para la población de aquella central entidad federativa.
Ortega Pacheco no lo puede dejar de interpretar como una gran ofensa a la inteligencia y a la mayoría de edad de los diputados de esta legislatura… y de la población mexicana en general, lo mismo que a la dignidad de la víctima; la cerrazón de Morena y su mayoría, a que su diputado aliado es despojado de su fuero para que, en igualdad de circunstancias frente al representante social (M. P.) se presente ante su víctima… con “suelo parejo”…. Y pueda argumentar y probar así su “inocencia” como él mismo presume.
Porque como también lo ha declarado Ivonne Ortega con toda la objetividad del caso: “Nadie ha dicho, ni sugerido siquiera, que Blanco Bravo sea culpable del probable delito de violación…. Pero queremos que las cosas se hagan conforme a derecho y en el marco del respeto a la dignidad de las mujeres afectadas”.
Y no es para menos: en ningún lugar del mundo se duda de una víctima afectada por la neurosis, con la que se presenta a declarar a la instancia de la representación social por el probable delito de agresión sexual o violación, aun en grado de tentativa.
El dudar de los dichos de la agredida, corresponde una forma de revictimización… eso es una pésima atención del Estado al fenómeno delictuoso que nos ocupa, pero es ante todo, una falta sustantiva al modelo de atención a los Derechos Humanos en la nueva escuela que impera en el mundo, particularmente en sus afanes por enterrar para siempre el famoso ‘patriarcado jurídico’ tradicional con el que siempre se ha juzgado a las mujeres a lo largo de la historia… con mandatos sociales injustos, llenos de prejuicios y de imposición coercitiva.
Pero esta actitud de Ivonne Ortega no es nueva ni afloró a partir de su actividad política; ella se ha formado desde niña en un ambiente de permanente sacrificio y esfuerzo arduo. Es un genuino producto de la cultura del esfuerzo y no del privilegio, al igual que como se autodefinió el gran Luis Donaldo Colosio.
Que padeció también en algún momento de su infancia, adolescencia y juventud, de la terrible misoginia propia de la provincia del México aquel, del último cuarto del siglo pasado.
Siempre se ha indignado ante los actos de cobardía y abuso contra los débiles, los ignorantes, los desvalidos… y contra las mujeres… frente al “machismo orquestado” de la sociedad contemporánea.
De hecho, se puede afirmar que esta diputada creció notablemente en el ánimo de la opinión pública nacional con este episodio que estelarizó frente al cinismo del morenista Cuauhtémoc Blanco, difundido en cadena nacional y consolidó, además, su liderazgo al interior de la bancada emecista en la Cámara de Diputados.
Puede decirse también sin exagerar, que aquí emerge una nueva estrella política en el firmamento nacional -hoy que estamos tan ávidos de nuevos personajes- de quien se hablará cada vez más en el futuro.
Por supuesto que Ivonne, es ya desde hace tiempo una figura consolidada en Yucatán y en el país entero y, que sus primeros pasos -agigantados- los dio en el PRI y ahora los da a paso veloz en MC, tras el acertado cabildeo del ‘comandante en jefe’ de Movimiento Ciudadano, el veracruzano Dante Delgado Rannauro, quien hoy se recupera, afortunadamente de salud.
Pero su propia historia habla por sí sola de su empuje… de su coraje hacia las adversidades de la vida:
Ivonne, desde que era una niña de doce años, al concluir el sexto año de su educación primaria, fue una promesa de ciudadana emprendedora, criando y engordando el primer cerdo para venderlo y sufragar sus gastos personales y para poder trasladarse desde el pequeño poblado donde nació y estudió sus primeros grados escolares, de nombre Dzemul, hasta el pueblo más cercano, que sí contaba con telesecundaria para cursar el grado respectivo, contra la voluntad de sus paupérrimos padres.
Así se fue abriendo paso la adolescente Ortega.
A golpes, sacrificios y vicisitudes de muy diferentes dimensiones y características; se consolidó al paso de los meses como una modesta, muy pequeña… pero muy admirable y aguerrida porcicultora.
Incrementando la producción de vientres y, hoy día, convertida en una muy respetable porcicultora yucateca de fama nacional e internacional que exporta a países asiáticos el total de su producción.
Y así es también como entonces se da el tiempo para destacar en la política como lo hace en MC, tras renunciar al PRI y aceptarle la invitación a Dante Delgado Rannauro, luego de la derrota sufrida cuando compitió por la dirigencia nacional en aquella elección en la que surgió victorioso el campechano Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”.
Antes, Ivonne Ortega fue electa secretaria general del CEN priista en fórmula con el mexiquense César Camacho Quiroz, durante el período presidencial de Enrique Peña Nieto.
Vale recordar que en su primera y tierna juventud, impuso en su pueblo natal un singular liderazgo popular con su gente que la vio nacer y crecer y que la apoyó para ser Presidenta municipal, Diputada local y Diputada federal lo que fue forjando una contundente personalidad que le permitió buscar y acceder más tarde a la gubernatura de Yucatán -en tiempos del liderazgo priista de la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel- posición desde la que sirvió con denuedo a las y los yucatecos … sin distingo alguno de filiación política; gestión que tuvo, hay que decirlo con todas sus letras también, un denominador común: entrega, honradez y energía acrisoladas… además de una profunda raíz popular.
Ortega Pacheco es sobrina del desaparecido líder Víctor Cervera Pacheco “El Balo”, quien alcanzó todos las posiciones del organigrama… a excepción del de Presidente de la República, ya que la señora madre de Ivonne, era prima del popular político, de muy grata memoria para los yucatecos y para el sector campesino de México.
Cervera Pacheco fue a lcalde de Mérida, senador, dirigente nacional campesino (CNC), Gobernador de Yucatán y secretario de la Reforma Agraria.
No obstante lo anterior, Ivonne no tuvo el apoyo original de su tío, sino que en un principio padeció su rechazo por el prurito del parentesco; sin embargo ella no tuvo empacho, ni se frustró por aquella actitud familiar del aguerrido político peninsular, que gobernó durante diez años a su Estado natal (una vez como sustituto y la otra por el voto popular); esto obligó a fortalecer su ánimo y su carácter a Ivonne, quien se fue abriendo paso en la vida con sus propias fuerzas, en la política y en el servicio público en general.
Una lideresa, indiscutiblemente… con méritos testimoniales evidentes; con destino y con una búsqueda permanente.
También una mujer admirable, que cuenta con una profunda y acendrada vocación social; que es honesta, valiente, decidida y digna; que sabe defender a quien sea objeto de la injusticia y de las infamias que a diario se cometen, como es el caso de Nidia, la hermana de padre de Cuauhtémoc Blanco a quien el otrora admirado futbolista profesional y ahora conocido como el detestable exgobernador del Estado de Morelos pretendió violar.
Que impuso la agenda hace unos días en el tema del tratamiento político al probable delito de violación a su propio familiar, del diputado Cuauhtémoc Blanco… y fue ella personalmente a la curul del señalado, para entregarle y decirle en su propia cara, la gran decepción jj mkque, como individuo, antes gloria del deporte nacional y universal, el todavía legislador Blanco Bravo hoy significa para ella… y para las mujeres de México ahí representadas.
En esa misiva, la diputada Ivonne Ortega le pide con valor cívico a su homólogo, que tenga la dignidad de renunciar a su fuero y que enfrente conforme a derecho su causa penal…. Y que incluso ofrezca una sentida disculpa a la población mexicana… a la niñez y a la juventud de este país, por el pésimo ejemplo que ha dado, en su condición de representante popular y garante de la confianza ciudadana.
Y es que, a un representante popular y a un político investido de autoridad, se les tiene que exigir transparencia, honradez y alta moralidad… no es posible que todavía en México a los políticos, no se les pueda confiar un “puño de alacranes” … mucho menos la honra y la seguridad de sus propias familias.
¿Cómo es posible eso?
Enhorabuena al MC y al Poder Legislativo por contar con esa gran legisladora mexicana que es Ivonne Ortega Pacheco.
Reitero… parte de esa -escasa- reserva moral de políticos en activo en México.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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