Otra historia de una muerte anunciada
Por Arturo Sandoval
“Podemos detenernos cuando subimos, pero nunca cuando descendemos”. Napoleón Bonaparte.
Una lista de causas por las que el Fút bol mexicano no avanza puede ser larga, tendrá que ver con las malas decisiones de los dueños y directivos de los equipos por: el no descenso, por el forzado repechaje, por no atender fuerzas básicas, por no saber disciplinar a jugadores, por contratar entrenadores fraude como Osorios, Tatas Martino, Gagos, entre muchos; al igual de vende humos en direcciones deportivas que, a veces en algún equipo tienen éxito en uno o dos semestres, después develan su mediocridad, aunque pregonan en todos los medios esos efímeros éxitos, pero no informan las causas de ya no seguir en esa carrera. Algunos son comentaristas en televisoras.
Difícil saber si nuestro Fút bol mejorará mucho con decisiones acertadas de las cabezas de nuestro deporte. Desde poner director de la Federación, hasta de Selecciones nacionales sin conflicto de intereses o mala fama como Mike Arreola hasta no darle a inexpertos sin historial exitoso la dirección deportiva de equipos como Guadalajara, Cruz Azul o Pumas.
Es una lucha amalgamada principalmente por dos motivos: el ego y los grandes sueldos por oportunidades de negocios ocultos como compra-venta de jugadores.
Un ejemplo, el jugo contra Suiza hace unos meses. Dos de los 4 goles de Suiza contra México, nacieron de pérdidas inocentes de balón de Alexis Vega, otro gol por error del Tala; y uno por error del árbitro al no marcar clarísimo fuera de lugar de 4 suizos. Sin esos 4 errores podría ser justo un 2-0 a favor de México, pero no; Suiza, aun como equipo sin nada extraordinario, digamos de un segundo nivel europeo, fue mejor que México.
Es por demás notorio la falta de jugadores de alto nivel en nuestra selección; se trabaja con lo que se tiene y ver hasta donde alcanza. Es aquí donde la duda de que Javier Aguirre tenga la capacidad para llegar a ese techo de suficiencia para lograr un juego aceptable.
Recordemos la beca dada a Juan Carlos Osorio por los directivos para poner en práctica su estúpido experimento de jugar con diferente alineación cada juego. Tuvo la mejor generación de todos los tiempos, generación dorada a la cual desperdició. De ahí inicia un descenso del futbol mexicano cuando pudieron cambiar al entrenador uno o dos meses antes del mundial de Rusia. El Piojo Herrera, Ricardo Ferreti, Vucetich, cualquiera hubiera tenido éxito en ese mundial. Encima lleva a Rafa Márquez a vacacionar por estar sin nada de condiciones por su edad, deja a Pizarro en su mejor momento y a Laínez también.
Pero los directivos se empeñan en no entender. Contratan al argentino Tata Martino; parece dar resultado los dos primeros años, pero nunca se compromete con los jugadores. Los goles los festeja con su carísima plantilla de asesores. Así, los fracasos en cada partido se suman y se suman. Al igual que Osorio; le dan un lugar a Guillermo Ochoa quién nada más no tiene para la titularidad ni en el mundial de Rusia, menos en el de Catar. Siempre ha habido porteros mejores que él, como Jesús Corona o Talavera. Pero Ochoa tiene el apoyo de Televisa y sus patrocinios, o sea, dinero.
(https://indicepolitico.com/el-tata-martino-ya-no-puede-con-la-seleccion-de-fut-bol/)
Martino pudo ser remplazado también 3 ó 4 meses antes de Catar, deja afuera a Giménez sin importar los muchos goles que llevaba en Europa, lleva a Raúl Jiménez nada en forma y con lesiones aún sin sanar, impone a su paisano Funes Mori, pese a demostrar que en el Monterrey era bueno y en la selección muy malo. Pierde sospechosamente contra Argentina con una alineación a propósito para favorecer a Messi. Meses antes de ese mundial, cuando ya se conocían los grupos del torneo, en entrevista, Manolo Lapuente contesta a la pregunta de qué piensa de Tata Martino cuando en el grupo está Argentina. Lapuente responde con otra pregunta ¿A quién le va Martino?
Hoy, Javier Aguirre, vende su humo a precio muy caro. Con la selección grande no ha ganado nada, fracasó en Europa y hasta en Japón. En esos continentes pasa de noche sin nada relevante. No se ve por dónde pueda hacer algo bueno ahora. Vive de sus discursos “buena ondita” de engaña bobos. Es goleado 4 a 0 por Colombia este 11 de octubre, a 8 meses del mundial y sale en la entrevista al final del partido, a culpar a sus jugadores, aunque, otra vez repite: “el único culpable soy yo”. La gente está harta de su frase, se victimiza y espera palmadas en el hombre, frases de “pobrecito, no te preocupes, ya otros nos han visto la cara igual que tú”. Aún es tiempo de poner otro entrenador, eliminar a Rafa Márquez quién no ha demostrado nada de nada. Caray, sólo se ven extranjeros como al argentino Antonio Mohamed, al brasileño Tuca Ferreti o al uruguayo Guillermo Almada y condicionar si en el grupo de México quedan países de la nacionalidad del entrenador, ese partido no lo dirija ni tome decisiones.
NOTA: el cambio de entrenador no convertirá a nuestra selección en potencia, pero muy probablemente evitará otro desastre con humillación; así podremos evitar, al no avanzar en la Copa del mundo, la estúpida frase: “el único culpable soy yo”.