Aníbal Mújica
Ocurrió al interior del plantel a plena luz del día ante el asombro de compañeros y su novia.
Se venía advirtiendo por alumnos y docentes, ya desde hace varios semestres y particularmente en este inicio del ciclo escolar en el CCH SUR.
La laxitud en la vigilancia ordenada por la directora Susana Lira a “Seguridad UNAM” es escandalosa; cualquier persona ajena puede ingresar y transitar por el plantel sin ningún control ni restricción, incluso gente que a todas luces no es alumno, trabajador ni académico.
Hoy se reventó el hilo por lo más delgado, costando la vida de un estudiante del CCH SUR a manos de un compañero quien percibió, como todos los demás estudiantes, la ausencia total de seguridad; la novia del muchacho ultimado se encontraba a su lado enfrentando riesgo real de muerte, pero logró repeler el segundo ataque del perpetrador y, ya auxiliada por varios, trataron de evitar la huida del asesino; lo persiguieron; en su huida, atacó a un trabajador que se le opuso hiriéndolo, y se provocó fracturas en ambas piernas al brincar para escapar.
Con la omisa directora del plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, una lamentable tragedia como esta era solo cuestión de tiempo. La comunidad del bachillerato universitario llevaba varios semestres repudiando a Susana Lira de Garay por su mala administración, señalada incluso por académicos; también pesan sobre ella señalamientos de corrupción al vender al mejor postor los cambios de turno.
Es imposible que un director pueda llevar a cabo semejante gestión y continuar en el cargo sin la anuencia de la dirección general y del propio rector Leonardo Lomelí Venegas. Se dice que este fue impuesto por Claudia Sheinbaum, violando la autonomía universitaria, mediante la gestión de nuestra muy corrupta “amiga” Rosaura Ruiz Gutiérrez. Ambas han pedido al rector un nuevo estilo de rectoría permisiva que hoy desemboca cobrando una joven vida.
La cauda que va dejando la intervención de la hoy presidenta en la vida universitaria y en todo lo que toca no es sino tragedia, como sucede hoy en el interior del plantel.
El enojo generalizado en el estudiantado se ha exponenciado. Ellos convocan a una asamblea general de alumnos pidiendo la representación de absolutamente toda la comunidad, todos los planteles de nuestra máxima casa de estudios, para exigir nuevamente la destitución de Susana Lira de Garay, la del director general de CCH y la renuncia del Leonardo Lomelí Venegas, corresponsables de estos terribles y fatales sucesos.
La autonomía de la UNAM no puede ser pretexto para que hechos como este queden impunes; las autoridades con el ministerio de procuración de seguridad y justicia deben encontrar los mecanismos coadyuvantes para brindar protección a los educandos y trabajadores, sin violentar de ninguna forma la autonomía de nuestra amada universidad.
¿Es quizá la UNAM el único espacio ciego para las autoridades al no existir ni una sola cámara ni medio de control presencial para inhibir conductas antisociales de esta envergadura?
¡ESTO NO DEBIÓ OCURRIR!
Enviamos el más solidario y fraterno abrazo a los compañeros, familiares y amigos de Javier. QEPD.