Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; se puede entender la decisión de Pérez Dayán de no acompañar la resolución del ministro González Alcántara para dejar sin efecto parcialmente la mal llamada reforma judicial, en el sentido de su congruencia, cuando alega entre otras cosas que nunca debió de haberse dado la sobre representación que el INE y Tribunal Electoral Federal le otorgaron a morena y que siendo una insensatez la mal llamada reforma judicial, no se combate con otra insensatez y que además, no era ajeno a las consecuencias que produciría la reforma constitucional cuestionada, en el tema de la división de poderes y en la independencia judicial, como tampoco estaba ajeno a las que producirá en el ámbito personal de los juzgadores y en sus esfuerzos de superación y compromiso con la nación.
Sostener que la mal llamada reforma judicial es una insensatez, es en si mismo el principal argumento para no mantener un criterio purista personal de congruencia con otras resoluciones que mantuvo para que la Corte se abstuviera de impugnar la reformas constitucionales planteadas por el legislativo.
Sin embargo, la envergadura de esta insensata reforma constitucional, requería altura de miras y no escurridizos reductos de formalidades éticas, cuando en la misma argumentación se reconoce los efectos destructivos y dañinos de esta reforma y que afectan la estructura fundacional de la República y el Estado de Derecho.
Así entonces, resulta indudablemente que la congruencia planteada para negar su voto a la mayoría de sus pares, sólo es una treta exculpatoria que reduce en añicos cualquier alegato ético profesional, pues es evidente que lo que estaba en juego, no era el criterio personal de un ministro en un asunto cualquiera, sino lo que se jugaba era el destino de toda una nación fincada en los principios republicanos, participativos y democráticos y en la división de poderes, donde la soberanía popular se deposita en los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial siendo entonces que este último en igualdad de condiciones tiene la misma legitimidad popular que los otros electos por el voto popular.
Y que con su voto habría zanjado de una vez por todas la discutible alegación de que los poderes electos por voto popular, tienen más legitimidad y peso que el judicial, que no lo es y que por lo tanto para darle esa legitimidad era necesario someter a votación a todo el poder judicial; principal argumento que morena, López y Sheinbaum aducían. Cuando la propia Carta Magna desmentía semejante despropósito al establecer que la SOBERANÍA POULAR se deposita por igual en los tres poderes.
Así entonces era necesario e indispensable despejar este entuerto, creado a contentillo de los caprichos y venganzas presidenciales, que Pérez Dayán simplemente desoyó y terminó por deshonrar el cargo de ministro de la Corte Suprema como guardián y tutor de la Constitución.
Por esto creo estimado amigo, que la actuación de Pérez Dayán es una enorme y franca traición, no sólo a la Carta Magna, que prometió resguardar y proteger, sino peor, a él mismo pues se reduce a la cobardía de quienes usan los pretextos más infames para justificar su actuación y prefieren la comodidad de sus privilegios, que a enfrentar a los poderosos.
He escuchado y he leído que la decisión de Pérez Dayán es incomprendida, nada más alejado de ello, es perfectamente comprendida, pues no hablamos de un neófito o aprendiz del derecho, sino de un auténtico profesional que sopesa el alcance de sus decisiones y sus repercusiones y que sabiéndolas toma la que produce la más grave afectación; de manera que plenamente consciente Pérez Dayán asumió su decisión desde su posición de ventaja que lo convirtió en el “héroe” de esa cosa llamada transformación. Y más tratándose de un personaje que había manifestado su rechazo a la reforma constitucional y que de pronto dio la vuelta y encontró la excusa perfecta para manifestar su purismo “ético” que le permitió salirse por la tangente, dejando a sus pares con un palmo en la nariz y tirando a la basura la única oportunidad de enderezar la maltrecha Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Vileza que lo perseguirá por el resto de sus días y lo remitirá al basurero de la historia, por más que los ganadores y destructores de la República, hoy lo arropen bajo la misma cobija de otros sátrapas traidores que bien podemos identificar para la historia como los YUNES, con quienes compartirá semejante identidad, que por privilegios, dinero e impunidad traicionan hasta su progenitora y no digo principios con tal de mantener sus fueros y sus opulentos beneficios.
Y más en un hombre que gusta de lo costoso y jactancioso de sus vicios personales que lo alejan una vez más de la congruencia que dice tener y lo ponen en la grotesca hipocresía que suelen ostentar los que refieren una moral intachable y no pasan de ser vulgares sepulcros blanqueados que destilan los peores humores de corrupción y bajeza.
Los traidores tienen larga vida, como le deseo el impresentable e indeseable Fernández Noroña para refrendarle el favor de su traición, lo que más que un buen deseo muy seguramente será una pesada y brutal fardo que cargará con su longevidad.
El fardo de la traición.
Entre paréntesis; que esperamos de este mamotreto de reforma ?
No mucho.
Primero : es un ejercicio electoral costoso.
Segundo: sumamente complicado.
Tercero: extremadamente poroso. Porque cualquier interés económico, político, partidista y hasta delictivo se va colar.
Cuarto: voluminoso por el número de candidatos.
Quinto: confuso por las características e identidades de los puestos a elegir.
Sexto: desairado e irrelevante votación. Por lo lento del proceso de votación.
Séptimo: sin legitimidad popular
Octavo: personalidades de dudosa trayectoria sobre todo en los puestos de jueces y magistrados.
Noveno: ineficaz resultado para mejorar la impartición de justicia y.
Décimo: infinidad de interese creados y conflicto de interese como resultado del proceso electoral que no generará certeza jurídica ni mejor el estado de derecho.
Trece mil millones de pesos va costar el capricho. Y ahora lo quieren reducir con lo que será un proceso sumamente cuestionado y cuyos participantes ya se antojan sólo de morena y sus rémoras. Con lo cual se cumplirán todas las sospechas y temores. Un poder judicial alcahuete y zángano del poder político de morena y un perjuicio para los justiciables.
Y con ello un régimen totalitario de un solo partido, ideología y voz.
No lo crees así estimado amigo.
PD García Harfuch es uno de los alumnos más aventajados de García Luna, que copia al dedillo los impactos mediáticos de la información pirotécnica que aquel realizaba y al igual que su mentor en su momento, también tiene muy buena prensa nacional y en la comentocracia y está lo considera como un súper héroe y por lo mismo todo le aplaude.
Que ahora ya desempolvó Plataforma México, aquel mecanismo de información policial nacional que resultó parcialmente un éxito y que López satanizo como instrumento de espionaje al servicio del conservadurismo y de su némesis Calderón y que mandó ipso facto desmantelar y que ahora reinventa Sheinbaum como una aportación del segundo piso para la nueva estrategia de seguridad que anuncia junto con la nueva súper secretaria de seguridad pública, que como traje a la medida se diseña García Harfuch, claro a imagen y semejanza de la antigua y ya desaparecida Policía Federal. Cuando fue Plataforma México la creación más costosa y acabada de García Luna y el gobierno de Calderón y que ahora con bombo y platillo se anuncia su creación e implementación.
Vaya afrenta que recibe López. Su peor enemigo redivivo. Calderón.
Sólo comparada con la que López le quiere asestar a Sheinbaum con la reelección de la Piedra en la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Donde todo indica se va quedar.
Juego de tronos.
Quien ganará?
Se hacen apuestas.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político