Fuera de todo
Denise Díaz Ricárdez
La juventud es mayoría en el país; tanto en las áreas rurales y en las urbanas, mujeres y hombres que intentan cumplir sus sueños que van desde su lugar de residencia hasta las ventajas de volar a través de las nuevas tecnologías, por las que van forjando preferencias, carácter e ideas.
Viene a propósito de la consternación nacional que existe hoy por el asesinato del joven Jesús Israel, de 16 años, del Colegio de Ciencias y Humanidades Sur de la UNAM, de manos de un compañero del que de paso hirió a un trabajador de ese plantel que intentó detenerlo y que luego de sentirse descubierto subió a un tercer piso y se lanzó para romperse las piernas.
Esto no puede ser un caso más que pueda ir al olvido. Se sabe que el agresor ni siquiera conocía al joven fallecido por heridas de cuchillos y que estaba sentado con su novia en una banca del patio escolar.
Pero lo que sí se sabe que en las redes el homicida, de 19 años, pertenecía a un club que incluye a personas “hartas” del mundo y de “no tener el amor de una mujer”.
Una maestra universitaria comenta en redes:
“Llevo más de una década y sobre todo, en los últimos cinco años, alertando que tenemos un problema muy serio de salud mental en los jóvenes mexicanos. En mi caso, lo veo en mis alumnas y alumnos: familias fracturadas, abusos sexuales, ansiedad en todos los terrenos, consumo excesivo de ansiolíticos, sobreprotección familiar, al mismo tiempo exigencias en el comportamiento y rendimiento académico. Jóvenes en un laberinto emocional riesgoso. Yo hablo con ellxs, mi WhatsApp está abierto, incluso otros docentes me han dicho que exagero, pero lo cierto es que necesitamos resolver este abismo”.
¿Exagera?
Convienen intensas campañas de orientación a través de las redes que exalten la ética y valores que permitan a la juventud toda de crecer con base en el respeto, en un mundo transcultural además convulsionado. Y exige un énfasis total en la salud mental, un foco de atención por parte de todos; políticas públicas reales, concretas y apegadas a las necesidades sociales. Con presupuesto asignado para el tema. Los suicidios también van a la alza.
Peor es cruzarse de brazos.