La candidata presidencial demócrata Kamala Harris está viendo un cambio notable en el terreno electoral a solo tres meses de las elecciones.
Tras la sorpresiva salida de Joe Biden de la contienda por la reelección, Harris, junto con su compañero de fórmula Tim Walz, ha logrado revitalizar la campaña demócrata, generando un nuevo entusiasmo entre sus bases y recibiendo una avalancha de apoyo en los mitines electorales.
En las últimas semanas, las encuestas han mostrado un giro significativo a favor de los demócratas. Una encuesta nacional de Marquette University indica que Harris lidera a Donald Trump por 6 puntos, con un 53% contra el 47% del ex presidente.
El Cook Political Report también ha cambiado la clasificación de tres estados clave, moviéndolos de «inclinándose republicano» a «en juego». Los datos más recientes del New York Times/Siena muestran que Harris está ganando en Michigan, Wisconsin y Pensilvania.
Karl Rove, estratega político republicano, ha reconocido que la campaña de Trump está en dificultades, describiendo al ex presidente como “desconcertado” y criticando su enfoque en ataques personales y temas marginales. Este cambio en el escenario electoral ha generado nerviosismo dentro del Partido Republicano.
La campaña de Harris disfruta de un periodo de «Luna de miel» y cuenta con un apoyo renovado, especialmente entre los progresistas y los centristas conservadores del partido. La Convención Nacional Demócrata, que se llevará a cabo en Chicago del 19 al 22 de agosto, promete ser un evento clave para consolidar este impulso positivo.
Sin embargo, Harris enfrenta desafíos importantes. Nate Cohen, encuestador respetado, ha señalado que la campaña de Harris debe construir una imagen política sólida que contrarreste ataques predecibles sobre la frontera, el crimen y sus posturas anteriores.
Para atraer a los votantes independientes, la campaña de Harris podría tener que adoptar posiciones más conservadoras en temas como la seguridad pública y la inmigración.
La elección de Tim Walz como candidato a la vicepresidencia ha revitalizado a las corrientes liberales del partido, pero Harris sigue siendo presionada por las bases progresistas y la cúpula conservadora del partido.
Su reciente discurso en Michigan fue interrumpido por manifestantes que criticaban su postura sobre el conflicto en Gaza, lo que subraya la necesidad de equilibrar sus posturas para no alienar a los votantes jóvenes y progresistas.
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