Reducir el período de duración de cada Consejero Presidente del INE, provocaría una lucha intestina en la cámara baja, entre partidos, al inicio de cada legislatura.
Redacción MX Político.- El lenguaje de los hechos se hace sentir en la nueva administración y el marcador ya se tiene: 1-1. Empatada la 4 T con el resto de sus opositores.
El arribo al poder de la nueva administración, no sirvió para un proceso de pacificación nacional, sino por el contrario, para un pernicioso proceso de polarización entre los mexicanos. La semiótica de los hechos marca un sentido, aun cuando el discurso aparentemente pacificista del Presidente de la República pretenda convencer al público con parsimonia cotidiana, que trabajan para la paz y convocan a tirios a troyanos al avance del país.
No es así. Van por todo el aparato del gobierno. Han mosrado un talante de exterminio político del oponente.
Es una postura falsa la de los integrantes de la 4 T que desde el gobierno, reconocen aquel principio socrático de la democracia ateniense que reza: “Disentir es un genuino acto de democracia”.
El “minuto a minuto” del juego político
Luego de desarrollar un proceso de 46 días, la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el más importante centro educativo mexicano, no sólo por sus dimensiones sino por sus consecuencias en la investigación y la formación de civilidad y de conciencia nacional, reeligió al médico de 68 años, Enrique Luis Graue Wiechers, para un nuevo período (2019-2023) al frente de la institución.
En el camino quedaron los otros dos integrantes de la terna: Pedro Salazar Ugarte, Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM y Angélica CuéllarVázquez, Directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
El primero representa el sector de la ciencia jurídica incubado desde el IIJ, al que parece abominar el presidente y para ello no cuida ni las formas, aunque con la misma parsimonia mañanera y anteponiendo el clásico “con todo respeto”.
En la conferencia mañanera del pasado viernes 8 de noviembre, López Obrador se refirió a la elección para la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en la cual resultó elegida la propuesta de su partido, su correligionaria Rosario Piedra Ibarra, diciendo que se congratulaba de que era ella la nueva Ombudsperson mexicana y no un abogado procedente de el IIJ de la UNAM, como hasta ese momento ha sucedido, pues dijo que los científicos del ámbito jurídico habían servido para simular y “callar ante las violaciones del gobierno” en materia de derechos humanos. …y la nombró “contra viento y marea”, a pesar de la oposición y los múltiples señalamientos de “inelegibilidad” de Piedra Ibarra para el cargo.
No le importó al Presidente ni a los senadores de su partido, la descalificación y el desgaste moral ante la opinión pública.
En el caso de la UNAM, la candidata del nuevo gobierno de la “Cuarta Transformación”, era Angélica Vázquez Cuéllar, impulsora del actvismo en la causa feminista y con una amplia obra de investigación en materia de lucha por la equidad de género.
Vázquez Cuéllar es una acérrima luchadora -desde el propio estrado del aula- de la muy invocada teoría de la “dictadura de género”, multicitada y célebre al grado de su propia prostitución.
Su propuesta, claramente identificada con el marxismo cultural, ha proveído de sustento ideológico a la corriente morenista convertida ahora en gobierno por obra de la democracia, desde el pasado 1 de diciembre de 2018.
Con el proyecto de Angélica Cuéllar y a la manera de un “pagaré político”, iba implícita la “ejecutoria” para que la Secretaría General universitaria, le fuera entregada a ese misterioso personaje de origen estadounidense, que se encuentra en México desde la rebelión zapatista de 1994 y que se ha convertdo de manera súbita en un opinador profesional de la cultura política mexicana, una especie de crítico “de oficio” de todo lo que no esté alineado a su ideología “tetratransformadora”: Míster John Ackerman, esposo de la economista Irma Eréndira Sandoval, que es miembro prominente del gabinete de López Obrador. Pero el intento de apoderarse del control de la UNAM falló… Angélica Cuéllar y Ackerman no llegaron..
Para el gobierno de López Obrador, tanto Graue como Salazar, constituían el continuismo y los intereses de la mafia del poder “Prianista”, como le han dado en llamar sin rubor, todos los nuevos actores políticos tornados en autoridades, empezando por el titular del Ejecutivo.
Sin embargo, en un acto de independencia y real autonomía, la Junta de Gobierno de la UNAM optó por la permanencia del doctor Enrique Graue en la Rectoría de la UNAM, lo que constituye una primera derrota moral para los afanes de continuidad de la 4 T, que se empiezan a construir ya desde hace tiempo.
La semana pasada, durate los actos de protesta que culminaron con el violento agravio de vándalos pseudoestudiantes, que mancillaron y quemaron el labaro patrio de la explanada de Ciudad Universitaria, habrían aparecido pintas en diferentes partes de CU y a lo largo del trayecto de la marcha que antecedió a los hechos, -con la temática del feminismo y el no acoso sexual a mujeres estudiantes uiversitarias por cierto-, demandando la renuncia del rector Graue.
Se empató el marcador
Pues entonces, el juego político tiene un marcador empatado hasta el momento. 1 para cada bando.
Una dependencia (la CNDH) para la 4 T, que quiere todo el aparato para hacer historia y una dependencia para quienes no tienen la preferencia ni la filiación a la 4 T.
Así lo ha propiciado con sus hechos y hasta con sus discursos el presidente López Obrador, que persiste en la promoción de dos polos irreconciliables de confrontación política entre los mexicanos: “Transformadores” contra “Conservadores”;...buenos contra malos.
El INE
Pues está en el “horno legislativo”, aun cuando “oportunamente” tanto el líder de la bancada en San Lázaro, Mario Delgado, como la aun dirigente formal de Morena, Yeidckol Polevnski, se han pronunciado en contra, la propuesta de reducir a 3 años, -sin reelección-, la duración del período para el cargo de Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), lo cual implicaría la salida inmediata del actual Consejero Lorenzo Córdova y del Consejero Ciro Murayama.
No los quiere la 4 T y desde que se instaló en el gobierno ha impulsado acciones hostiles hacia el instituto, consistentes en recorrtes presupuestales y señalamientos permenentes de ser un organismo abúlico y extremadamente costoso e inútil para los fines de la democracia mexicana.
Córdova viene del IIJ de la UNAM, una de las instituciones “villanas favoritas” del presidente. Fue la que arbitró su derrota en 2006 a manos de Felipe Calderón por un margen de decimales. Desde entonces juró venganza el tabasqueño y se propuso desaparecerlo o modificarlo. Es un capricho personal.
Por su parte Ciro Murayama es un brillante economista; académico, con mucha obra publicada y experiencia en la docencia y la investiigación. Se le recuerda en la Facultad de Economía, promoviendo el canal de televisión -entonces clandestino- 6 de julio, en la defensa de los votos de Cuauhtémoc Cárdenas, en 1989. Fundador del PRD, aunque a Morena ya no se fue. Se consagró a la vida académica, a su regreso de España donde cursó su posgrado.
Irma Eréndira Sandoval, actual secretaria de la Función Pública en el gabinete de López Obrador e hija de Pablo Sandoval, connotado hombre de izquierda, de origen guerrerense, estudió en la Facultad de Economía de la UNAM en la misma generación que Ciro Murayama Rendón (1989-2004), e incluso en el mismo grupo.
Los dos eran brillantes, …pero Ciro era más;...realmente sobresaliente. Líder carismático. Eréndira era de un perfil más discreto, aunque constante.
Ahora, Irma Eréndira ha cobrado una notable influencia en el Presidente de México. Inconcebiblemente fue nombrada al frente de una dependencia extremadamente técnica, en el rubro del Derecho Administrativo. Aún cuando no es Licenciada en Derecho.
Han sido estruendosos los trastabilleos que ha mostrado al declarar, ante las preguntas de periodistas de la talla de Carmen Aristégui, por ejemplo, sobre algunos casos que se ventilan en la actualdad. Su desconocimiento de los términos jurídicos más básicos es asombrosamente mayúsculo. Tiene doctorados en el extranjero, pero son en ciencia política, ni siquiera en Economía.
Sandoval está al frente del órgano investigador y sancionador de conductas señaladas por la Ley General de Responsabilidades, como constitutivas que van desde sanción administrativa hasta delitos, por parte de los servidores públicos del Gobierno Federal.
Confunde los delitos y los términos del derecho penal, reservado a la FGR y tangencialmente a la Secretaría de Segueridad y Protección Ciudadana (SSyPC), con las conductas señaladas para los servidores públicos.
Irma Eréndira Sandoval conoció en sus años de activista en la sierra de Chiapas, a otro joven inquieto, hijo de políticos estadounidenses, llamado John Ackerman, que se encontraba en essos días de la revuelta por esos lares, en actividades de “investigación social”. Es su esposa.
Irma Eréndira le habla al oído a López Obrador. Podría ser una de las “la manos que mecen la cuna”, de todo este proceso de “revancha” y “reivindicación de la política mexicana”, sin una justificación funcional y convincente.
Por lo pronto 1-1...pero van por el INE, aunque en el intento, trastoquen todo un esfuerzo institucional que ha costado a los mexicanos, vía impuestos y experimentación, abundantes recursos y tiempo.
Modificar el esquema de la duración en el cargo de un Consejero Presidente, implicaría una lucha fratricida (otra más) cada 3 años al inicio de cada legislatura, por el control del órgano arbitral de las elecciones en este país.
Demasiada guerra para un “botín” cada vez más disminuido y desacreditado entre los ciudadanos.
La actividad política en los últimos tiempos en México, se asemeja a una lucha sin cuartel…y sin sentido.
La lucha del poder…por el poder en sí mismo.
Nada nuevo bajo el sol.
hch