FRANCISCO RODRÍGUEZ
No son los ventarrones de febrero, ni los nubarrones que se asoman, ni los presagios de lluvias torrenciales en las costas del país… lo que se cierne sobre México es una verdadera tormenta perfecta. Y el gobiernito no la entiende, o hace como quien sólo ve llover, o como que la virgen le habla para no afrontar las cosas con aplomo y seriedad.
Aquí en el rancho grande se desvían los dos mil millones de pesos que se devolvieron de atracos al Infonavit, para integrarlos a la cuenta que justificará la rifa descocada de un avión presidencial que ha cumplido con blindar al gobiernito con un mes de distracción.
Falla reprobable: el dinero es propiedad patrimonial del Instituto, son cuotas obreras, patronales y gubernamentales, ingresos fiscales que no pueden por ley tener otro destino que servir al objeto por el que fueron creadas. No pueden ser pasto de engañifas ni de distracciones de ese tamaño, so pena que el próximo gobierno le ajuste cuentas al actual Fiscal General de la República y a todos los que se hallan inodado en este esperpento.
Por Lozoya se rompería el pacto de impunidad con EPN y Videgaray
Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, anuncia con bombo y platillo la detención en Málaga del ex director de Pemex, Lozoya Austin, y pontifica que ya se acabó la fiesta.
En mala hora. Pues no se sabe qué hacer con el inculpado. No se han puesto a pensar que el hombre, por recomendación de sus abogados, se dejó atrapar, abandonando sus refugios para poner contra la pared a sus captores. Él es sólo peón del ajedrez mayor. Si abre la boca, van a salir a relucir los nombres de sus patrones Peña Nieto y Videgaray, y ahí sí puede arder el campo.
Porque Peña Nieto y Videgaray son los firmantes principales del Pacto de Impunidad con el Caudillo para dejar a éste acceder al poder condicionado. Y la auténtica razón de que no se haya procedido a actuar penalmente contra los peces gordos del aparato. Todos gozan de cabal salud. Si abre la boca Lozoya, todo el andamiaje podrá ser revelado. Y eso no le conviene al viejo ganso.
¿Cuotas de impunidad, exoneraciones a priori en la tamaliza de Palacio?
Los empresarios, solícitos, acuden a una cena de honor en Palacio Nacional para recibir a cambio de la promesa de comprar cachitos para la rifa del avión presidencial, sus cuotas de impunidad, su exoneración a priori de cualquier cargo que los identifique con los adversarios del sistema revolucionario de la Cuarta Transformación, sí señor.
Mentira que ahí se vayan a levantar los obstáculos para que fluyan inversiones, empleos y compras. De eso nada por ahora. Se trata de apoyar corporativamente la descabellada idea de rifar un avión que por ley no se puede rifar y que ni propiedad del gobierno es. Un auténtico circo de vacilada gacha.
“Fuchi caca” para los corruptos. “Fuchi guácala para los narcotraficantes
El Caudillo, desde el tinglado de nopal de Milpa Alta, empoderado por las tribus chichimecas, lanza la condena de muerte contra los corruptos que se atraviesen en su camino. Ya les lanzó la peor de las invectivas: “¡corruptos, fuchi caca!”, mientras en las redes sociales aparecían miembros de su círculo íntimo familiar viajando a Dubai en avión particular, con la respuesta cínica: “Soy un junior de la 4T”.
Aparte de la sentencia a los narcotraficantes, la famosa “fuchi guácala”, en esta ocasión agregó el “fuchi caca” para diferenciar los procesos jurídicos que va a seguir contra los corruptos. Es demasiado. Van a tener que rendirse de inmediato. En los comentarios de todos los restaurantes de las ciudades, es la comidilla del sexenio.
Mientras nos atoramos con estas botanas, nos enteramos que los argentinos, que están dispuestos a depurar sus cuentas, por orden del Fondo Monetario Internacional, ya corrieron a Evo Morales, bajo el pretexto de que debe ir a Cuba a curar un apremio enfermizo. La realidad es otra. No quieren que cunda el ejemplo mexicano del asilo a matacaballo.
Presumía 30 millones de votos. Apenas si le quedan cinco de los cuatroteros
La tormenta perfecta se cierne sobre México. No es sólo lo que aquí ocurre, que ya es bastante para poner a preocupar a los socios comerciales del país. En todos los rumbos del mundo enarcan las cejas preguntándose qué pasa en México, por qué fuimos capaces de llevar al poder a un desquiciado. Qué vamos a hacer para sobrevivir en esta aventura.
De todas las apuestas sobre cuántos votos le quedan al Caudillo –de los treinta millones que presumía– nadie porfía en reconocerle más de cinco millones de votos de cuatroteros enfebrecidos. Nadie arriesga a pensar siquiera que pueda tener diez millones de votos. Se desinfló absolutamente, abruptamente en un espacio reducido, en menos de cinco meses de enseñar bien el cobre.
Petróleo a la baja, cierre de empresas, 70 mil despedidos en un mes
El ganso anda cuacho, desplumado, atolondrado y sin plumas qué presumir. Y eso lo saben adentro y afuera. La tormenta perfecta se abalanza sobre México y aquí seguimos en otro mundo. Distraídos y confundidos. Perplejos ante el gran error cometido el primero de julio del 2018. En todo el mundo nadie se lo puede explicar. Caímos en un garlito de cantina.
La caída china del 5% del PIB programado pega hacia México. Deprecia el petróleo a 44 dólares el barril de crudo, pues deja de comprarlo, al igual que Rusia que ya abandonó el invierno. La baja en la producción de materiales y ensambles destruyó la industria japonesa de celulares digitales y hasta la producción mexicana de automóviles.
Las cifras no dejan lugar a dudas: veinte mil despedidos de las distribuidoras de carros nuevos, más cincuenta mil desempleados por la decisión de dejar de fabricar las bolsas de plástico. 70 mil despedidos en este mes de enero de 2020. Se vienen los paros técnicos en las ensambladoras del norte, que quién sabe cuántos cadáveres puedan dejar.
¡Aguas con las próximas calificaciones de Moodys y de Standard & Poors!
Y la recaudación fiscal está por los suelos. El producto interno bruto que se calcula para este año en todos los corrillos de los organismos financieros internacionales es de menos tres puntos. Es una bomba de tiempo, dado que en un mes a más tardar, Moodys, Standard & Poors y compañía vendrán a dar su calificación de deudas mexicanas.
Ahí sabremos el justo impacto de lo que se viene. Con un pronóstico tan bajo de crecimiento, es imposible que la deuda soberana de México, dependiente de la gran hipotecaria que es el quebrado Pemex, pueda saltar esa vara. Está demasiado alta. Lo más seguro que la deuda externa mexicana caiga a niveles jamás vistos en los últimos quince años. Y va a ser catastrófico.
Después de dos años de ejercicio puede nombrarse presidente sustituto
Una tormenta perfecta para la devaluación tan desmentida. Trump ya agarró a Bernie Sanders de puerquito, es el candidato ideal del demócrata, a quien se puede tragar de un solo bocado. Pero cuando el Caudillo vaya a pedirle chiche, se va a encontrar a un emplumado Trump que no conoce. Nadie podrá avalarlo.
A eso puede añadirse que no tardan en aparecer en las principales agencias de Washington y Nueva York los padres de niños enfermos de cáncer que no han sido atendidos en México, para botear y pedir clemencia para ellos.
La tormenta perfecta se ha formado para propiciar la devaluación y la toma de conciencia sobre la necesidad de saber de una vez por todas de qué estamos hechos. Porque los adversarios del Caudillo sólo están a la espera de que cumpla dos años en el poder para exigirle cuentas. Y ellos no esperan. Después de dos años de ejercicio puede nombrarse presidente sustituto, no se nos olvide.
Y el viejo ganso desplumado sólo alcanza a decir: “¡fuchi caca!”
Son demasiados cisnes negros para un ganso descocado.
México tiene encima la tormenta perfecta, y el viejo ganso desplumado sólo alcanza a decir: “¡fuchi caca!”
Ya basta de este espectáculo deleznable.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: En la “mañanera” de ayer, y tras ser cuestionado por un supuesto pacto de impunidad con el ex Presidente Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, negó cualquier trato secreto, pero se opuso a un juicio contra ex mandatarios. “Lo que yo plantee, que no es ningún pacto secreto, lo dije en mi toma de posesión y lo repito, es que nosotros no íbamos a presentar denuncias en contra de ex Presidentes, que considerábamos que teníamos que ver hacia adelante”, aseguró López Obrador en su conferencia matutina en Palacio Nacional. “No quedarnos anclados en el pasado, que lo más importante era la condena al régimen neoliberal, al régimen de corrupción”, agregó. López Obrador fue cuestionado por una investigación del Gobierno de Estados Unidos contra el ex director de Pemex Emilio Lozoya, por presuntos sobornos realizados por la constructora Odebrecht y cuyos fondos habrían parado en la campaña de Peña Nieto.
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