Pablo Gato
En conversaciones privadas muestra un gran desprecio hasta quienes hasta ahora han sido sus aliados más importantes. Siempre han acompañado a EEUU en sus conflictos y fueron los primeros en socorrer a EEUU tras los ataques del 11 de septiembre.
Han permitido que EEUU instale cientos de bases militares en Europa, que EEUU ha usado para operaciones en todo el mundo y siempre han sido un gran social comercial.
El insigne y sabio escritor estadounidense Mark Twain dijo en una ocasión que los rumores o noticias sobre su muerte habían sido grandemente exagerados.
Menospreciar y más aún insultar a un continente como Europa, si se ha leído tan solo un poquito de historia, no parece ser una buena apuesta, dicen los defensores del proyecto europeo.
Putin juega al ajedrez, sus oponentes al parchís
Rusia, mientras continúa avanzando en todos los frentes cada día en su conflicto con Ucrania, negocia ciertos puntos a través de EEUU. Ha acordado dos cosas:
1 -una pausa de un mes en ataques contra infraestructura de energía y;
2- una tregua temporal en el mar Negro.
Además de seguir avanzando militarmente mientras negocia, está claro que estas dos treguas temporales benefician a Rusia. Hablemos de la primera, no atacar infraestructura de energía de Ucrania. Kiev les pasó una lista de lo que no quieren que se ataque.
¿Qué implica eso?
Que realmente no ha sido una concesión importante por parte de Rusia porque el invierno ya se acabó. Es cierto que Ucrania puede usar esa energía para su industria de defensa, pero el factor adicional del frío hubiera quitado fuerza al poder negociador de Rusia. Tiene más mérito renunciar a esos ataques en invierno que cuando ya las temperaturas no están bajo cero. Sin embargo, para Ucrania si es un golpe porque no puede atacar refinerías de Rusia, algo que ha traído muchos dolores de cabeza a Moscú.
En mi opinión, Rusia gana claramente en este punto.
Vayamos ahora con el segundo. Un cese al fuego en el mar Negro, también en mi opinión, beneficia grandemente a Rusia.
El motivo es que Ucrania (con la ayuda de Occidente) logró hundir un barco importante ruso en ese mar y otros dos de desembarco.
El resultado es que obligaron a la flota rusa del mar Negro a salir del área y refugiarse en puertos lejanos. Es decir, ha dispuesto de menos herramientas para atacar a Ucrania. Este acuerdo también impide que los ucranianos ataquen con drones acuáticos o misiles a Crimea o el puente que une a Crimea con el resto del país.
El puente sufrió diversos ataques y también ha sido otro dolor de cabeza para Moscú no sólo por su valor militar sino simbólico.
¿Qué gana Ucrania?
Que no le ataquen instalaciones de energía durante un mes y poder exportar grano a través del mar negro.
¿Qué cede?
Importantes ataques a la infraestructura de energía de Rusia y que Moscú ya pueda moverse libremente por el mar Negro, quien sabe si preparando un potencial ataque al puerto de Odessa, una ciudad de enorme importancia para Rusia.
¿Qué pierde Rusia?
No poder dejar sin energía a plantas de fabricación de armas y que Ucrania pueda vender grano y así recaudar dinero que supuestamente iría al esfuerzo de la guerra.
¿Qué gana?
Proteger sus vitales instalaciones energéticas en Rusia, que son la fuente de la riqueza del país y el principal factor para recaudar fondos para continuar el conflicto. También gana que, con la lista de lugares a no atacar proporcionada por Kiev, saber exactamente que atacar si el cese al fuego se acaba. Por otro lado, el cese al fuego en el mar Negro le permite volver a desplegar su poderosa flota sin miedo a que le vuelvan a hundir barcos importantes.
Es cierto que Rusia está mejor posicionada que Ucrania para negociar por diversos motivos.
Dicho esto, también es cierto que tiene un equipo diplomático con enorme experiencia y que muchas veces juegan al ajedrez mientras otros apenas dominan el parchís.
Saben aprovechar al máximo todas sus ventajas y lo hacen sin ningún tipo de miramiento.