Pablo Gato
El origen del autismo lleva estudiándose desde hace más de un siglo.
El secretario de Salud dijo que en el increíble periodo de siete meses él tendría la respuesta a que causa el autismo.
“No tomen Tylenol”, se anticipó Trump.
Pero el secretario declaró que el tylenol o el paracetamol podría “potencialmente” ser el origen del autismo y que están desarrollando remedios que “podrían” ser efectivos.
Es decir, no anunció realmente nada porque ni él mismo afirma con seguridad una cosa o la otra sino que todo lo que dijo lo puso con verbos condicionales.
La inmensa mayoría de organizaciones médicas han declarado que no hay evidencia de que el paracetamol cause autismo si es tomado por mujeres embarazadas en las dosis recomendadas por los médicos.
Dicen que el origen del autismo es complejo y que incluyes aspectos genéticos y ambientales.
Y advierten que si una mujer embarazada y con fiebre no lo toma en cantidades razonables para aplacar esa fiebre puede afectar muy negativamente al embarazo.
Lo más paradójico es que además de no presentar ninguna conclusión fuera de toda duda o de aportar nuevos estudios sobre el origen del autismo, el secretario dijo que por ahora hay que seguir usando tylenol porque no hay alternativa.
Los críticos del secretario dicen que ha creado un verdadero caos sembrando dudas pero sin aportar absolutamente nada de nueva luz al tema.
Agregan que lo único que ha hecho es rodearse de personas que tenían los mismos prejuicios que él para ahora declarar lo que siempre había pensado pero sin mostrar ningún tipo de soporte médico o científico a lo que dice.
Añaden que el secretario ha sustituido la ciencia por las teorías de la conspiración y que sus decisiones podrían afectar las vidas de muchos. El secretario ya había dicho también en el pasado que las vacunas provocan autismo sin aportar ningún tipo de pruebas.
Según él, no hay autismo en las comunidades amish o en Cuba porque dice que no usan paracetamol, algo que es falso.
Yo no soy científico y no sé cuál es la causa del autismo, pero tras tanto bombo y platillo al menos esperaba una conclusión, no un “potencialmente” o un “podría”.
Para decir eso seguramente hubiera sido mejor no decir nada.
Los críticos de la Administración afirman que acaba de hacer el ridículo plantando dudas mientras lo único que anuncian son especulaciones no comprobadas científicamente.
Trump apoya plenamente las conclusiones. Los demócratas insisten en que todo lo que toca Trump acaba en caos y según ellos este es otro ejemplo más.
Añaden que Trump necesita una distracción mediática diaria para evitar hablar de la inflación, de las guerras que prometió abandonaría pero que aún están o se multiplican o de los archivos de Epstein.
Trump instaura nuevo director del censo.
Trump ha declarado que quiere un censo que no refleje la población indocumentada.
Los demócratas afirman que la constitución indica claramente que todas las personas que viven en EEUU deben ser contadas para tener una idea clara de la realidad del país.
Trump insiste también en que en el censo se pregunte a las personas si son ciudadanas o no. Los demócratas responden que eso es ilegal y haría que muchos por miedo no respondieran, pervirtiendo así la meta del censo que es contar a todos.
Agregan que si Trump consigue su objetivo, creará un caos.
Según ellos, todo lo que toca acaba en caos.
¡Arizona highways, congratulations!
Que revistaza.
No sabía que existía y encontré en un flea market cuatro ejemplares de 1948.
La revista está a punto de cumplir un siglo.
Al menos los números que yo vi hacen a la publicación un National Geographic estatal.
Los ejemplares son de museo. Las fotos, impresionantes. Llenas de arte y color. Las estampas de Arizona, un tesoro que refleja la época. La revista viaja por todo el estado e incluso al norte de México, ya que Arizona es un estado fronterizo.
Hacen especial énfasis a las comunidades nativo americanas.
Naturaleza, desierto, nieve, cañones, costumbres, fauna, grabados prehistóricos… la lista no tiene fin.
Y la calidad de la impresión es altísima.
Cuatro ejemplares de 67 años que apenas me costaron dos dólares cada uno.
Está impresa por la Comisión de Transporte de Arizona.
¡Felicidades Arizona por preservar el legado cultural y ambiental de ese precioso estado!